Llega Ignacio López Tarso a los 91 años

El actor, uno de los sobrevivientes de la Época de Oro del Cine Mexicano, celebra su cumpleaños con mucho trabajo y buena salud.

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Ignacio López Tarso con Aracely Arámbula durante la develación de la placa por las 400 y 500 representaciones de la obra 'Aeroplanos'.
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Agencias
MÉXICO, D.F.- Ignacio López Tarso (Ciudad de México, 15 de enero de 1925), primer actor de teatro, cine y televisión, celebra este viernes sus 91 años de edad en perfecto estado de salud, lúcido, trabajando y siendo gran charlista, como siempre, informó su hija Susana López Aranda.

Entrevistada por Notimex en ocasión del onomástico del histrión, registrado como Ignacio López López, reiteró que su padre goza en estos momentos de una salud estupenda.

“Él mismo ha planeado su fiesta para hoy, por lo que el agasajo está fabuloso”, subrayó la también escritora, quien dijo que esta mañana vio a su padre y lo notó feliz de celebrar su cumpleaños 91 con óptima salud y bastantes planes de trabajo.

Comentó que tiene su casa en Tlalpan, a media cuadra de la del histrión, por lo que generalmente se reúnen con él los domingos todos los hijos, nietos y bisnietos. “Hoy nos reunimos y a esa felicidad se suma el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2015, en la categoría de Bellas Artes, que papá recibió días antes de celebrar la pasada Navidad”.

Si bien el cierre de 2015 fue coronado con ese premio nacional, que recibió de manos del presidente Enrique Peña Nieto, el inicio de 2016 no puede ser menos afortunado. “Ahora está trabajando mucho, ensayando con mucho interés y el profesionalismo y pasión de siempre una obra teatral que estrenará en breve”, acotó la orgullosa hija.

Libro teatral

Los festejos a la vida y trayectoria del actor iniciaron antes. “Tras hacer un libro sobre su participación en la industria fílmica mexicana, durante su llamada ‘Época de Oro', mi padre y yo acordamos hacer otro sobre su trayectoria en el teatro nacional. Eso le interesó mucho y, consecuentemente, el resultado es un volumen más amplio”.

Se trata de “Hablemos de teatro. Ignacio López Tarso” (2014), de Susana López Aranda, obra que en 524 páginas hace un detallado y atractivo recorrido que dura más de medio siglo en el cine, la televisión y el teatro. Una de las principales fuentes a la que recurrió la autora es el archivo familiar, una serie de escritos, fotografías y diversos documentos.

Don Ignacio tiene un archivo muy completo sobre su quehacer teatral, mismo que fue iniciado y enriquecido por su esposa desde hace muchos años y que en la actualidad es continuado por una asistente del primer actor mexicano. Es el sustento documental de todas sus obras, con programas de mano, boletos, crítica y gran cantidad de fotografías.

“A todo ello se le ha sacado mucho provecho en el libro, ejemplar bonito y bien diseñado que tiene documentos valiosos e información atractiva, cobijadas por elementos gráficos y editoriales que lo convierten en una joya no sólo para los amantes del teatro, sino para los investigadores y para quienes gustan del libro objeto bien realizado”, añadió Susana.

Ignacio López Tarso con Aracely Arámbula durante la develación de la placa por las 400 y 500 representaciones de la obra 'Aeroplanos'.

Explicó que no hay división posible entre su mirada de hija y la de quien admira al actor. “Lo admiro mucho, pero creo que nadie habría podido hacer mejor este libro. Disfruto desde niña las pláticas de mi papá y todo lo que me ha contado basado en los recuerdos de ambos, porque siempre hemos platicado muchísimo”, subrayó.

En sus charlas, el actor pondera a su familia, su pasión por el arte, su amor por el teatro y su forma de disfrutar la vida. “No es posible dividir mi mirada en la de la hija y la de la realizadora de este libro”, abonó al señalar que el libro ha obtenido excelentes comentarios de quienes lo han leído y admirado en su profusa parte gráfica.

“Durante las pláticas para elaborar el libro, una serie de entrevistas realizadas a lo largo de casi dos años, aprovechamos un momento en el que los dos teníamos tiempo suficiente a causa del desempleo y nos sentamos a planear el libro. Aterrizada la idea en un año lo transcribí, lo edité y pulí para que quedara como hoy está a la vista y a la venta”, apuntó.

Todo ello, dijo Susana López, con la aprobación del primer actor, quien siempre y en todo momento se mantuvo al tanto del desarrollo y opinó sobre contenidos, cambió algunas cosas y amplió otras, y dio ideas para que cada segmento del libro fuera lo más ágil para su disfrute. “El ´domi´ se lo di de cumpleaños hace cuatro años, y lo guarda como si fuera su primer libro”.

Fue un trabajo en conjunto, y tres años después se imprimió. De las vivencias, anécdotas y recuerdos que surgieron durante esas pláticas, resulta sumamente difícil escoger la más bonita, significativa, interesante o digna de destacas, acotó.

'Todo es placer para él'

“Me mueve el placer con que él ha vivido. No es una anécdota, sino una vida de aprender de él cómo enfrenta los retos y la vida diaria, vive, platica, come y hace todo con gran placer; vive la vida como nadie”, aseveró la hija del primer actor.

Es un hombre que ha sabido disfrutar de la vida como pocas personas. Todo es placer para él y eso lo mantiene activo y trabajando, como señala el libro, testimonio de una época importante en la cultura en México a partir de los años 40 del siglo pasado. “La historia del teatro mexicano nos remite a él y hablar de él nos remite irremediablemente al teatro nacional”.

El libro es también una memoria viva, porque aparte de ser un homenaje a su trayectoria, lo que quería ella era conservar su voz, porque desde siempre le ha dado mucho gusto que su padre le cuente anécdotas y las obras en las que participa; es como un ceremonial diario, y tras explicar lo anterior, la entrevistada evocó sus años de feliz infancia con su papá.

“Al llegar en la noche, se ponía a platicar sobre el trabajo que estaba realizando, y poco a poco cada uno de nosotros se iban apareciendo, todos desvelados alrededor de la mesa, para escucharlo y para cenar con él, porque cenaba desde la sopa hasta postre, así está acostumbrado, a comer mucho después de cada función, porque gasta mucha energía”.

Verlo cenar también es un placer para la entrevistada y toda la familia, “porque lo hace con mucho gusto, y poder acompañarlo, es algo hermoso”, concluyó Susana López. ¡Felices 91, don Ignacio!

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