'Güero' Castro estrena el melodrama Vino el amor

José Alberto Castro, quien mañana estrena el melodrama 'Vino el amor', habla de la complejidad actual de mantener al espectador frente a una historia.

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José Alberto Castro estrenará su telenovela el próximo 8 de agosto, a las 19:30, por el Canal de las Estrellas.(Foto tomada de Televisa)
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Milenio Digital
CIUDAD DE MÉXICO.- José Alberto Castro estrena este lunes su nuevo melodrama, Vino el amor, con el cual pretende mantener su camino por el éxito en la televisión, medio con el que inició su relación a los cuatro años “cuando acompañé a Verónica (su hermana) a un casting”.

Aunque con el paso de los años descubrió que más que ser galán, su pasión estaba detrás de las cámaras, creando y construyendo el entretenimiento, que hoy en día, destaca: “Es más difícil de transformar en éxito, ante las numerosas plataformas que existen para que la gente se entretenga”.

¿Inicias una nueva aventura con el comienzo de Vino el amor (protagonizada por Gabriel Soto e Irina Baeva)?

Sí, creo que a  todos nos pasa al echar a andar una producción, es como un viaje del que no sabes sí tomaste el rumbo correcto o no, porque es pensar que todo esto que ideaste y has tratado de contar, ya cuando ves los capítulos armados, estás a la expectativa de ver lo que la gente decide; sí le gusta o no.

Parece que cada vez es más complejo que la audiencia siga una producción ¿no?

La gran diversidad de plataformas, de diferentes ventanas por las que proyectas las historias es la que lo hace complejo y muy competitivo.

Comentábamos (con unos amigos) que es un momento muy importante, porque en los últimos 30 años siempre había habido avances, pero siempre tecnológicos, del análogo al digital al hd; pero no como ahora, en el sentido de distribuir o hacer nuevos formatos de contenido.

Ahorita es ver cómo platicas esas historias, cómo las haces,  cómo las fotografías, a qué audiencia van, todo eso lo ha hecho muy complejo e interesante. Y qué padre ser parte de este momento, de este trabajo.

Pero sí es muy complejo que haya plataformas como Blim, Amazon o Netflix porque es una manera de convocar a la gente, de que ya puedes ver en tu teléfono lo que quieras; y todo eso está generando un cambio muy importante, que está provocando que en Televisa armemos o pensemos nuestras historias de esa nueva manera.

¿Cómo percibe todos esos cambios un productor?

Como un reto y un gran temor de equivocarnos. Siempre comento que no conozco  a nadie que en la mañana se levante y diga: ´hoy voy a echar las cosas a perder´. Pero siempre se corre el riesgo. En lo personal, siempre trato de hacer las cosas lo mejor posible, pero hay la incertidumbre, sobre todo ahora que es tanta la oferta de material, de productos, de contenidos. Entonces, hay que entender qué es lo que a la gente le está gustando, qué es lo que está viendo. Me encanta que ahora tenemos los millennials, términos que han llegado con el avance de la tecnología…

Dicen que esa generación se distingue por el consumo inmediato de productos que no registran, de historias que no son como los grandes clásicos que se quedan en la memoria de la gente, ¿no?

Eso tiene que ver mucho con la inmediatez, con el momento de vida rápida que estamos viviendo;  y reforzando parte de lo que dices, hay una parte en el ser humano que tiene necesidad de la identificación con historias, sobre todo cuando son bien contadas, por eso nos llaman la atención y las vamos guardando en nuestra vida personal.

Hace 15 años, cuando se hizo Big Brother con un bomm impresionante, todo mundo decía: se acabaron las telenovelas, ahora todo va hacer realitys; y al final han tenido una vida perenne; mientras que las historias que tienen un drama, o son un melodrama son las que se siguen haciendo.

También decían que con la parte de lo digital, el cine se iba a morir; y yo les dije: ´No es que se muera, simplemente tiene una transformación, y a lo mejor la gente va asistir menos a salas, pero seguirá consumiendo las historias en su casa o en un iPad, en la computadora porque a lo mejor le sale más barato tener ahí a sus hijos que llevarlos y pagar cinco boletos de cine.

Pero la necesidad de ver historias, de sentir esa catarsis, de proyectar esos temas con los que la gente se identifica, se mantiene”.

Ahora la moda son las series...

Sí, aunque yo creo que la serie es muy afín a lo que hacemos, lo único que cambia es la duración. El otro día alguien decía si una novela lleva 120 horas, condensarla a 20 horas nos  sobra material y podemos hacer hasta cinco temporadas (risas).

¿Te gustan las series?

Sí, mucho, desde muy chico me crié de una manera en la que siempre he sido muy visual, para mi ir al cine era una gran premio, sentarme a ver la televisión; obviamente también la lectura y la fotografía, soy un gran consumidor tanto del cine como de la televisión.

¿Cuáles títulos prefieres?

Soy un perdido fan de Game of Thrones, hay una serie que descubrí que se llama American Crime, que es una gran critica a la sociedad estadunidense; hay otra que se llama Ballers de HBO, que me gusta, pero más porque me gusta el fútbol americano. Amé Los Soprano, me gusto Narcos.

Ahora que citas a los narcos, es la moda en las series, ¿te gustan?

Sí, he visto algunas, pero es chistoso, yo creo que son una moda, sí te acuerdas, tuvimos una época de historias infantiles, de historias de comedia. Betty la fea, Mi gorda bella y así vamos explotando el tema del momento que refleja parte de nuestro comportamiento social. Yo mismo estoy recurriendo al problema de migración en Vino el amor. Creo que el tema de los narcos está empezando a caer, porque ya es tan repetitivo que a la gente le deja de interesar. Ahora están empezando a pegar las biopics.

¿Te gustaría hacer la biopic de tu hermana (Verónica Castro)?

(Risas) Pues sí, sería como Los Locos Adams. No sé si sea el más calificado para hacer la vida de Verónica, porque sería muy difícil cortar la parte personal, pero yo creo que si es una vida interesante por muchos de los sacrificios, trabajos y esfuerzos que tuvo; y obviamente por su vida sentimental o como madre, pero si me gustaría.

Las biopics me llaman mucho la atención, hay cosas que hemos estado preparando  con Televisa y con la compañía Entre líneas que creé con escritores, la cual me ha dado la oportunidad de trabajar con diferentes autores y clientes, estar viendo otro tipo de productos.

Obviamente, con Televisa estaré siempre a la disposición de lo que ellos necesitan que haga para la empresa.

¿Ya has contado tu mejor historia?

Siempredigo que lo último es lo mejor que he hecho.

Sin embargo, debe haber aquellas que te dejaron mejor sabor de boca…

Sí, de grandes sabores están Rubí, Serafin, Pueblo chico infierno grande, Acapulco cuerpo y alma, Código Postal y Los exitosos Pérez, a la cual le tengo un cariño especial; así como a La que no podía amar, porque en esta última trabajé por primera vez con Jorge Salinas, quien es un gran actor y gran compañero.

¿Hay alguna que te falte?

Hay varias por ahí. Hay una que le tengo muchas ganas, espero llevarla a cabo, y es la historia de lo que somos aquí (en Televisa) empezando desde la XEW hasta  lo que somos ahora.

Ya viste a Verónica en su obra (“Aplauso, un musical para una estrella”).

Sí, me encantó, verla me fascina.

Tú que has trabajado con muchas actrices y después de más de 20 años de carrera has aprendido a conocer las características que requiere una estrella, ¿qué tiene tu hermana para seguir brillando después de 50 años de trabajo?

Lo primero, es que tiene un gran ángel y una gran sencillez en su forma de ser y trabajar; después, la entrega, la pasión que tiene por su trabajo. Yo tengo la fortuna de haber trabajando con ella, para mí fue una gran enseñanza porque es la primera en llegar, en aprenderse sus diálogos, en ver que nunca, nunca exista una queja, sino una propuesta; es el mejor ejemplo o escuela que he tenido.

¿Te gusta la historia que has protagonizado en el medio televisivo?

No sé, disfruto mucho mi trabajo y nunca lo visualice en el futuro cuando empecé en esto; lo que soy ha sido en base a trabajo.

Sí tengo muy claro que estoy dentro de una empresa, en la cual estoy en la posición más alta que voy a tener, porque no me gustaría ser ejecutivo. Como productor tengo la libertad que requiero para hacer lo que me gusta.

¿Cómo inició tu historia?

Empecé de la manera más chistosa del mundo, a los 4 años como actor en una película; acompañé a Verónica y me quedé en una película, Jesús María y José, que la siguen pasando todas las Semanas Santas. Salía del niño Jesús, así que imagínate, pobre man, en lo que terminó.

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