Dejó Federico Campbell 2 libros inéditos

La colección de ensayos “La era de la criminalidad”, en la que trabajó dos años y Padre y memoria; los entregó mes y medio antes de morir.

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Familiares, amigos, intelectuales y lectores acudieron a dar el último adiós al colaborador de Milenio. (Héctor Téllez/Milenio)
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Jesús Alejo Santiago/Milenio
MÉXICO, D.F.- Allí estaba el poeta que no podía contener las lágrimas y lloraba como un niño por la partida de su amigo querido, o la editora independiente que se abrazaba a la viuda sin saber a ciencia cierta en quién había más dolor, o la joven escritora, sonorense ella, que escribió un texto a partir de los títulos de su obra:

“Dinos en clave morse, Tijuanense, que sólo te estás tomando un descanso, que pronto harás de nuevo el viaje Transpeninsular para disfrutar de Todo lo de las focas.

“Prométenos a tus amigos, nosotros Los brothers (jamás Infame turba, presa de la Invención del poder) que traducirás la experiencia en una pieza más de tu Periodismo escrito, con licencias otorgadas por La ficción de la memoria”.

Si el norte siempre fue un territorio de pasión vital y literaria para el escritor Federico Campbell, su legado parece esparcirse por todo el país, como quedó reflejado en quienes acudieron al Panteón Francés a despedirse del escritor y periodista, cuyos restos fueron cremados anoche mismo.

Las despedidas

A la hora de decir adiós, no hubo quien no destacara la generosidad como uno de los rasgos principales en Federico Campbell: Juan Villoro, recordó por ejemplo, que prácticamente inventó una editorial para los jóvenes autores, llamada La Máquina de Escribir, donde pagaba las ediciones a los jóvenes autores, a partir de las ganancias que recibía en la revista Mundo médico.

“Fue un ensayista muy notable, periodista extraordinario en su columna La hora del lobo: una hora de frontera, limítrofe y a él siempre le interesó el cruce de fronteras, donde podríamos destacar la relación que tuvo con la literatura y con el periodismo: siempre pensó que el periodismo era una forma del arte; fue una persona que supo crear a través de la entrevista algunas de las mejores páginas de la literatura mexicana”, agregó Villoro.

Para el director del Fondo de Cultura Económica, José Carreño Carlón, quien mantuvo una amistad con Campbell desde los años preparatorianos, debe reconocerse una obra que no fue en serie, sino que siempre estuvo bien cuidada, “con aportaciones al periodismo y a la literatura.

“Sus libros recogen un México fronterizo que como todo está en transformación: quedó ahí un testimonio muy valioso, recogido en forma de novela, pero con un registro muy importante de toda una región muy entrañable para él y para nosotros”.

“Fue un ensayista muy notable, periodista extraordinario en su columna La hora del lobo: una hora de frontera, limítrofe; siempre le interesó el cruce de fronteras", dijo Villoro

Paco Ignacio Taibo II hizo hincapié en que muchos de quienes han fallecido en los últimos meses eran vecinos de la Condesa, “quienes nos encontrábamos para pasear en el vecindario: Federico, José Emilio —antes que tuviera que encerrarse en casa—, Gelman.

“Tengo una sensación horrible, porque se mueren los buenos… tengo una lista enorme de cuates que no le sirven para nada a este país; sin embargo, la gente con talento, con buena fe, positiva, creadora, que aporta… es muy desconcertante la terrible racha que ha caído encima, son tiempos oscuros. Ahora: viejos escritores,  viejos roqueros y viejos rojos nunca mueren, los libros están ahí”.

El escritor sinaloense Élmer Mendoza reconoció que la partida de Federico Campbell afecta a toda la literatura mexicana, pero en especial a quienes habitan los territorios del norte, como si “el color beige de nuestros desiertos se oscurecieran un poco.

“Lo hemos sentido mucho desde que nos enteramos, lo veo como un túnel muy negro y muy amargo que nos toca vivir a los amigos, y vamos a hacer lo que se debe hacer con un hombre que hizo de la memoria su tema y que ahora nos toca a nosotros hacer que esa memoria se amplíe y permanezca”.

Otro de los más sentidos con la partida de Campbell era el director de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, Fernando Macotela: eran amigos desde sus años de estudiantes y lo recordó como una gente siempre derecha, en su vocación y como ser humano.

“Por lo que Federico debe ser recordado, aparte de su calidad humana, es por su labor como escritor: produjo una veintena de libros, nunca perteneció a mafias, ni a grupos, no recuerdo nunca haberlo oído hablar mal de alguien”.

Las calles de la Condesa se queda sin otro de sus caminantes principales; ya lo extrañan en las cafeterías en las que solía detenerse a mirar “la hora del lobo”.

Obras futuras

Carmen Gaitán señaló que prácticamente ya se encuentran listos sendos volúmenes de Federico Campbell: Padre y memoria, que será publicado por Editorial Océano, además de La era de la criminalidad, que editará el Fondo de Cultura Económica.

El escritor y editor Martín Solares recordó que unos seis meses antes de fallecer, Federico estaba reorganizando muchas cosas de su obra. Entregó dos libros de ensayo, un mes y medio antes de su partida, siendo La era de la criminalidad  completamente inédito, el cual había trabajado los últimos dos años.

“Federico tenía la costumbre de engargolar sus trabajos en proceso y hacerlos circular entre sus amigos, entonces todo el tiempo veíamos el avance de la novela. Unos tres días antes nos hablaba para decir: ‘Estoy avanzando mucho en la novela del escultor y siento que ya terminé la novela del actor’. La novela del actor se va a llamar La criatura y el personaje”.

En el Norte, su propable destino final

"Todo parece indicar que el mejor escenario para que descansen los restos de Federico Campbell está en el norte del país", adelantó su viuda Carmen Gaitán, quien señaló que le gustaría esparcir sus cenizas en el desierto de Sonora.

“Federico tuvo una gran fascinación por Sonora y por Baja California, pero hay un gran amigo de él que vive en el Desierto de Altar y tal vez vayamos Víctor Mendoza y yo a esparcir sus cenizas: yo no veo a Federico, que eran un andarín, encerrado en una urna. Federico debe estar en un espacio muy amplio, como era su espíritu, en el desierto”, dijo la promotora cultural y editora, actual directora del Museo Nacional de San Carlos.

Durante el velorio del colaborador de MILENIO en el Panteón Francés de la Ciudad de México, donde llegaron a despedirse familiares, amigos, intelectuales y jóvenes lectores, Carmen Gaitán también adelantó que espera que los libros del escritor, reunidos a lo largo de medio siglo, puedan ser donados al Centro Cultural Tijuana (Cecut), “donde tienen un rincón de lectura, pero no una gran biblioteca”.

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