Desterrado ucraniano conquista Mérida

El violinista ucraniano Vadim Brodski se gana al público con su interpretación en el Teatro 'José Peón Contreras' en un concierto de Brahms.

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El violinista ucraniano Vadim Brodski ha ganado tres certamenes internacionales. (Milenio Novedades)
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Jesús Mejía/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- El violinista ucraniano Vadim Brodski, desterrado en la época de la dictadura soviética en Siberia, donde retiraba “escama” de pescado, conquistó con su violín, sencillez y tenacidad el alma del público de Mérida, con la interpretación del Concierto para Violín de Johannes Brahms.

Lejos de erigirse como la figura central del escenario del Teatro “José Peón Contreras”, el virtuoso se situó como un músico más de la Orquesta Sinfónica de Yucatán (OSY), bajo la batuta de Juan Carlos Lomónaco, para tocar en conjunto las primeras notas del concierto.

En tres movimientos, Vadim Brodski mostró al público su técnica y memoria. En los pasajes como solista, el artista visitante pulsó con firmeza su instrumento y desplegó con denuedo su arco para soltar al aire secuencias ininterrumpidas y escalas que la obra exige, en un esfuerzo prolongado que le obligó limpiarse el sudor en varias ocasiones. 

El solista, ganador de tres certámenes internacionales, el de Wieniawski (1977), Paganini (1986) y “Tibor Varga” (1986), acometió sin titubeos, arrancó de su violín numerosos y contrastantes acordes, sudó la gota gorda, pero al fin, airoso, cumplió y el público respondió con ovación frenética.

Ante el éxtasis y euforia de los asistentes, el violinista concedió un encoré, e hipnotizó a la concurrencia durante tres minutos con un pasaje de Johann Sebastian Bach. 

Beethoven y Berlioz

La OSY interpretó en el inicio del concierto la Obertura Fidelio de Beethoven y concluyó con una obra de enormes proporciones sonoras, la Sinfonía Fantástica del compositor francés Hector Berlioz, que requirió el empleo de timbales, campanas tubulares, platillos, un gran tambor y una tuba, además de trombones y trompetas.

El teatro se convirtió en una gigantesca caja de resonancia por las dimensiones sonoras que implica la sinfonía, la cual proyecta el amor de Berlioz por la actriz británica Harriet Smithson, además de sus sueños, fantasías en un delirante discurso musical.

Con este concierto, la OSY consolida su público, ya que el teatro registró un lleno total, lo que refleja el creciente interés por el repertorio de la orquesta, que el próximo fin de semana tendrá como director huésped al polaco Maciej Zoltowski y al pianista mexicano Mauricio Nader, quien interpretará el Concierto para Piano de Edvard Grieg.

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