Escritor yucateco viaja a Europa para presentar su obra

El escritor yucateco, quien se considera 'hijo' de la UADY, presentará su obra en Europa.

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El escritor Manuel Iris se considera hijo de la UADY, pues durante su estancia en esta casa de estudios logró sus primeros pasos como creador. Ahora su poesía ha traspasado fronteras. (Facebook/ Manuel Iris)
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Jesús González/ Sipse.com
MÉRIDA, Yucatán.- El viaje es necesidad para aquel hombre que tiene como objetivo de vida conocer el mundo, o si esta meta resulta inalcanzable, por lo menos conocerse a sí mismo dentro de él. Muchos escritores entienden dicho objetivo como la búsqueda inicial de la poesía, por lo que el hecho de trasladarse de un lugar a otro, viajar, no solo resulta un ejercicio físico sino también espiritual.

Incluso Octavio Paz apuntó con sus versos la necesidad del viaje para el poeta: "Nada soy yo, cuerpo que flota, luz, oleaje; todo es del viento y el viento es aire siempre de viaje."

Una postura muy parecida adopta el poeta Manuel Iris, quien se formó en la península yucateca, ahora radica en Cincinnati y hace unas horas tomó un avión para visitar por primera vez Europa. ¿La razón? Presentará su obra en países que podrían parecer lejanos y distintos a México como lo son República Checa y Polonia, pero para un escritor que se asume como ‘poeta del lenguaje y las culturas’ las barreras geográficas resultan posibles de derribar.

Específicamente, Manuel Iris compartirá su poesía en Praga, República Checa, el próximo martes 21 de junio en el Centro Cultural Latino de esta ciudad; mientras que en Cracovia, Polonia, estará el jueves 23, en la Librería Lokator.

Si hablamos de viaje y movimiento parece que el escritor ha tenido buena experiencia de vida, y al cuestionarle sobre su lugar de origen, Manuel entiende que en estos tiempos globalizados resulta innecesario atar la identidad a un gentilicio en específico, por lo que él se identifica como campechano y yucateco: “en un lugar aprendí a hablar y en el otro a escribir”. Sin embargo, deja claro su amor por esta península que en ocasiones se asume como un mundo externo al mexicano: “Mi patria son distintos mares, pero se tocan y son el mismo mar”, responde el poeta.

Manuel Iris platica que la idea del viaje inició como una visita a amigos de Europa del Este, y a partir de allí se fue planeando la posibilidad de abrirle la puerta a un escritor de lejanas latitudes. Él afirma que los poemas son quienes buscan sus espacios, momentos y lugares, por lo que esta oportunidad se fue creando sola. Desde Cincinnati, horas antes de partir al Viejo Continente, Iris compartió para SIPSE.com algunas de sus impresiones.

El viaje y el movimiento ha estado muy presente en tu obra, ¿crees que esta visita a Polonia y a República Checa marque tu literatura?

Espero que este viaje y cualquier otra experiencia humana sean materia prima de mis poemas, aunque quizá no inmediatamente: yo quiero que mis poemas hablen de la experiencia de estar vivo, y por ello nada que yo haga o viva dejará de servir a lo que escribo.

Tal vez estas visitas cambien mi forma de escribir, pero estoy más seguro de que cambiarán, como es acaso más importante, mi forma de leer.

Otro tema que también resulta recurrente en tu poesía es la mujer, ¿a qué se debe esta ‘obsesión’?

No tengo idea del porqué de esta obsesión, pero es verdad que existe y que no he podido evitar que se transparente en mis libros. Tal vez sea que me obsesiona la muerte y su relación con la belleza y que el cuerpo, en mi caso el cuerpo femenino, me parece una síntesis perfecta de lo bello que va a morir, o bien: del modo en que la trascendencia se vuelve literalmente palpable, para nosotros.

Platícanos sobre tu último libro Los disfraces del fuego

Los disfraces del fuego es un libro de poemas que van del silencio hacia la vida, para pasar por ella hacia la muerte, que es el umbral para volver hacia el silencio mismo. Escribí este libro porque no creo que la muerte sea una interrupción de la vida, sino que la vida es una interrupción de la eternidad en la que estábamos, de la cual venimos y a la que iremos.

Ahora bien, estando en el mundo cada cosa que vemos, somos y vivimos es la repetición de un arquetipo inicial. Cada uno de nosotros es un distinto disfraz de un fuego primero. Los disfraces del fuego somos nosotros.

Este es un libro muy distinto del anterior, Cuaderno de los sueños, que se ocupa mucho más de la escritura misma, el erotismo y el amor. Una amiga me dijo que la diferencia entre ambos libros es que uno, el primero, lo he escrito con la piel y el otro desde la piel, presintiendo su muerte y buscando lo que hay detrás. Tal vez sea verdad.

El escritor recuerda su paso por Yucatán. A pesar de que nació en Campeche, desde los ocho años vivió en esta ciudad y fue aquí donde logró sus primeros pasos como creador. Él se considera un hijo de la UADY, ya que en esta casa de estudios concluyó la preparatoria y se graduó dentro de la primera generación de la carrera de Literatura Latinoamericana; además de que su libro para niños Versos robados y otros juegos cuenta con el sello de la universidad.

Tomando en cuenta el ‘malestar social’ que permea en el país, ¿cuál es el papel del poeta este sentido?, ¿está obligado a algo?

El poeta es un ciudadano y como tal tiene participación social. Que un poeta no se manifieste contra la violencia en sus poemas no significa que no lo haga en las calles, en su vida diaria, en su trabajo como maestro, periodista, funcionario, o en su rol de padre, hermano, hijo, vecino, amigo o sencillamente, hombre sensible y pensante, ser humano. No creo que el poeta esté obligado a escribir sobre esos temas, y en cambio creo que todos los humanos estamos éticamente obligados a no ignorarlos, a hacer algo para que esos males dejen de ser tan enormes, tan pesados a la humanidad. Lo que se le pide al poeta son poemas y a los poemas que sean honestos, hablen de lo que hablen. Considero que todo poema es un acto político.

Después de Europa, ¿qué sigue para Manuel Iris?

Seguir trabajando como hasta ahora, lentamente. No creo que la vida vaya a cambiar radicalmente por este viaje, aunque seguro tendrá consecuencias creativas o personales de cualquier índole. Pero lo que espero es seguir leyendo y escribiendo en el silencio de mi estudio, en Cincinnati. Seguiré haciendo mi trabajo como antes, y  leyendo y escribiendo en soledad y lentitud, como siempre. 

Por último, Manuel Iris agradece que luego de una década fuera, Yucatán siga abriendo los espacios para que él pueda hablar de su trabajo: “Significa mucho para mí. Muchas gracias”. Ahora el escritor ya está lejos de casa, en un viaje a encontrarse solamente con su poesía, total, como el mismo Paz apuntó en ya lejano 1950: “El mexicano siempre está lejos, lejos del mundo y de los demás. Lejos, también de sí mismo."

Claves:

  • Manuel Iris (1983) es Licenciado en Literatura Latinoamericana por la UADY, maestro en literatura hispanoamericana por la Universidad Estatal de Nuevo México (EU), y doctor en lenguas romances por la Universidad de Cincinnati (EU).
  • Autor de Versos robados y otros juegos (Pacmyc-Conaculta 2004, UADY 2006), Cuaderno de los sueños (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2009) y Los Disfraces del Fuego (Atrasalante, 2015). 
  • Ha publicado poesía, ensayo y traducción en revistas como Casa de las américas (Cuba), Sibila (España), Mapocho (Chile), Triplo V (Portugal) y Líneas (Francia). Radica en Cincinnati, Ohio. 

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