Exitoso inicio de temporada de la OSY

Vítores y gritos de Viva México! en retribución a la magistral interpretación de Huapango de Moncayo.

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Ante un lleno completo, la OSY ofreció un concierto cargado de sentimiento nacionalista. (yucatan.gob.mx)
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Jesús Mejía/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Con un orgullo de pertenencia a la cultura mexicana, el público yucateco disfrutó y vitoreó, el viernes por la noche, el repertorio de la Orquesta Sinfónica de Yucatán, conformado por obras de autores nacionales, entre ellas, el otro himno nacional, el conocido Huapango de José Pablo Moncayo.

En el Mes de la Patria, la concurrencia llenó el teatro José Peón Contreras para escuchar un concierto cargado de auténtico sentimiento nacionalista y gritos de ¡Viva México!

La orquesta ensalzó el sentimiento nacionalista de los meridanos que prefirieron escuchar la música de México que ver por televisión a la misma hora a un seleccionado nacional de futbol que sólo trajo decepciones al caer ante Honduras.

Como estreno en Yucatán, la Sinfónica presentó l Concierto para Piano de Ricardo Castro, 109 años después de su creación, con una estructura musical de calidad comparable a los conciertos de Chopin, Tchaikovsky y Rachmaninof. 

El pianista Manuel Escalante demostró por qué no es profeta en su tierra, ya que es prácticamente desconocido en el estado por los melómanos, pero triunfa en las salas de conciertos de Europa y Estados Unidos. Su interpretación de la obra de Castro no dio lugar a dudas o suspicacias y obtuvo el reconocimiento unánime.

Ante el insistente aplauso, el concertista ofreció al piano otra joya: el Intermezzo de Ricardo Castro, con pasajes que pasaron de lo poético a lo sublime hasta dejar extasiado al público, que ocupó todas las butacas del teatro.

Con sabor a danzón

Con el Danzón No. 2 de Arturo Márquez, no pocos asistentes hubieran querido una pista para bailar al ritmo de las claves, timbales y trompetas y expresaron su gusto por esta pieza, la más famosa de los ocho danzones creados por el compositor y la que más le ha dado proyección internacional.

En la segunda parte del programa, la OSY tocó una pieza de ritmo festivo, dinámico, constante, como es el bullicioso transporte colectivo de la Ciudad de México, titulada “Metro Chabacano”, al que siguió Sinfonía India de Carlos Chávez, con maracas, caracoles y percusiones de procedencia autóctonas.

Con su batuta, Juan Carlos Lomónaco dirigió con entrega y alegría la interpretación del famoso Huapango de Moncayo, para muchos, el segundo himno mexicano, con una estructura influenciada por la música popular del occidente, que ha dado la vuelta al mundo.

Trompetas, trombones, flautín, transversa y arpa sonaron al ritmo del huapango ante una audiencia que al final se entregó eufórica y obligó al director de la orquesta a regresar al podio tres veces ante los insistentes aplausos. 

El éxito estaba consumado. México es mucho más que fútbol.
 

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