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Arturo Ripstein, director de la película 'La Calle de la Amargura', ovacionada en la muestra de Venecia, recibirá un homenaje en el festival de cine. (Archivo/AP)
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Agencias
VENECIA, It.- La película La Calle de la amargura, del cineasta mexicano, Arturo Ripstein, fue recibida hoy con aplausos en su proyección a la prensa en el festival de cine de Venecia, que esta noche rendirá un homenaje al maestro por sus 50 años de carrera.

Rodada en blanco y negro y con las actuaciones de las mexicanas Patricia Reyes Spíndola, Nora Velázquez y Sylvia Pasquel, la película fue presentada fuera de concurso.

La calle de la amargura relata la historia de dos prostitutas “añosas”, que por accidente asesinan a dos luchadores enanos a los que les suministran una dosis letal de gotas para adormecerlos y robarlos.

“Mi vida entera ha transcurrido dentro de un estudio de cine. Hace más de 65 años, de la mano de mi padre, comencé a ver películas en blanco y negro y para mí el cine debe ser en blanco y negro”, señaló el cineasta en rueda de prensa.

Dijo que no concebía realizar sus cintas en otros tonos, aunque reconoció que a lo largo de su carrera los productores lo obligaron a realizarlas a colores.

En La calle de la amargura el blanco y negro resulta muy eficaz para recrear la atmósfera sórdida y lúgubre en la que transcurre la historia, ambientada en la “zona roja” del centro histórico de la Ciudad de México.

Las asesinas son interpretadas por Reyes Spíndola y Velázquez, presentes en Venecia, mientras que Pasquel, en la que probablemente es la mejor actuación de su carrera, tiene el rol de la madre de los dos enanos luchadores.

Para Ripstein, hacer cine no ha sido del todo felicidad: 'lo he hecho más por tristeza, rencor, ansiedad'

La trama está basada en un hecho real, aunque encaja perfectamente en el universo cinematográfico desarrollado por Ripstein, poblado por seres esperpénticos y al borde del abismo.

Ripstein reconoció la influencia del expresionismo alemán que, aseguró “fue fundamental para los cineastas de mi generación”.
“Sin fascinación no hay narrativa y el expresionismo alemán provoca eso”, declaró.

También se refirió a la picaresca española y a la obra de Ramón Valle Inclán como “elementos que conforman la cultura literaria mexicana de la que se nutre el cine”.

Contó que estar detrás de las cámaras durante 50 años ha sido “enormemente grato”, aunque irónicamente señaló que lo ha hecho no tanto por felicidad, sino “por tristeza, ansiedad, miedo y rencor”.

“Como decía Truman Capote, Dios te da un don, pero también te da un látigo y para mi el látigo ha sido sentarme y ver la película”, afirmó.

Reyes Spíndola reconoció la “enorme suerte” de haber trabajado con Ripstein en 12 películas.

“Tengo en mi carrera 62 películas, pero la gente me recuerda por las que he hecho con Ripstein. Así que agradezco a Dios y al destino por el privilegio de haber trabajado con Ripstein”, señaló la actriz.

Velázquez dijo que fue “un milagro” el haber podido trabajar con el autor de cintas como El castillo de la pureza, El lugar sin limites o La virgen de la lujuria, que en 2002 recibió una mención especial en la Mostra de Venecia.

Risptein recibirá esta noche un homenaje por los 50 años de su carrera antes de la proyección de La calle de la amargura al público en la Sala Grande del Palacio del Cinema del Lido de Venecia.

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