Gerard Depardieu confiesa: fue prostituto y profanó tumbas

La exestrella francesa publica en su biografia capítulos desconocidos de su vida y sus coincidencias con el presidente Vladimir Putin.

|
Los secretos de Gerard Depardieu salen a unas semanas después de que confesara su adicción al alcohol y que consumía más de 14 botellas de vino al día.(Gtres/vanitatis.elconfidencial.com)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Agencias
MADRID, España.- Pocos conocían que el controvertido actor francés Gerard Depardieu, que cambió su nacionalidad por la rusa para aprovecharse de las garantías fiscales que le concedió el presidente Putin, había ejercido la prostitución de joven. Ahora, el intérprete confiesa actos de los que no se enorgullece, pero que le han convertido en el hombre que ahora es, publica vanitatis.elconfidencial.com.

Lo ha hecho en un libro autobiográfico, That’s the way it was, en francés Ça s'est fait comme ça (Así sucedió), escrito por Lionel Duroy, en el que narra cómo se adentró en el mundo de la prostitución: “Siempre supe que era del agrado de los homosexuales”. Comenzó en este mundo en Chateauroux, su ciudad natal, para más tarde continuar ofreciendo su cuerpo en París, tal y como desvela este lunes The Hollywood Reporter. No obstante, una vez abierta la caja de pandora, el actor no ha querido quedarse ahí.

Gerard Depardieu en una escena de la película 'Les Valseuses' (vanitatis.elconfidencial.com)

También ha desempañado otras tareas para buscarse la vida hasta que logró hacerse un destacado hueco en el mundo de la interpretación. Llegó a pegar palizas a sus clientes para así lograr una mayor recaudación: “El ladrón y matón estaba muy vivo en mí y llegué a pegar a varios clientes, robándoles todo su dinero”, reconoce.

Ladrón de tumbas

Unos delitos por los que ha llegado a cumplir condena en la cárcel, concretamente por ayudar a un hombre a profanar tumbas con el único objetivo de hacerse con las joyas con las que eran enterrados los muertos.

Todo esto sale tan sólo unas semanas después de que el actor francés confesara su adicción al alcohol. Unas declaraciones controvertidas al afirmar que llegaba a consumir más de 14 botellas de vino al día. Ahora, se excusa en el libro, donde aclara que reconoció este problema “para ahuyentar mis fobias, no porque sea alcohólico”. 

Entre estas fobias se encuentra un miedo irracional a “escuchar el latir del corazón, los fluidos de mi interior, el crujido de los huesos” y por ello mantiene su mente ocupada nublándola con elevadas cantidades de alcohol: “Esto me impide dormir si no estoy borracho”. Unas circunstancias que le acercan a su nuevo amigo, Vladimir Putin, presidente de Rusia, tal y como confiesa en su libro: "Le gusta mi lado hooligan, ese que me ha causado estar medio muerto por la borrachera, tirado en una acera. Ambos pudimos haber sido unos matones terribles".

Lo más leído

skeleton





skeleton