Guns N’Roses convierte en una jungla al Foro Sol

La legendaria banda se encargó de enloquecer a 65 mil personas que aguantaron la tremenda lluvia en la Ciudad de México.

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Axl Rose apareció en el escenario sentado en su trono, debido a la lesión que presenta desde hace unas semanas. (Notimex)
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Milenio Digital
CIUDAD DE MÉXICO.- El mito de Guns N’Roses, engrandecido por la pasión y nostalgia de 65 mil personas, volvió a sonar en una jungla enmarañada de riffs y voces agudas incendiarias, que fueron vanagloriadas anoche en el Foro Sol.

Not in this Lifetime Tour, que surge después de 23 años del que fuera su último concierto, fue el motivo para que las enemistades de los integrantes quedaran atrás y conformaran una gira, donde se dice, cobran alrededor de 3 millones de dólares por concierto.

El cantante Axl Rose volvió en un trono con un pie roto, unas tallas extras y con menos cabello del que ostentaba en los 80 cuando la banda se convertiría en una marca; por el contrario, Slash parecía traído del tiempo al no envejecer, ni él, ni su virtuosismo nato en la guitarra. Duff McKagan, Richard Fortus, Frank Ferrer y Melissa Reese los acompañaban.

Su intro de los Looney Tunes marcó la pauta para estos locos que se rehusaron a colgar las pieles de roqueros y regresaron para conquistar a los más fieles fans y a los que nunca los habían visto en vivo, pero los conocían a la perfección por la trascendencia que sus canciones dejaron marcadas a la radio, televisión, e incluso en videojuegos como Guitar Hero.

Sin más preámbulo, la banda estadunidense ya desataba el inicio de una locura al iniciar con “It’s So Easy”, enmarcado por potentes explosiones, dos pantallas que los resguardaban y varias animaciones psicodélicas que invitaban a un viaje de memorias y sonidos.

Mr. Brownstone y Chinese Democracy seguían, mientras Slash se llevaba los reflectores, pues se paseaba de un lado a otro de manera retadora, sin miedo ni concesiones.

“Civil War” fue otra de las soprestas de la noche, en la que Axl movía sus brazos, arengaba a aplaudir y trataba de ser un frontman digno para su vuelta, una vez más a la escena musical.

Nada se comparó con Welcome to the Jungle, uno de los himnos por excelencia, que todos entonaron al unísono, con sus cigarros y cervezas; otros preferían grabar el momento histórico. Double Talkin Jive y Estranged fueron los siguientes disparos.

También se ayudaron de Live And Let Die, de los Wings, escrita por Paul McCartney, para sentirse más cómodos en su hábitat natural: los conciertos de estadio, cuya primera prueba la pasaron en la pasada edición del festival Coachella.

“Rocket Queen” y You Could Be Mine trajeron tres chicas en bikini, que a pesar del viento, no dejaron de moverse, y de emocionar a la gente. Attitude, y Coma fueron tan solo una pausa para alzar los puños en Sweet Child O’ Mine, cuando se preparaban para el cierre. 

Ambiente

Una intensa lluvia que azotó el oriente de la ciudad sorprendió a los miles de asistentes que llegaron al Foro Sol para presenciar el regreso de Guns N’Roses.

Los ánimos no mermaron gracias a las capuchas, sudaderas y chamarras impermeables que portaban los fans de la banda estadunidense.

Los que no venían prevenidos compraban en 30 pesos plásticos para cubrirse, que se ofrecían por las diferentes zonas del inmueble.

El concierto empezó en punto de las 21:30; la gente no ocupaba sus lugares, ya que seguía resguardándose de la lluvia.

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