Recuerdan anécdotas de yucateco con el Ídolo de México

Ayer se conmemoró un aniversario más de la muerte de Pedro Infante y Fernando Pérez contó algunas aventuras que vivió el actor en Mérida.

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Fernando Pérez Manzanero compartió algunas anécdotas que su hermano Marcial Pérez y el Ídolo de México vivieron juntos. (Milenio Novedades)
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Claudia Ortiz/SIPSE
MÉRIDA, Yucatán.- Ayer, decenas de yucatecos se unieron a la conmemoración del 57 aniversario luctuoso de Pedro Infante.

Uno de ellos, don Fernando Pérez Manzanero mejor conocido como 'El Ches', visitó la redacción de MILENIO NOVEDADES para compartir con los lectores algunas anécdotas que su hermano Marcial Pérez y el Ídolo de México vivieron juntos, pues además de amigos, eran compañeros del Moto Club y de la línea aérea Tamsa.

Don Fernando recordó que en aquel entonces él, su hermano y toda su familia vivían en la calle 61 No. 404, entre 44 y 46 del centro, hasta donde el actor y cantante iba a buscar a Marcial, ya sea para ir a trabajar o realizar actividades de motociclismo, y era en esos momentos que disfrutaban de la presencia de “Pedrito”.

Platicó que en una ocasión, mientras esperaba que su amigo Marcial terminara de bañarse fue hasta la cocina, donde se encontró unos tomates que se comió sin saber que el abuelo los había traído de Las Canarias, y que planeaba usar las semillas para sembrarlas, pero no le quedó más remedio que resignarse ante el hecho de que el “Capitán Cruz” se los había comido. 

Otro recuerdo es que cuando Pedro Infante llegaba a su casa a bordo de su moto Harley Davidson, su hermanita María Teresa tenía el privilegio de que el Charro de Guamúchil la llevara a dar una vuelta. 

Asimismo, comentó que otro divertido momento que vivieron su hermano y Pedro sucedió en la Ciudad de México: "estaban comprando en una tienda y una muchacha entró y quiso adquirir un refresco, pero el dependiente no tenía cambio, por lo que Infante dijo que la invitaría, pero la joven lo rechazó sin saber que era el famoso Pedro Infante".

Compartían gustos
  • El yucateco Marcial Pérez y Pedro Infante compartían su gusto por las motos, el ejercicio y sobre todo una gran amistad llena de anécdotas.

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