Milenio digital
MÉXICO, D.F.- Tiene un Óscar, es la protagonista de una de las sagas más taquilleras de la década, práctica la filantropía y es una de las consentidas de Hollywood. Si a esto le sumamos que es un ícono de la moda y que la prensa internacional siempre tiene su mirada puesta en ella, sería de esperarse que Jennifer Lawrence (Louisville, Kentucky, 1990) fuese una estrella inalcanzable...

No obstante, su actitud jovial, su inteligencia y sencillez la distinguen; así es como se acerca por última vez a su personaje más célebre, Katniss Everdeen, que regresa a las pantallas en la entrega final de Sinsajo Parte II, donde la heroína se enfrenta a los gobernantes corruptos de su nación en medio de una violenta revolución, sin perder nunca los valores que la han puesto siempre al margen de la maldad que la rodea en ambos bandos. El desenlace dejará a los espectadores sin aliento, mientras que el carisma de Jennifer deslumbra la pantalla.

Los fanáticos de la saga de "Los juegos del hambre" han intentado establecer un paralelismo entre Katniss y tu persona pública. ¿Qué opinión tienes al respecto?

De ser honesta, la verdad no me gusta compararme con ella desde ningún punto de vista, porque nuestras situaciones son muy diferentes. La responsabilidad que tiene ella, como hija y hermana, como amiga y amante, y como líder de una resistencia, es muy grande. 

Para mí, lo más difícil que he tenido que hacer es enfrentar las largas jornadas de trabajo en un set y, cuando hago giras de prensa, responder muchas veces a las mismas preguntas (risas). No le envidio nada a Katniss, pues tiene que vivir una vida entre la muerte, la guerra y la destrucción.

Sin embargo, ¿alguna vez te has sentido identificada de algún modo con ella?

Bueno, recuerdo que cuando filmé la primera parte de Los juegos del hambre tenía 20 años, y durante la temporada de galas alrededor del mundo debía vestirme y caminar por alfombras rojas en Nueva York, Los Ángeles, Japón, París... En cierto modo sentí como si me hubieran exiliado de mi vida normal a un mundo extraño, de diseñadores de modas y alta costura. 

Mientras caminas por la alfombra de la mano de alguien, ves a mucha gente pero apenas escuchas lo que la gente dice y sientes cómo bombardean con los flashes en sus intentos por establecer contacto contigo. En ese momento, fue que aprendí a entender y a maniobrar como Katniss.

¿Hay alguna característica que admires de ella y te gustaría tener o compartir?

Su integridad y su rebeldía. Aunque yo no puedo definirme como una rebelde, pero me molestan las injusticias y detesto cuando la gente es descortés. Aunque ciertamente, Katniss es mucho más valerosa que yo.

¿Por qué dirías que la gente se sigue interesando tanto en ver las películas, a pesar de que ya conocen las tramas y los finales porque han leído los libros?

Supongo que algo tendrá qué ver el acercamiento que experimentan con los personajes al verlos encarnados en pantalla. En el caso de Katniss, claramente es por su heroísmo: está involucrada en una guerra que ella no eligió, le toca vivir en esas condiciones y además es la líder de una rebelión. No tiene opción: o las acepta o sale corriendo. Eso a mucha gente le apasiona y no importa que ya hubieran leído la novela o la saga entera, lo que quieren es verlo en pantalla, sentirlo como algo muy suyo.

Tu personaje es visto como un modelo para muchas jovencitas. ¿Eso afecta tu comportamiento lejos de la esfera profesional?

Qué pregunta tan difícil (risas)... No, en serio, no sé si hay una sola respuesta para ello. Aunque podría decir que en cierta forma si afecta mi comportamiento totalmente. Después de todo, es un personaje modelo para chicas y chicos que van al cine. Además, hay que tomar en cuenta que uno no lo elige, viene incluido, sin consentimiento propio. 

Yo me comporto con cuidado en público, y soy alguien muy privada; esto es porque recuerdo que durante mi adolescencia me fijaba en las actrices y cantantes que me gustaban para imitarlas, y sé que en cierta forma, al menos por ahora, mi vida privada está expuesta a los ojos del mundo. Esa responsabilidad es parte integral de la fama, es una herramienta que hay que saber usar con inteligencia. Creo que eso es lo que pasa; siento una responsabilidad en cierta forma, y con las chicas sobre todo.

El pájaro ficticio llamado "Sinsajo" representa a Katniss y es el símbolo de su revolución. Si tuvieras que elegir un símbolo, ¿cuál sería?

Oh... pues yo creo que una vela, porque me hace sentir cálida y segura, como en casa. También las fotos de mi familia y mis amigos son esenciales para mí; las ubico en las habitaciones de hoteles donde me hospedo porque estos lugares parecen centros de rehabilitación: son muy sistemáticos y solitarios. Creo que ese es mi símbolo.

Ahora que termina la saga y se estrena el final, ¿sientes que echarás en falta al personaje de Katniss Everdeen?

Claro que sí. Ella es un personaje entrañable para mí, crecimos juntas y me siento feliz de haberla interpretado. Feliz y afortunada; Katniss es de esos personajes que te llegan solo una vez en la vida y conforme pasaba el tiempo, al interpretarla, fui encontrándole nuevos matices y giros. Es una muchacha maravillosa y me encanta como personaje. La voy a extrañar mucho.

Más allá de esta saga, tienes un buen puñado de proyectos, entre ellos "Joy", la nueva cinta de David O. Russell...

Oh, adoro a David. Si pudiera, trabajaría con él en todas sus películas. Es uno de los mejores directores del mundo. Y esta película que mencionas a mí me encanta, porque está basada en hechos reales y está llena de esperanza para muchas mujeres.

¿Cómo combinas los éxitos de taquilla con lo que haces en el cine independiente?

Es un delicado equilibrio. Ahora mismo tengo suerte porque lo que me interesa son los buenos guiones y los buenos directores, y me llegan buenos proyectos. Yo me formé en el cine independiente, mi primera película fue Winter Bone y no pensé que viniera algo después. Las grandes producciones llegaron más tarde. Cuando hicimos la primera cinta de Los juegos del hambre, igual que cuando acepté X-Men, no pensé que fuera a tener el éxito que logró. 

Eso me gusta, pero no necesariamente hago películas por la taquilla. Me tienen que gustar las historias y los proyectos de los directores. Por eso hice Joy, y otros proyectos pequeños e independientes que he hecho. Y lo mejor que puede hacer un director conmigo es contagiarme de su entusiasmo.