Cecilia Ricárdez/Enviada SIPSE
MÉXICO, D.F-. “La actuación salvó mi vida”, expresó Al Pacino, ante los 10 mil becarios de la Fundación Telmex durante el evento México Siglo XXI, en cuyo escenario el actor de 75 años improvisó escenas de películas, cantó, recitó un poema y recordó cómo el arte escénico le ha brindado lo que necesita en la vida.

Su participación en el evento, estuvo complementada por el periodista Larry King, quien condujo la entrevista y sumó las preguntas de los estudiantes.

Apasionado y expresivo, como buen actor, cada anécdota, recuerdo o reflexión del artista la compartía con intensidad, incluso dramatizándolo, desplazándose de un lado a otro del escenario para  sentirse más cerca del público.

El ganador de un Oscar en 1992 por su papel en Scent of a Woman (Perfume de Mujer) recordó que su contacto con la actuación fue por las visitas con su madre al cine, de donde tomaba las escenas que más le gustaban y las representaba. Posteriormente se involucró en las obras escolares, alimentando su vocación.

“La actuación salvó mi vida, porque todos los amigos cercanos murieron por drogas, y mi vida se protegió por la actuación porque me la pasaba en las obras escolares, eso me alejó de ese mundo. Creo que ese instinto de sobrevivencia me puso en acción.  De la actuación obtuve todo, la educación, maravillosos amigos”, abundó.  

Artista de teatro y cine, destacó que cuando se sube al escenario se siente como en casa y reveló que su mayor temor es entrar a escena y no saber sus líneas, porque ya le pasó.

“La educación es valiosa, te ayuda ampliar la mente, los horizontes, yo no tuve educación, pero he aprendido mucho de la gente, los libros; yo no tenía nada,  no tenía dinero, ni trabajo, pero era joven.  Dormía en el teatro donde actuaba, nunca fui tan feliz como en ese momento,  porque sabía hacia donde quería ir, y me esperaba mucho en la vida”, expresó al compartir sus consejos con los becarios.

Admitió que rechazó un papel en la película Star wars porque no entendió el guión, sin embargo declaró que no se arrepiente, porque ha cometido errores, pero no los lamenta.

“Ser actor es ser un atleta emocional” , expresó al recordar sus inicios cuando actuaba en cafés 16 funciones a la semana y el pedían dinero con un sombrero para tener el mínimo recurso para vivir.