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Guerreros del grupo islamista Ansar Dine hacen guardia durante una situación de rehenes en el desierto cercano a Timbuktu, Mali, en abril de 2012, sitio en el que se basa el filme nominado al Oscar. (Foto: AP)
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Agencias
JOHANNESBURGO, Sudáfrica.-Un extremista islámico no puede lograr todo el fervor necesario mientras realiza un video enalteciendo la causa de la yihad en una escena de "Timbuktu", nominada al Oscar a la mejor película en lengua extranjera basada en la toma de la histórica ciudad de Mali en 2012.

"No estás concentrado", dice el yihadista detrás de cámara, al darle consejos a su recluta. "Tu discurso no convence para nada".

La película es lánguida, melancólica y ocasionalmente humorosa al presentar a un pastor, interpretado por Ibrahim Ahmed, quien se enfrenta ante un grupo armado en Timbuctú, ciudad designada Patrimonio de la Humanidad por la ONU que fue un centro de enseñanza islámica hace siglos.

"Timbuktu" también puede servir como una exploración a la ideología de los milicianos de Boko Haram en Nigeria, el Estado Islámico en Irak y Siria así como los hombres que atacaron y mataron a personas en el semanario satírico Charlie Hebdo y un supermercado kosher en Paris. 

Un atacante asesinado en Copenhague, que asesinó a otras dos personas este fin de semana, también podría haber estado inspirado en los milicianos islámicos, según autoridades danesas.

La seriedad del extremismo religioso

De manera general la película es un comentario sobre la intolerancia, la resistencia y la violencia que suele estar implícito en pantalla.

"Hablar sobre violencia o mostrarla de una manera muy espectacular la hace más común y por lo tanto aceptable", dijo el director mauritano Abderrahmane Sissako en entrevista telefónica con The Associated Press.

"Todo es más difícil de comprender cuando uno está comprometido con gente que es como nosotros, que se ve como nosotros", dijo Sissako, quien destacó que los ataques en enero en París fueron perpetrados por personas que pudieron haber estado platicando con sus amigos en un café, como cualquier persona. Los tres hombres armados, incluyendo dos hermanos, nacieron en Francia y eran de origen extranjero.

"Esta historia no puede llegar en mejor momento", dijo Mahen Bonetti, fundadora del Festival de Cine Africano de Nueva York. Destacó la seriedad del extremismo religioso: "es uno de los orígenes de los problemas actuales, no sólo nos está contando un problema de África o Mali, sino de todo el mundo".

Sissako, cuyas películas han abordado los temas de la migración, la identidad, la noción de pertenencia y la pérdida de la humanidad, también destaca "las contradicciones de esta ideología rígida", dijo Bonetti.

Inspiración para Timbuktu

El director de 53 años que pasó parte de su juventud en Mali y se afincó en Francia en la década de 1990, dijo que "la chispa dramática" para "Timbuktu" fue un incidente de 2012 en el que un grupo de milicianos en Aguelhok en el norte de Mali lapidaron a una pareja no casada que tenía dos hijos. Algunas escenas fueron filmadas en Mauritania porque los problemas de seguridad de Timbuctú hacían que fuera demasiado peligroso rodar ahí, dijo Sissako.

En "Timbuktu" los yihadistas aparecen como violentos, dudosos e hipócritas. A pesar de un edicto contra fumar, uno de ellos esconde un cigarrillo y los milicianos que entran por una calle angosta en un auto quedan embelesados con las mujeres excéntricas que bloquean su camino.

La amenaza en "Timbuktu" contrasta con la belleza en las dunas, el río, la luz del sol, el silencio y la voz de la gente luchando bajo la opresión. En una escena elegantemente construida, un grupo de jóvenes juega fútbol en una cancha polvorienta con una pelota imaginaria porque el deporte está prohibido.

"Quería hablar de lo absurdo que es prohibir algunas cosas", dijo Sissako. "Era importante mostrar que era posible resistirse, expresar una forma de resistencia que era completamente pacífica".

En entrevista telefónica, Julien Gavelle, un antropólogo que vive en Mali dijo que la escena del futbol es "una forma metafórica de ver la ocupación y la resistencia", pero dijo que habría preferido que la película mostrara sin limitaciones el encarcelamiento de las mujeres y otros efectos traumatizantes de la ocupación de los yihadistas.

Falta de realismo

"Es una película hermosa pero para mi gusto no es suficientemente realista", dijo Gavelle, quien señaló que la situación política y de seguridad actual en Mali es delicada.

En 2012 los islamistas vinculados a al-Qaeda que ocuparon Timbuctú destruyeron manuscritos antiguos y redujeron los mausoleos en honor a los santos de la ciudad a ruinas. Controlaron la ciudad y el resto del noroeste de Mali por meses antes de ser retirados por tropas encabezadas por franceses a comienzos de 2013.

El director cuyas películas incluyen "Bamako" y "Waiting for Happiness", destacó que la nominación al Oscar le da impulso al cine de la región.

"Cuando se presenta una película del continente africano el continente entero está representado", dijo Sissako.

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