Vive Cancún la vida loca en concierto de Ricky Martin

El llamado a la catarsis y purificación de energía impregnó el escenario montado en el campo de golf del hotel Moon Palace.

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Alrededor de 13 mil personas asistieron al concierto. (Israel Leal/SIPSE)
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Basilio Arevalo/SIPSE
CANCÚN, Q. Roo.- El llamado a la catarsis y purificación de la energía existente en un aforo esperado para 13 mil asistentes, impregnó todo el escenario montado en el campo de golf del hotel Moon Palace, donde se presentó anoche el concierto de Ricky Martin.

El espectáculo del astro boricua, caracterizado por un colosal escenario rodeado de cuatro hélices de 72 luces teledirigidas por control remoto, tres macro murales de video y un conjunto de 12 bailarines; Ricky Martin dijo a los asistentes al show: “¡¿Cómo estás Cancún? Yo encantado de estar aquí con esta gente linda de sonrisas preciosas. Son ustedes un vicio, permítame decirles con todo respeto, un vicio bueno. Vamos a mostrar esa energía que yo conozco de Cancún. No sé ustedes, pero yo pienso dejar mi alma en este escenario. ¡Canten conmigo!”.

El cantante internacional Que preparó su concierto de fin de año en Cancún con más de un mes de antelación abrió con sus éxitos “Tus manos que me sienten”, “Shake your bom bom”, ataviado en un traje sastre blanco con solapas negras y calzado blanco, que hicieron tono con una perfilada barba que es el ícono del artista en este momento; preámbulo de la melodía “Vuelve” que fue coreada al unísono y sirvió para hacer el siguiente cambio de vestuario, tanto del cantante como de sus bailarines, seis mujeres, seis hombres con quienes bailó la mayor parte del repertorio. 

“¡Venga Cancún, que se sienta su energía, que su calor llegue hasta Puerto Rico, que tanto les quiere!” dijo. En ese momento el cantante se colocó un bombín e hizo cambio de vestuario, ahora en tono gris con negro e invitó al público a disfrutar tres melodías “importantísimas de mi vida en México” definió, al tiempo que al escenario se montaron la dos guitarras y un vocal de acompañamiento para cantar: “El amor de mi vida”, “Fuego contra fuego”, “Por ti”, que inflamaron de sensibilidad a su público.

Inmerso en la conexión latina, Ricky Martin bailó junto a su equipo coreográfico un tango que confirmó una impresionante expresión escénica del artista. Acto seguido, la producción “lanzó” una proyección exprés de imágenes del boricua para que a la invitación verbal de “¡Cancún, venga!”, cantó “Vive la vida loca”, luciendo un atuendo de saco y pantalón gris.

Posteriormente cantó “Electric vital” que hizo del escenario un paroxismo visual con el juego de luces computarizadas y pirotecnia, luciendo botines rojos, pantalón negro y camisa negra con estampado postmodernista.

Atrapado entre besos y el adiós, fue una de las frases que cerraron el show, diciendo: “Me gustaría viajar en el tiempo, México es primordial en mi vida, en mi carrera, aquí di mis primeros pasos hacia la proyección internacional”. 

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