¿Cuáles son las obras de arte preferidas del Papa Francisco?

El Sumo Pontífice escogió sus piezas favoritas entre las que destacan esculturas, pinturas y un viejo Renault blanco.

|
El Papa Francisco escogió sus 11 obras de arte preferidas, entre las que llama la atención un viejo automóvil blanco (Imagen de elcomercio.pe)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Agencias
CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Francisco compartió una selecta lista de las 11 obras de arte que considera sus preferidas.

Junto con los frescos de la Capilla Sixtina o el obelisco central de la Plaza de San Pedro, Francisco decidió incluir a una vieja “renoleta” blanca, un coche que acompañó a un sacerdote misionero italiano por más de 300 mil kilómetros.

El vehículo actualmente se encuentra expuesto en la Sala de las Carrozas de los Museos Vaticanos, donde comparte espacio con otros aparatos de movilidad utilizados por los pontífices a lo largo de la historia.

Cuando Jorge Mario Bergoglio recibió al padre Renzo Zocca, el siete de septiembre de 2013 frente al Aula Pablo VI del Vaticano, se sorprendió al ver el estado de conservación del auto y preguntó: “¿Todavía funciona?!”. El sacerdote respondió que sí y entonces el Papa le pidió dar un paseo.

“Es la mirada humilde de un pastor que pretende mostrarse cerca de la gente, con la cercanía de un cura y no con la lejanía de los pontífices a los cuales uno estaba acostumbrado a ver”, aseguró Alejandro Marmo en declaraciones a Notimex.

Artista 'del Papa

El artista argentino, un viejo conocido del líder católico, fue el responsable de su encuentro con la periodista Tiziana Lupi, autora del libro “Mi idea del arte”. De reciente edición en Italia, el texto incluye la lista de las piezas favoritas de Francisco.

Dos creaciones suyas forman parte de ese elenco: “El Cristo obrero” y la “Virgen de Lujan”. Se trata de dos esculturas realizadas con material metálico de descarte recuperado en la residencia de verano de los papas, Castel Gandolfo, y que hoy pueden ser admiradas en los Jardines Vaticanos.

“Creo que este libro habla del trabajo pastoral como plataforma de la belleza y que el arte contribuye a acompañar ese trabajo pastoral, a evangelizar a través de la poesía pero sumándole la transformación del descarte, no sólo del material sino también de la gente que queda descartada de la sociedad”, indicó Marmo.

“(El Papa) hace un recorrido de su galería para hablar del rol que tuvo el arte para evangelizar a través del tiempo, se transporta a un arte contemporáneo para poder señalar el desafío del arte en el mundo violento: incorporarse a la realidad, no ser elitistas y sorprender a los corazones fríos que están fuera del sistema”, añadió.

El resto de las obras favoritas del Pontífice incluyen las esculturas de “El Torso del Belvedere”, “La Diosa que amamanta a un niño”, “El buen pastor”, el “San Pedro en la cátedra” de la Basílica Vaticana y los techos en la Sala de Constatino.

Además del Obelisco ubicado al centro de la Plaza de San Pedro, los cuadros que representan las obras de misericordia, la “Deposición de Cristo” del Caravaggio y los frescos de la Capilla Sixtina, especialmente el Juicio Final de Miguel Ángel.

'La función del arte'

En la parte introductoria del libro el Papa criticó el uso moderno del arte como factor de discriminación social y cuestionó: “¿Por qué no deberían entrar los sin techo a la Capilla Sixtina? ¿Quizás porque no tienen dinero para pagar una entrada?”.

“¡Si el Papa tiene unos museos es justamente por esto! Porque el arte puede ser un vehículo extraordinario para contar a los hombres y a las mujeres de todo el mundo, con sencillez, la buena noticia de Dios que se hace hombre para nosotros, porque nos quiere mucho. ¡Es bello esto!”, agregó.

Pidió que los Museos Vaticanos, entre los más famosos del mundo, sean “el lugar de la belleza y la acogida”, que reciban nuevas formas de arte, que sean instrumentos de diálogo entre las culturas y las religiones y que abran de par en par las puertas a personas de todo el mundo.

“No polvorientas recopilaciones del pasado sólo para los elegidos y los sabios, sino una realidad vital que sepa custodiar aquel pasado para relatarlo a los hombres de hoy, comenzando por los más humildes, y disponerse así, todos juntos, con confianza al presente y el futuro”, apuntó.

Instó a todos en la Iglesia a promover el uso del arte para la evangelización, sin tener miedo de encontrar y utilizar nuevos símbolos, nuevas formas de arte y nuevos lenguajes, incluso aquellos que parecen poco interesantes para quien evangeliza o para los curadores (de las muestras), pero que son importantes para las personas, porque les saben hablar.

Reconoció que lo criticaron porque hace algunos meses invitó a decenas de pobres y sin techo a visitar en forma exclusiva la Capilla Sixtina, así como lo criticaron cuando mandó a poner duchas gratuitas para los mendigos en la Plaza de San Pedro.

Al respecto insistió: “Los pobres están en el centro del evangelio, que es la cosa más grande que tenemos, son los privilegiados de la misericordia divina. Si quitas a los pobres del evangelio, no se entiende más nada: los pobres están en el centro del evangelio, no debemos jamás olvidarlo”

(Información de Notimex)

Lo más leído

skeleton





skeleton