El 'no' que lo salvó de morir junto a Pedro Infante

Don Reynaldo Puerto Manzanero, quien era chofer del artista, el día del accidente se negó a viajar con él, por tener asuntos pendientes.

|
Fotografía de Reynaldo Puerto Manzanero (de sombrero), acompañado de Pedro Infante. (Juan Carlos Albornoz/SIPSE)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Cecilia Ricárdez/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- ¿Suerte o destino? Lo cierto es que una decisión lo salvó de morir al lado de Pedro Infante, afirma don Reynaldo Puerto Manzanero de 87 años, quien fue chofer del artista.

Puerto Manzanero indicó que se negó a viajar a buscar un cargamento de pescado, porque tenía que resolver pendientes en Mérida.

Su elección lo libró de aquel accidente aéreo del 15 de abril de 1957, en el cual murió el charro de Guamúchil y toda la tripulación. 

La historia de la amistad con el intérprete comenzó con una imprudencia, cuando don Reynaldo durante una jornada como trabajador de Transportes Aéreos Mexicanos (Tamsa) vio llegar a Pedro a las instalaciones y le preguntó a su superior: ¿Qué hace ese señor aquí, si él es artista?, cuestión a la que le respondió enérgicamente su jefe: ¡Él es uno de los dueños! 

La sorpresa lo dejó sin palabras y cuando lo presentaron ante el actor, se puso a disposición de lo que necesitara. 

Reynaldo recuerda que despedir a Pedro Infante fue como dar el último adiós a un familiar cercano

Luego de un breve lapso, “el ídolo de México” dio instrucciones para que Puerto Manzanero, de 29 años, fuera el chofer exclusivo para las diligencias en Mérida e incluso en otras partes del país y frecuentemente en el Distrito Federal.

La convivencia por el trabajo generó una profunda amistad, incluso Reynaldo le decía “Tío Pedro”, por la familiaridad con la que se trataban y los vínculos que lograba el sinaloense, no sólo con él, sino con toda la gente de la empresa. 

“Siempre me pedía que lo acompañara a los viajes  y el día que murió me dijo: Uayxobo (porque así me dicen) vamos a México para ver un cargamento de pescado. Y le dije: Tío Pedro, no puedo tengo que hacer en Mérida", hay varios pendientes, en el próximo cuente conmigo. Quién diría que iba a morir ese día, de haber dicho que sí, a mí también me hubiera hecho puch (aplastado)”, recuerda don Rey, al narrar el contexto de su decisión casi providencial que hoy lo tiene con vida.

Entrevistado en su casa ubicada en el centro de la ciudad, mostró a las cámaras de MILENIO NOVEDADES las fotografías del recuerdo de los cinco años, en los que fue chofer de Pedro Infante y por quien pudo conocer a luminarias del cine mexicano de esa época.

“Cantinflas, Silvia Pinal, los hermanos Soler y otros que ya ni me acuerdo, fueron tantos, porque con él visitábamos la ANDA (Asociación Nacional de Actores), íbamos a fiestas, todos me trataron muy bien, tengo muchos recuerdos muy bonitos de aquella época”, suspiró.

Además de chofer, don Rey, fue torero, luchador, boxeador  y miembro de una asociación de motociclistas, éstas dos últimas disciplinas incluso las compartió con “Tío Pedro”.

Declaró que el actor lo ayudaba a entrenar en el ring y le daba consejos para las acrobacias en la motocicleta, incluso practicó con la famosa Harley-Davidson, con la que el ídolo de Guamúchil paseaba por la ciudad de Mérida. 

La muerte del intérprete fue un golpe para Reynaldo, despedirlo fue como dar el último adiós a un familiar cercano. El mismo sentimiento de pérdida lo experimentaron sus empleados con quienes logró una relación que trascendió a su despedida. 

En el marco de la conmemoración de los 58 años del fallecimiento de Pedro Infante, lo recuerda con admiración y afecto, compartiendo su experiencia y agradeciendo la oportunidad de aquella amistad y la fortuna de vivir para contarlo.

Lo más leído

skeleton





skeleton