Cantinflas, más atenta al mito que a la realidad: expertos

El principal reto del filme era aproximarse también a Mario Moreno, sin embargo, lo consideran una 'versión mitificada' del actor.

|
'El que más trabajo me costó fue Mario', aseguró Óscar Jaenada. (Facebook/Cantinflas)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Ernesto huerta/Ivett Salgado/Milenio
MÉXICO, D.F.- Interpretar al hombre, y no solo al personaje, fue el mayor reto para Óscar Jaenada, quien da vida a Mario Moreno Cantinflas en la película dirigida por Sebastián del Amo.

"Esa dualidad me interesaba filosófica y artísticamente. Sin duda, el que más trabajo me costó fue Mario, porque había pocos elementos para conocerlo", dijo el actor en entrevista con hey!

Su esfuerzo se ve recompensado con los aplausos que la película consiguió en el Festival de Cine de Guadalajara y en Los Angeles, mientras que solo con su preestreno en México, ya logró recaudar la importante cifra de más de 13 millones de pesos. ¿Pero en realidad Jaenada logró su cometido de acercarse a Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes a través de Cantinflas?

Sólo lo positivo

Leonardo García Tsao, crítico de cine y quien fuera director de la Cineteca Nacional de 2006 a 2010, considera que, a pesar de ser "una película que brinda una imagen muy positiva de la vida de Cantinflas", no muestra "el lado arisco que tenía, porque no era realmente lo que aparentaba ser en pantalla. Era un tipo bastante difícil de trato".

La película de Sebastián del Amo, es para García Tsao "una especie de versión mitificada, mucho más atenta al mito que a la realidad. Y, en ese sentido, funciona". El crítico atribuye el éxito del filme en gran parte al trabajo de Jaenada, pues "la actuación está muy bien, es un tipo bastante más alto de lo que era Cantinflas, pero es buena, porque consigue recrear su estilo y su forma de hablar".

Cantinflas... de fantasía

Por su parte, Alfredo Gudinni, quien se desempeñó como publicista de Moreno en sus dos últimas películas, El patrullero 777 (1978) y El barrendero (1981), incluso agradece que se haya rodado "la fantasía" de la vida del actor.

"Sebastián hizo bien. ¿Para qué iba a filmar una película donde nos contaran de sus malos humores, de sus cosas feas? Mejor que se hiciera una fantasía y que terminara en eso, en el máximo galardón", dice en referencia al Globo de Oro como Mejor Actor que Mario Moreno ganó por La vuelta al mundo en ochenta días.

De esa faceta, que el público no vio en pantalla, y que alejaban al actor de su "peladito", García Tsao recuerda "cuando yo trabajaba en la Cineteca, de programador, y se le habló directamente para preguntarle si estaría de acuerdo en ofrecer copias para que se hiciera un ciclo de Cantinflas, dijo que no. No dio motivos, simplemente dijo que no le interesaba. No era muy amable".

Mientras, Gudinni lo guarda en sus recuerdos como "un divo ante todo. Llegaba al foro, no hablaba a nadie, se sentaba en su silla y hasta que él se dignaba a saludar, saludaba", lo cual representó una complicación, pues "como publicista, no había manera de hacer un boletín si no hablaba o si no se dejaba fotografiar".

Entrevista árida 

Del contraste entre Cantinflas y Mario Moreno también hablaron escritores como Elena Poniatowska. "El personaje no solo no es simpático, contra lo que uno supondría, sino que ni siquiera cantinflea: simplemente se limita a contestar en tono prepotente una que otra pregunta con monosílabos. No, sí; '¿le gusta Chaplin?', 'Sí, me gusta'. 'Cómo que por qué'. 'Porque me gusta, no tengo que dar explicaciones'. 'No, Tin Tan no me gusta, porque no y ya'", relata Poniatowska de una entrevista que describe como "la más árida, la más difícil", y que recoge en sus Palabras cruzadas (Era, 1961).

Pero Jaenada, quien en la cinta da vida a un Cantinflas a punto de conseguir el Globo de Oro, insiste en que "no es una película panfletaria, no trabajamos para quedar bien con nadie. Su hijo aceptó el guión, incluso con los momentos incómodos".

Sus luchas sindicales o sus romances son apenas dibujados en la película estrenada en mil 250 salas, cuya trama se centra en el proceso de realización de La vuelta al mundo, y se apoya en flashbacks para mostrar los orígenes de Mario Moreno en las carpas.

Como recuerda Raúl Miranda, subdirector de documentación de la Cineteca Nacional, las carpas se convirtieron en un gran lugar de esparcimiento y entretenimiento "desde principios de siglo y tienen un periodo de auge a finales de los años 20, y principios de los 30. Ahí es donde se va formando Cantinflas. Hasta que tuvo la suerte de acceder a los teatros de la clase media".

Personaje político

Pero para la década de 1950, cuando Mario Moreno protagonizó cintas como El bombero atómico, Si yo fuera diputado o Caballero a la medida, "Cantinflas ya no era un personaje popular, era un personaje de grupos políticos y económicos; ya no pertenecía a las dinámicas de la cultura popular de los años 30 y principios de los 40", considera Miranda.

Este mismo punto ya era retratado por José Agustín en su Tragicomedia mexicana, en la que recuerda que, "por desgracia, no solo Mario Moreno cambió de estatus social, sino que su personaje también, y en ese momento se inició el aparatoso descenso cualitativo de Cantinflas, quien ya en los años cincuenta solo era un pésimo remedo de sí mismo y un triste bufón de la burguesía".

Tercero en discordia: Cantinflas

Tal vez por ello es que Óscar Jaenada considera que para 1956, año en que se estrenó La vuelta al mundo, Mario Moreno "no se sentía para nada un hombre a admirar y en ese momento despuntó como artista, pero también estaba perdiendo a su esposa (Valentina Ivanova)".

En la cinta, Ilse Salas es la encargada de dar vida a Valentina y, sobre el estrecho vínculo que la pareja mantuvo, la actriz comenta: "estuvo en su vida desde antes que Cantinflas. Pasaron por periodos dolorosos, sobre todo ella; era una época en la que un divorcio era un escándalo y la infertilidad un tabú. Pero el tercero en discordia no eran las mujeres, era Cantinflas".

El paso del tiempo consiguió que Mario Moreno y su creación se apartaran paulatinamente. "La distancia se hizo más grande conforme avanzaba su carrera", relata García Tsao. Hasta llegar "al punto donde deja de ser el 'peladito' que era en los inicios y se vuelve una especie de cómico priísta".

Sí, Óscar Jaenada se enfrentó al reto de interpretar al hombre y a su personaje, pero el actor reconoce: "Mostramos al artista y al hombre, pero Cantinflas se comió a Mario Moreno. Cuando comencé a preguntar quién era el actor que lo creó, pasó tiempo antes de que me diera cuenta; te olvidabas del creador".

Lo más leído

skeleton





skeleton