Orquesta Sinfónica de Yucatán acompañó al violinista 'del mundo'

El músico alemán, Óscar Bohórquez, de padre peruano y madre uruguaya, se dice abierto a las culturas diferentes.

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El artista Óscar Bohórquez se presentó en el Teatro “Peón Contreras” con la Orquesta Sinfónica de Yucatán. (Milenio Novedades)
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Joel González/SIPSE
MÉRIDA, Yuc.- Acostumbrado a la palabra virtuoso, como si fuera su segundo apellido, con una mezcla cultural abundante y producto de haber nacido en Alemania y de ser hijo de padre peruano y madre uruguaya, así como de hablar seis idiomas y viajar por el mundo entero cada año, el violinista Óscar Bohórquez se declara simplemente un ciudadano del mundo que en cada concierto justifica el por qué ejecuta un violín antiguo tan cotizado.

Aunque el músico vio sus primeras luces en Alemania, su lengua materna es el español, esto debido a la educación de sus padres, quienes en casa siempre hablaron el idioma de Cervantes. Más tarde, a la edad de 19 años partió para estudiar a los Estados Unidos, donde continuó rodeado de latinos.

“Siempre trato de conectarme con Latinoamérica por mis orígenes y hago varios viajes a esta región para tocar conciertos”, comenta en entrevista el destacado violinista, quien añade que desea construir su carrea en el continente americano.

Explica que este año viajó a China, varias veces a Corea del Sur, entre otros países que visitó, lo que lo tiene siempre expuesto a culturas diferentes, el violinista se dice abierto a asimilar esas influencias que lo han convertido en un ciudadano del mundo.

“Toda la experiencia de otras culturas la asimilo muy naturalmente”, expresó el violinista

Sabe que el ser considerado virtuoso es una responsabilidad, por lo que su mente está siempre encadenada al siguiente proceso, ya que paralelamente ensaya el concierto que va a tocar y va preparando el próximo a tocar, manteniéndose siempre en el proceso creativo.

Sumado a lo anterior, es portador de un instrumento fabricado por Guadagnini en 1770, el cual describe Bohórquez como un excelente violín que vive y es dinámico: “Es como una relación, porque a veces yo me tengo que adaptar al violín, ya que cambia de sonido según las condiciones y a pesar de tener un gran sonido, en climas calurosos responde diferente”, dice y añade que después de seis años de tocarlo lo considera como parte de él.

“Sé que cuando se sabe que toco un instrumento antiguo tan excepcional la gente espera más de mí, pero más que ellos, yo mismo espero más de mí y me exijo más”, apunta.

Actualmente Óscar radica en París donde aprovecha su tiempo libre para leer en los seis idiomas que habla, es aficionado a bailar tango y le gusta practicar yoga para despejar su mente como buen amante de la naturaleza; para vacacionar prefiere los lugares tranquilos como las montañas, porque le proporcionan energía.

Entre sus planes para el próximo año está tocar en Brasil y grabará un CD comercial; aunque está cociente del reconocimiento que ha alcanzado el jóven músico es sencillo y con los pies en la tierra puesto que considera que le queda mucho repertorio por aprender, muchas orquestas con quienes tocar, músicos con los cuales desarrollar proyectos y grabaciones a realizar, pero comparte que su mayor sueño sería simplemente poder seguir tocando y nunca parar”.

El violinista se presentó en el Teatro “Peón Contreras” con dos conciertos, acompañado de la Orquesta Sinfónica de Yucatán, interpretando música de Brahms y Schumann. 

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