Agencias
SAN SEBASTIÁN, España.- Una "comedia grotesca" en busca de una carcajada "para sobrevivir a los tiempos que estamos viviendo" fue la definición que otorgó el director español Alex de la Iglesia (Bilbao, 1965) a su última película, "Mi Gran Noche", presentada a concurso en la sección oficial del Festival de San Sebastián y que ha recibido una cálida acogida por parte de la crítica. Su principal novedad reside en el regreso al cine del cantante melódico Raphael tras décadas de ausencia de la gran pantalla.

La película es una nueva crítica del realizador a los problemas de la actual situación económica y social de España. Un hombre en paro es enviado por la empresa de trabajo temporal a la que está adherido a participar como figurante en la grabación de un programa de fin de año en televisión en pleno agosto.

Allí descubre que cientos de personas como él llevan encerradas días y noches, en un clima de tensión, para culminar el rodaje de un espacio navideño que desea mostrar todo lo contrario: un entendimiento y una armonía que, sin embargo, sí acaban surgiendo. Aunque, como en el caso de la filmografía previa del director, en las situaciones más absurdas y paradójicas.

Cine con crítica

De la Iglesia, un licenciado en Filosofía que debutó en la dirección en 1993 con `Acción Mutante', se sirve de este escenario para una ácida denuncia del panorama televisivo español, pero también de otra de sus preocupaciones habituales: el vacío generado por una sociedad de consumo en la que el afán por los réditos económicos se impone sobre todo lo demás.

De la Iglesia se rodea de intérpretes que han aparecido con frecuencia en sus películas; Santiago Segura y Terele Pávez -ambos protagonizaron "El Día de la Bestia" 7/8, la cinta más exitosa en la carrera del director- integran un reparto en el que también están Carolina Bang, Mario Casas, Hugo Silva y Mario Casas, incluidos asimismo en "Las Brujas de Zugarramurdi", el anterior trabajo del cineasta. Blanca Suárez, Carlos Areces, Carmen Machi y Jaime Ordóñez son otros de los intérpretes.

Sin embargo, la principal novedad reside en el regreso a la pantalla grande de Raphael. Una de sus canciones más recordadas es la que da título a una comedia que el artista español defiende bajo la premisa de que "sin sentido del humor no se puede vivir hoy en día".

En la película, Raphael interpreta a una estrella de la canción sin ningún escrúpulo para conseguir la máxima audiencia posible.

"Me he sentido muy cómodo en el rodaje, acompañado por un grupo maravilloso de actores", señaló el cantante, satisfecho al mismo tiempo por comprobar cómo ha cambiado el proceso de filmación de una película en España con respecto a los años 60.

Gran transformación

"Antes el cine se hacía de una manera más encorsetada. A mí me colocaban en una escena y luego me devolvían al camerino, sin apenas contacto con el resto de actores. Álex ha hecho un trabajo magistral", añadió.

De la Iglesia escribió la trama pensando en la interpretación de Raphael, pero sin haberle transmitido su propuesta previamente. "Estaba asustado. Pensé: `¿Y si él no quiere hacerla? Tal vez tenga que ofrecerle el papel a Julio Iglesias. No, no, no.'", bromeó el director. "Le conté a Raphael mi idea y aceptó. Es la persona más generosa que he conocido", subrayó el realizador.

La película contiene los elementos tradicionales del cine del director: desenfreno, ironía, y causticidad alrededor de las historias cruzadas de numerosos y variopintos personajes.

De la Iglesia recurre a la figura de un 'disc-jockey' para explicar cómo genera sus historias: "El concepto de la fiesta me fascina y aparece en muchas de mis películas. Y yo soy como un pinchadiscos que debe hallar un equilibrio entre lo que me gusta poner y lo que la gente quiere escuchar".

Cuestionado por lo "grotesco" de su cine, el director no rehúye el término. "El único tipo de comedia que conozco es la grotesca y el retrato que se puede hacer de una sociedad se ejecuta a través de una comedia o una farsa. Creo que la mejor manera de sobrevivir a la situación que estamos atravesando es con una carcajada".

Sobre el rodaje, De la Iglesia lo describe de manera gráfica: "ha sido como unas vacaciones en el Vietnam de la guerra". "Hacer esta película ha sido una tarea muy complicada, puesto que se necesitaba un gran esfuerzo en la realización y la composición de los planos. Pero eso no impide que todos hayamos disfrutado".

(Associated Press)