Roberto Carlos sigue en el corazón del público mexicano

A sus 71 años enciende el Auditorio Nacional el cantautor brasileño, quien entre éxitos, flores y sexo enamoró a sus fans como lo hizo en los 70.

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A pesar de la lluvia, el Coloso de Reforma fue invadido por una otrora juventud, y por treintones y cuarentones que crecieron a ritmo de “Lady Laura”, de Roberto Carlos. (Notimex)
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Agencias
MÉXICO, D.F.- Un “medley” de los éxitos de Roberto Carlos encendió los ánimos del Auditorio Nacional esta noche. La gente identificó esos retazos de la selección romántica de una banda sonora personal multiplicada por casi 10 mil personas.

El cantautor de 71 años salió al escenario con un andar lento. Traje blanco, camisa azul cielo. Sonrisa perenne, como la de un hombre que goza de paz interior. Cabellos largos y alborotados.

Según publica Notimex, Roberto Carlos ya no es aquél que en la década de los 70 enloquecía a la audiencia mexicana, ahora es un ídolo legendario, el cantante que convierte hasta al más escéptico en un sensible enamorado.

"Elvis" brasileño

Según su biografía revolucionó el pop en Brasil en los años 60 y se convirtió en el “Elvis” brasileño. A la década siguiente se inclinó más por el romanticismo, que lo encumbró no sólo en su país, sino también, y gracias a las traducciones al español de sus temas, en América Latina y España.

En México su paso fue tan arrasador como el de cualquier figura de gran talla de la época. Los 70 y 80 estuvieron marcados por sus composiciones, hoy verdaderos clásicos.

A pesar de la lluvia, las escalinatas del Coloso de Reforma empezaron a ser invadidas por una otrora juventud, y por treintones y cuarentones que crecieron a ritmo de “Lady Laura”.

Los revendedores gritaban sin reparo: “¡te sobran boletos!”, todo indicaba que el arribo de Roberto Carlos había despertado en nuestro país una curiosidad, acaso euforia, inusitada.

Acompañado de 13 músicos y tres coristas, y arropado con los aplausos y gritos del público arrancó con “Emociones”. De inmediato los “¡Te amo Roberto!” llegaron y no se fueron en los siguientes 120 minutos que duró el concierto.

Y empieza el romance

Luego vino el primer clásico, la memoria se encendió. “Buenas noches, que placer y que gusto volver a verlos. Gracias por este amor que he recibido desde que nací. Siempre que regreso me dan ganas de preguntar ¿qué será de ti?”, dice “el hombre que sabe querer” para comenzar a cantar: “Qué será de ti, necesito saber hoy de tu vida, alguien que me cuente sobre tus días…”.

El cantautor sabe bien que ha tocado las fibras más sentimentales de sus admiradores y se sigue con otra clásica de su repertorio, “Cama y mesa”. Como en montaña rusa emocional, continúa con “Detalles”, la interpreta con guitarra en mano, en español y en portugués. En su interpretación íntima, cadenciosa, se oye una voz masculina gritar: “¡Te quiero Roberto!”.

Después nuevamente acompañado de los músicos que lo han seguido por décadas, Roberto Carlos siguió con “Desahogo”, casi al final del tema, expresó: “Es cuando las mujeres quieren y quien conoce a las mujeres sabe que es mejor así”.

“Lady Laura”, dedicada a su madre y “Mujer pequeña”, son el preámbulo para los temas que Roberto Carlos le ha dedicado al sexo, una de las cosas que dijo, más le gusta.

Faltaba hablar de sexo

“Siempre he hecho canciones de amor y las seguiré haciendo, pero un día pensé en si me había faltado decir algo en mis canciones. Llegué a la conclusión de que sí, que me faltaba hablar de sexo, pero dudé en escribir sobre esto por lo que dirían de mí”, contó el cantante.

Y agregó: “Sin embargo, un día me preguntaron cuáles eran las tres cosas que más me gustaban. En segundo lugar respondí que el sexo, en primer lugar el sexo con amor y en tercer lugar los helados”. Así, empezó a cantar “Propuesta” y siguió con “Cóncavo y convexo”.

Roberto Carlos hace una pausa para contar la historia del tema “Un gato en la oscuridad”, que efectivamente fue todo un hit en los años 80.

“La primera vez que participé en el Festival de San Remo iba con una canción que no era favorita y gané. Al año siguiente fui con una canción que era favoritísima y no gané, pero es una canción que me dio muchas alegrías, fue escrita originalmente en italiano, luego quise hacer la traducción al portugués pero no le entendí. Después me hicieron la traducción al español y…tampoco le entendí, porque ¿quién ha visto a un gato azul?”

Este concierto también sirvió para presentar en México un tema inédito: “Ese tipo soy yo”, incluido en el disco homónimo lanzado en junio pasado.

Rosas y canciones

“La distancia”, “El día que me quieras” y ”Jesús Cristo” fueron el primer punto y seguido del concierto. Repartió rosas blancas y rojas a la gente que se acercó al proscenio y se marchó.

La gente aplaudió, pidió más y el cantautor que a lo largo de su historia ha vendido más de 100 millones de discos volvió al escenario para cantar “Amada amante”, obsequió más flores, recibió regalos como un gato azul de peluche y una figura religiosa, volvió a marcharse.

Regresó para un encore más. “Un millón de amigos”, que suena a canción de superación personal o a comercial, pero que por su frescura dejó sonriendo y cantando a sus admiradores y cerró en definitiva con “Solamente una vez”.

Tal vez sus canciones estaban guardadas en los viejos discos de acetato, pero también en la memoria de miles de mexicanos.

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