Gustavo Ambrosio/Milenio
MÉXICO, D.F.- Este año fue muy peculiar en cuanto a cartelera teatral, en la cual se presentaron propuestas que en su temática abordan diferentes síndromes y trastornos de la personalidad. De ahí que el arte escénico se convirtió en un espejo necesario para abrir la mente e incluso sanarla.

Protagonistas de dichos trabajos hablan de su experiencia y la importancia de estas obras.

Luis Gerardo Méndez, quien interpreta a un joven con Síndrome de Asperger, una forma de autismo en la obra El curioso incidente del perro a medianoche, que se presenta en el Teatro Insurgentes, afirma que lo que al inicio era un proyecto actoral se convirtió en un proyecto personal que lo llevó a conocer un mundo más azaroso del que se imaginaba.

 “Es un mundo fascinante, también muy duro. Cuando hablé con unos chicos con Asperger me di cuenta de que no todo lo que te dicen los doctores o los especialistas es general, cada niño asperger es un universo. El teatro no solo es para entretener sino para conocer al otro y esta obra ha servido para acercar a la gente a este tema, porque aún hay mucha ignorancia al respecto.”

Para Andrea Salamerón, quien dirigió este año la obra Borderline, un proyecto iniciativa de la actriz Mónica Bejarano, considera que en México existe poca cultura de la salud mental y que el teatro puede servir como herramienta de divulgación sobre estos problemas.

“Me parece que estos temas son urgentes, que deben existir y llevarse con mucha responsabilidad. En la medida que los vayamos conociendo, podremos tratarlos y combatir los prejuicios que los rodean.” 

En cuanto a los prejuicios derivados de la ignorancia, Mercedes Gómez, música y dramaturga, cuya obra infantil ¿Y mis colores? fue montada por la compañía Figurat, y que versaba sobre la esquizofrenia dijo.

“En los ensayos, donde trabajamos con una psicóloga, me di cuenta de que siempre hay una dosis de silencio cuando uno tiene un problema de este tipo, y el silencio puede ser muy venenoso.”

En muchas de las obras, el público estuvo compuesto por gente que padecía los  trastornos y sus familiares, así como muchos especialistas, y todos se sentían conectados con las historias.

“Todo el día me llegaban e-mails repletos de observaciones, y de comentarios. Incluso hay quien se ha acercado al final de la función y me ha abrazado llorando”, cuenta Luis Gerardo Méndez. 

Para Sharon Zundel y Ulises de la Torre, quienes interpretan a dos personajes con un TOC (trastorno obsesivo compulsivo) en la obra Toc-Toc en el teatro Manolo Fábregas, la comedia de esta obra puede no solo informar, sino servir como terapia.

“La manera más fácil de que una persona sé dé cuenta de su situación es con la comedia. Con la risa se da cuenta que en realidad el asunto no es tan grave como parece”, dice De la Torre, a lo que Zundel añade.

“Lo interesante del mensaje de esta obra es que si dejamos de obsesionarnos con nuestros problemas dejaríamos de sufrir mucho. Es casi como una curación”.

El teatro puede funcionar como catarsis y eso es lo que Andrea encuentra como beneficioso de éste tipo de obras.

“La catarsis puede llevar al público a darse cuenta de que necesita una terapia, eso puede hacerlo el teatro.”

Finalmente Gómez dice que “parte del tratamiento completo es disfrutar o hacer  arte, música, teatro o pintura. Todo eso forma parte del proceso de curación”, aunado a los medicamentos y las sesiones de terapia. 

El origen

• Borderline es una enfermedad mental grave que afecta principalmente a las mujeres. La obra está basada en la novela autobiográfica de Marie-Sissi Labrèche.
• El Asperger es una forma de autismo y por cada 16 pacientes autistas, uno padece Asperger.
• Entre 2 y 4 % de la población padece un TOC (trastorno obsesivo compulsivo). Alrededor de 700 mil personas sufre esquizofrenia en México.
• ¿Y mis colores? tendrá una nueva temporada en 2014 como parte del festival Alas y raíces.