El pasajero del más allá

El taxista jamás imaginó que uno de sus pasajeros no pertenecía a este mundo.

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Un taxista de Mérida subió a tres personas, pero solo dos de ellas se bajaron, en la colonia Sambulá. (Jorge Moreno/SIPSE)
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Jorge Moreno/Milenio Novedades
MÉRIDA, Yuc.- El mes pasado publicamos una experiencia paranormal que le ocurrió a un taxista de la ciudad de Mérida. A raíz de este caso varios colegas suyos de diferentes agrupaciones también se contactaron conmigo vía redes sociales o correo electrónico para relatar los casos que ellos también han vivido durante sus horas laborales.

El primero en contactarnos fue el hijo de un veterano taxista quien también labora en este oficio desde hace algunos años y cuyo nombre es Martín Cruz.

“Yo trabajo en esto desde hace tres años, sólo una vez me ha pasado algo muy raro que en verdad no creo olvidar y que por fortuna no me ha vuelto a ocurrir; mi mamá siempre me decía que me cuidara muy bien y que me encomendara a Dios, sobre todo cuando me tocaba turno nocturno, pues me podía dar de malas de que me asaltaran o me agredieran”.

“Lo malo que mi mamá me dijo que me cuidara de los vivos pero no de los muertos, pues resulta que por el rumbo del Panteón Florido le hice la parada a tres personas. Era una pareja que creí era un matrimonio y su hijo, ambos eran jóvenes y el niño tendría unos tres o cuatro años pues aunque con trabajo, ya caminaba solo; me pidieron que los llevara a la colonia Sambulá”.

“Los tres se sentaron en la parte de atrás; durante el trayecto ellos platicaban de cosas irrelevantes y no me hicieron plática, por lo que me concentré en llevarlos a su destino; cuando estábamos por llegar tuve una duda de la dirección, prendí la luz y les pregunté por la dirección, pero al ver a través del espejo vi que no había ningún niño, sólo la pareja”.

“Volteé a ver y nada, creo ellos notaron mi cara de sorpresa y me vieron extrañados; me dieron la dirección y avancé una calle más, ya que estábamos muy cerca de donde iban, en eso se bajan, me pagan y yo observé muy bien que no se bajó el niño, incluso por un momento pensé que se guardó y se agachó entre los asientos”.

“Se bajaron, cerraron la puerta y al verlos solos volteé de nuevo, pues por un momento tuve la absurda idea de que habían dejado al niño, a lo que en ese momento el joven me preguntó si se me había perdido algo, entonces estuve a punto de quedarme callado pero no me aguanté las ganas y les dije que vi que se había subido un niño al taxi y pues ya no estaba”.

'¿Crees en fantasmas?'

“Y cuando pensé que me tirarían a loco solo se viraron a ver y me la mujer me vio y me preguntó que si creía en los fantasmas, no supe qué decir o quizás no me salieron las palabras de mi boca, pero en eso su acompañante dijo que no era necesario que yo lo creyera pero que el hermanito de su novia se había muerto seis meses atrás y ya varias personas les habían dicho que lo veían junto a ella, como si su alma en pena no se quisiera despegar de su hermana”.

“De nuevo no supe qué decir, estoy seguro de que había un niño con ellos cuando les hice la parada, estoy seguro de que también se subió al taxi y también lo estoy que éste desapareció antes de que yo llegara al sitio donde pidieron que los llevara”.

“Por fortuna nunca más tuve una experiencia similar pero por más de un año quedé traumado y cada vez que subía alguien a mi taxi estaba yo más pendiente de que otra persona del más allá subiera; qué bueno que hasta ahora no me ha vuelto a pasar, si no, jure que me cambio de trabajo”, explicó.

Para finalizar, don Martín también contó un par de experiencias que vivió su padre, quien desempeñó la labor de taxista por más de 30 años, pero esas historias las contaremos mañana.

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