FRANCIA.- ¡He aquí un regalo para los ojos! Decenas de miles de flamencos rosados ​​se han acumulado en los humedales del sur de Francia junto con sus crías que aún carecen de un plumaje extravagante.

Las aves de patas largas que se asemejan a bailarinas en tutús llevan mucho tiempo atrayendo a los turistas a las marismas de la región de la Camarga, que ha servido como mina de sal de Francia desde la época romana. Pero la cantidad de flamencos rosados ​​este año puede ser la más alta desde que los expertos comenzaron a llevar registros hace 45 años, dijo Thierry Marmol, el guardián del vasto ecosistema.

Los dos meses de estricto confinamiento de Francia para contener el coronavirus bien pueden ser la razón.

Los expertos que se basan en fotografías aéreas estimaron que 25.000 parejas de flamencos, o 50.000 aves adultas, se asentaron en el área este año, dijo Mármol. Se contaron unos 12.000 bebés. “Eso es histórico”, dijo, y enfatizó que los pequeños son difíciles de contar.

(Fabrice Pavanello, Salins de Camargue vía AP)

“Quizás el confinamiento ayudó a hacer un buen año”, dijo Mármol. “Es obvio que con el encierro no hubo disturbios. No había aviones, no había ningún ruido ".

Todavía es demasiado pronto para confirmar que el bloqueo del antivirus fue un factor en lo que dijo es "uno de los mejores cuatro años de todos los tiempos" para los flamencos rosados ​​en las Salins.

Mármol ha vigilado más de 8.000 hectáreas (19.700 acres) alrededor de la comuna de Aigues-Mortes durante los últimos 35 años, viviendo en la tierra "como un trampero en Estados Unidos".

(Fabrice Pavanello, Salins de Camargue vía AP)

Es un gran observador de las aves, la fauna y la flora que atraen a los ornitólogos y otros expertos para el trabajo de campo. La cosecha abundante de flamencos rosados ​​de este año es un placer incluso para él.

El Salin, con su agua especialmente salada, también abastece a Francia de toneladas de sal. Aigues-Mortes está a unos 50 kilómetros (unas 30 millas) de Arles, la ciudad grande más cercana.

Los expertos en flamencos pasaron unas tres horas el miércoles ajustando a 320 pajaritos con dos bandas, una de plástico y otra de metal, para que los científicos puedan rastrear su migración.

Cuando llegue el otoño, muchos migrarán a un clima más cálido en España, Italia, Turquía o el norte de África. Las bandas son "como una matrícula", dijo Marmol. La banda de plástico permite a los ornitólogos detectarlos con binoculares o un telescopio. La información se transmite a los científicos que siguen a las aves en centros de todo el mundo. Cada país usa un color designado para las bandas.

Afortunadamente para los aficionados al flamenco rosado, aproximadamente la mitad optará por quedarse. Quien sabe porque

Los bebés deben esperar a que crezcan sus plumas. Los adultos y otras personas que estén listas para despegar pueden decidir que el próximo invierno no será frío, así que "se arriesgan y se quedan", dijo Marmol.

Recordó el invierno muy frío de Francia de 2003, cuando miles de flamencos rosados ​​fueron encontrados muertos.

"Hicieron una mala elección ese año", dijo Marmol.