Banco de Cerebros, en busca de tratamiento para el Alzheimer

Esta es una de las enfermedades que más preocupa al sistema de salud debido al envejecimiento de la población.

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Se calcula que actualmente dos millones de mexicanos padecen Alzheimer. (telegraph.co.uk)
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Fanny Miranda/Milenio
MÉXICO, D.F.- Al llegar a los 65 años la pérdida de memoria fue más notoria en Carmen Rosas. No era capaz de entablar una conversación y en varias ocasiones sus vecinos la encontraron perdida en las calles.

“Cuando nos dijeron que tenía Alzheimer ya era demasiado tarde, nada se podía hacer y comenzó a empeorar. Se comportaba como una niña, había que ponerle pañal, cambiarle la ropa, empezó a adelgazar, ella misma se desconocía”, relató Arturo Miranda, unos de los nueve hijos de Carmen.

Cinco años después Carmen Rosas murió a causa de un paro respiratorio. “Los dos últimos años fueron los más críticos. Lo único que le recetaban era Diazepam para mantenerla tranquila, no había nada más que la pudiera ayudar”.

El Alzheimer se caracteriza por una pérdida progresiva de la memoria, que se incrementa hasta que la persona queda completamente demente, por lo que causa discapacidad y dependencia.

Esta es una de las enfermedades que más preocupa al sistema de salud debido al envejecimiento de la población, por lo que científicos del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) realizan estudios en encéfalos enfermos, que fueron donados, con el fin de detectar ese padecimiento de manera más temprana y encontrar un tratamiento que detenga su avance.

En 1999 se creó el Banco de Cerebros y desde hace dos años se convirtió en el Banco Nacional de Cerebros, el cual actualmente resguarda 152 encéfalos destinados al estudio de enfermedades neurodegenerativas.

“En este momento la población mexicana está entre los 25 y 35 años. En 30 años, se va a transformar en una población senil. Qué significa, que vamos a tener una explosión de todas las enfermedades neurodegenerativas, como es el Alzheimer. Por ello, es importante que los investigadores empezamos a hacer frente para encontrar un fármaco que pueda detenerlas o disminuirlas”, dijo José Luna Muñoz, coordinador del Banco Nacional de Cerebros del Cinvestav.

También resguardan encéfalos de personas que fallecieron sin alteraciones neurológicas, en los que analizan afecciones sobre el desarrollo de la enfermedad.

En uno de ellos, donado por una paciente sana de 65 años, es decir, sin alteraciones clínicas aparentes de enfermedades neurodegenerativas, el equipo del doctor Luna encontró acumulación de marañas neurofibrilares en el hipocampo.

La formación de una maraña neurofibrilar —así se le llama a la lesión que daña a las neuronas—, se lleva aproximadamente 20 años”.

Luna Muñoz explicó que si la enfermedad de Alzheimer aparece más o menos a los 65 años, significa que 20 años atrás comenzó el deterioro de sus neuronas.

“Es un caso normal y encontramos una agregación abundante de estas lesiones de esta mujer que no tenía ningún síntoma. Si hubiera vivido más tiempo, probablemente pudo desarrollar Alzheimer. Esto nos da la pauta para poder encontrar estos marcadores a etapas tempranas”.

De 152 encéfalos que resguarda el Banco de Cerebros, 15 tienen Alzheimer, el resto alteraciones neurodegenerativas: demencia frontotemporal, encefalopatía y síndrome de inmunodeficiencia, pero se requiere colectar más encéfalos con otras enfermedades neurodegenerativas, como demencia frontotemporal, parálisis supranuclear progresiva, párkinson y down.

Las donaciones se realizan a través de convenios con el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía, el Hospital General, el Hospital Universitario de Nuevo León, entre otras.

La identidad de los pacientes que donan el cerebro se mantiene en secrecía; como retribución, el Banco Nacional de Cerebros realiza la prueba histopatológica al encéfalo donado, sin ningún costo.

“Los parientes de los donadores deben saber cuál fue el motivo del fallecimiento de su familiar, para estar preparados ante otra posible aparición de enfermedades neurodegenerativas en su familia”, señaló José Luna.

De los casos de Alzheimer, cinco por ciento se asocian a un factor genético y 95 por ciento a factores ambientales que aún no se han descrito, pero de acuerdo con el equipo del Cinvestav está involucrado el estrés y la ingesta de comida chatarra.

El padecimiento

Calculan que actualmente dos millones de mexicanos padecen Alzheimer.

Existen medicamentos que pueden hacer más eficiente el funcionamiento de las células, por lo que los investigadores pretenden que con el diagnóstico temprano el problema  se detenga o sea paulatino.

“Estamos en la búsqueda de estos biomarcadores. Esperamos que a mediano plazo podamos tener este método de diagnóstico”, señaló.

 Tenemos que corroborarlo con personas que fallecen, tomar el epitelio, la sangre de estas proteínas involucradas y tratar de hacer los modelos animales, modelos celulares, para ver si todos estos cambios que suceden en el cerebro los podemos generar en cultivos celulares y en ratones transgénicos”.

Si el equipo científico del Cinvestav logra generar esos modelos, tendría la oportunidad de analizar la enfermedad en tiempos más cortos.

“Lo hacemos con personas que tienen el mal en etapas tempranas, pero a nivel celular esto significa que la enfermedad ya está echada a andar”.

Señaló que realmente es muy complicado decir que en dos o tres años se podrán tener los primeros indicios de su búsqueda; sin embargo, ha comenzado.

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