Ignacio Alzaga/Milenio
MÉXICO, D.F.- La inteligencia mexicana no incluyó a líderes ni miembros de Guerreros Unidos entre los 122 “blancos prioritarios” y “objetivos relevantes” de la delincuencia organizada cuya neutralización fijó como meta, aunque posteriormente generaron una de las indagatorias más complejas en la historia del país al estar implicados en la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.

Informes de la Procuraduría General de la República (PGR) obtenidos por Milenio revelan que en este listado solo aparece un dirigente de Los Rojos, grupo antagónico de Guerreros Unidos, quien fue ejecutado en 2013.

Se trata de Antonio Eli Miranda Román, La Moña, identificado como uno de los jefes del grupo delincuencial, quien tuvo a su cargo las operaciones en la región surponiente de Morelos.

Su cadáver fue hallado el 13 de abril de 2013 en un camino de terracería de la comunidad de Tequesquitengo del municipio de Jojutla, Morelos.

Según reportes del gabinete de seguridad nacional, La Moña fue detenido el 6 de mayo de 2009 en el Estado de México con Jacobo González Quintana, El Chaparrito, y Esteban Royacely Linares, El Royal, ex policía de Cuernavaca.

Obtuvo su libertad y desde enero de 2012 reinició sus actividades delictivas en el sur de Morelos, hasta llegar a formar parte de la cúpula de Los Rojos.

Por su peligrosidad y actividades delictivas fue incluido entre los 122 “blancos principales” en la lista que se elaboró en el inicio del sexenio, y cuya base fueron informes de los servicios de inteligencia y de instituciones como la PGR y la Comisión Nacional de Seguridad, que entonces encabezaban Jesús Murillo Karam y Manuel Mondragón.

No fueron considerados Sidronio Casarrubias Salgado, presunto líder máximo de Guerreros Unidos, ni su lugarteniente Gildardo López Astudillo, El Gil, piezas clave en la desaparición de los jóvenes estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos, según se desprende del oficio SJAI/DGAJ/13746/2015, que emitió la PGR con base en una solicitud de información vía transparencia.

Sin embargo, en tres años de la actual administración, el gobierno federal ha tenido una efectividad de 78 por ciento con la “neutralización” de 96 de los 122 objetivos principales del narco y crimen organizado, algunos detenidos, otros abatidos o asesinados por rivales.

El grupo más golpeado ha sido el de Los Zetas, seguido del cártel de Sinaloa y el denominado cártel del Poniente, que surgió en 2011 y desató una oleada de violencia en la Comarca Lagunera.

En la lista el gobierno identificó a 33 “blancos prioritarios” y “objetivos relevantes” de Los Zetas; 27 del cártel de Sinaloa; 20 del cártel del Poniente; nueve de los Beltrán Leyva; ocho del cártel de Juárez; siete del cártel del Golfo; cinco de Los caballeros templarios; cinco del cártel de Jalisco Nueva Generación; cinco de La Familia michoacana; dos de los Arellano Félix y uno de Los Rojos.

De los 26 prófugos solo se han hecho públicos los nombres de Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada (Sinaloa); Nemesio Oseguera (CJNG) y Francisco Javier Hernández (Beltrán Leyva).

Hay 14 fallecidos: zetas (cinco); Sinaloa (tres); templarios (dos); rojos (uno); Golfo (uno); CJNG (uno) y Familia (uno).