Buscar el petróleo, más peligroso que los 'narcos'

Cerca de iniciar su competencia con la IP tras la aprobación de la reforma energética, Pemex llega con serios problemas de seguridad.

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Decesos en Pemex superan a los de marinos y militares que combaten contra los cárteles de la droga. (Milenio/AFP)
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Víctor Michel/SIPSE
MÉXICO, DF.- Trabajar para Petróleos Mexicanos es una actividad aún más peligrosa que pelear contra los cárteles de la droga.

Cerca de iniciar su competencia con la iniciativa privada tras la aprobación de la reforma energética, la paraestatal mexicana llega a la meta de salida con serios problemas de seguridad, reflejados en un aumento en el número de fallecimientos incluso superior al que sufren fuerzas de seguridad.

En los últimos ocho años, 164 trabajadores de Pemex han fallecido en incidentes de diversos tipos, una de las cifras más elevadas para cualquier área de gobierno en México en términos absolutos.

Es un número que supera al total de elementos del Ejército Mexicano y la Marina que han caído en operaciones contra el narcotráfico en el mismo lapso, revela una investigación estadística de Milenio, basada en distintas solicitudes de transparencia.

No solo eso. Pese a sus intentos por fortalecer una cultura de prevención y seguridad al interior de sus filas, Pemex rebasa ya en número de accidentes mortales en sus instalaciones a otras petroleras de similar tamaño como British Petroleum y Exxon, de acuerdo con los reportes de responsabilidad corporativa de estas empresas.

A escala internacional, en los últimos seis años solo se encuentra por debajo de Royal Dutch Shell en lo que se refiere a trabajadores fallecidos.

Con base en distintas solicitudes de transparencia, Pemex accedió a revelar por primera vez las conclusiones de sus investigaciones en torno a los accidentes fatales que ha sufrido la empresa en el periodo comprendido entre 2006 y 2014.

Son resúmenes que detallan las causas por las que ha fallecido su personal y que a manera de catálogo incluyen siniestros como aplastamiento, electrocución, ahogamiento, disparo con arma de fuego, caída y explosión, entre decenas de variables mortales.

Muertes prevenibles

Pero si morir en Pemex es algo variado, lo cierto es que también es prevenible en la mayoría de los casos. Un elevado número de accidentes, según reconoce la propia paraestatal, se debe a fallas humanas, desconocimiento de los protocolos de seguridad o errores de mantenimiento, todos inexcusables a la luz del número de víctimas que generan.

Por ejemplo, la explosión de septiembre de 2012 en instalaciones de Pemex en un complejo de Reynosa, Tamaulipas —que derivó en la muerte de 31 trabajadores y dejó a otros 38 con heridas de gravedad—, se originó por una “falla mecánica debido a corrosión” que no fue atendida en un ducto y que fue ignorada en las diferentes inspecciones de seguridad.

Otros ejemplos: en 2011, debido a “fallas en la previsión de las condiciones climáticas” cuatro trabajadores de la embarcación Trinity II se ahogaron en la sonda de Campeche, mientras que en abril de 2007 tres obreros cayeron al vacío en la plataforma Sonora cuando un cable que les sostenía se venció por fatiga.

Pese a que ya han generado varias muertes, prácticas sumamente peligrosas se mantienen: es el caso del traslado de trabajadores de embarcación a embarcación a bordo de “viudas”, que no son otra cosa que plataformas colgantes de una grúa inestable.

Hay incidentes que denotan irresponsabilidad. En mayo de 2007, tres trabajadores se ahogaron en aguas del Golfo de México durante un simulacro con un bote salvavidas; no se les había entrenado para operar el motor, que también evidenció falta de mantenimiento. En mayo de 2011, otro trabajador falleció al experimentar con una herramienta hechiza que estalló en sus manos.

La información proporcionada por la paraestatal —contenida en una docena de cuartillas— permitió crear una base de datos sobre cómo, dónde y qué tan frecuentemente mueren los trabajadores de la empresa más grande y emblemática de México.

De los resultados obtenidos se desprende, por ejemplo, que la sonda de Campeche es la zona más peligrosa del país para un petrolero, al concentrar casi una tercera parte de todas las muertes registradas. Le siguen los campos de Tabasco y Tamaulipas.

Según estadísticas de Pemex, 2013 califica como el año de mayor mortandad en la empresa y sus subsidiarias, con 47 muertes, Desde 2005, la paraestatal solo ha registrado un año sin decesos, en 2010. Con cifras actualizadas hasta marzo, 2014 llevaba dos fatalidades, una de ellas en Campeche.

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