Con ropa sexy lavaba dinero 'El Chapo'

Según el gobierno de EU, la compañía Yili Underwear produce ropa íntima, y en Los Angeles blanquea grandes sumas de dinero que son reenviadas a México.

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Al parecer la empresa Yili Underwear no solo se dedica a comerciar ropa íntima sino también a 'blanquear' dinero del narcotráfico. (Milenio)
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Víctor Hugo Michel/Milenio
MÉXICO.- En su página de internet, Yili Underwear se presenta como una empresa interesada en avivar el lado más sexy de sus compradores. 

Desde sus fábricas de Hong Kong diseña y exporta a Estados Unidos tangas, trusas y cheekiesatrevidas, con diseños y estampados coquetos, justo para esa ocasión especial. También hay sostenes de lunares, de rayas, de cuadros, con broche al frente, en la espalda, rodeados de encaje.

En resumen, la compañía produce ropa íntima. Y también 'lava' grandes sumas de dinero para el cártel de Sinaloa.

De acuerdo con el gobierno federal de Estados Unidos y documentos judiciales obtenidos por MILENIO, Yili Underwear es solo una de un centenar de empresas con sucursales en California que a partir de esta semana estarán bajo vigilancia especial hacendaria en el distrito de modas de Los Ángeles, tras descubrirse que varios de sus empleados ayudaron al cártel sinaloense en el lavado de dinero a lo largo de al menos tres años. 

Es una orden que se extiende a tiendas que ofrecen marcas como Polo, Calvin Klein, Victoria’s Secret, Bebe y Elizabeth Arden, por mencionar algunas.

El superdecomiso

Las ligas entre la fábrica de narcotangas y el cártel más poderoso de México fueron cortadas el 9 de septiembre pasado por agentes del FBI, cuando un centenar de oficiales participaron en una redada en el distrito de modas más importante de Estados Unidos.

El operativo no solo desnudó que varias tiendas de ropa de marca estaban siendo utilizadas por el cártel para blanquear grandes cantidades de dinero, sino que dio un atisbo a qué tan sofisticadas, diversificadas y difíciles de rastrear se han tornado las operaciones financieras de los cárteles mexicanos, que para lavar sus ganancias pueden utilizar algo teóricamente inocuo como calzones.

Tan solo ese día, fueron decomisados 90 millones de dólares en efectivo, aunque se estima que las cantidades lavadas en el distrito pueden llegar a varios cientos de millones. Es dinero que retornaba de forma continua a México y que alimentó por años las operaciones de guerra del cártel encabezado, hasta no hace demasiado, por Joaquín El Chapo Guzmán.

Como resultado de esos hallazgos y a un mes del operativo, el Departamento del Tesoro estadunidense emitió el jueves pasado una orden de “Operación Geográfica” que obligará a todas las empresas del distrito de modas —un área que se extiende desde la calle Octava hasta la decimosexta, justo en el corazón de Los Ángeles—, a reportar ante autoridades federales cualquier transacción que involucre más de 3 mil dólares.

Las medidas entrarán en vigor el próximo 9 de octubre, fecha a partir de la cual distintas empresas tendrán que entregar a Washington registros detallados de sus ventas. 

Entre las compañías incluidas en la orden se encuentran aquellas dedicadas a la venta de ropa y lencería, de las que Yili es la más prominente, pero no la única. 

Con fecha de 2 de octubre, el Fincen, brazo de inteligencia del Departamento de Tesoro, emitió un comunicado en el que explicó que se tomó la decisión de imponer controles adicionales, debido a que “operaciones han revelado evidencia de actividades de lavado de dinero en todo el distrito de la moda de Los Ángeles, en el que hay más de 2 mil negocios. 

Lavado a través de comercio

Buena parte del blanqueo se realiza a través de esquemas en el mercado negro del peso, también conocidos como lavado a través de comercio”.

El “blanqueo a través de comercio” era empleado de forma conjunta por comerciantes del distrito de modas y organizaciones criminales para circular recursos obtenidos de la venta de drogas y reintroducirlos a negocios legales en territorio mexicano de forma maquillada, para no despertar la sospecha de las autoridades.

Según el Fincen, la mecánica seguida por el cártel de Sinaloa y sus socios colombianos en el caso del distrito de modas de Los Ángeles era la siguiente: el dinero generado por la venta de drogas era llevado a las tiendas de la zona, donde se utilizaba para comprar al contado grandes cantidades ropa y lencería, que después eran exportadas a México.

Una vez en territorio mexicano, la ropa se distribuía en tiendas de todo el país, donde las ganancias terminaban siendo depositadas en las cuentas del cártel, libres de toda mácula. Por los artículos que están incluidos en la orden de control federal y que ahora deberán ser vigilados a detalle, se puede determinar algunas de las mercancías que miles de consumidores en México han adquirido sin saber que estaban beneficiando a la organización sinaloense: hay zapatos de dama, perfumes, flores, textiles, seda y hasta productos de belleza, como tintes para el cabello y esmalte de uñas.

Tangas, cash y chinos

Aunque ha sido el caso de mayor envergadura del tipo —y es una fijación que amerita revisarse a mayor detalle—, no es la primera vez que organizaciones del narco demuestran un particular interés en lavar sus ganancias mediante tiendas dedicadas a la venta de ropa interior. 

En 2007, la Oficina de Control de Bienes Foráneos del Departamento del Tesoro (OFAC), incluyó a la empresa Lizzy Mundo Interior en su lista de negocios relacionados con el narco.

La tienda, establecida en Guadalajara, Jalisco, era un frente con el que el capo colombiano Fabio Enrique Ochoa lavaba dinero producto de la entrega de cocaína al cártel de Sinaloa. Se especializaba en la venta de negligés, bustieres y tangas.

Siete años más tarde llega el caso Yili. De acuerdo con la causa judicial CR-14-0499, en poder de este diario, los empleados de la tienda, Xilin Cheng, Chuang Fen Chen y Aixia Chen recibieron en múltiples ocasiones paquetes de dinero por parte de operadores financieros sinaloenses. Se trataba de bolsas de papel que contenían de 10 a 65 mil dólares y con las que se financiaba la compra de calzones que después eran reenviados a México.

La demanda, radicada en la Corte federal del juzgado centro de California, detalla una transacción típica. Lo hace con lenguaje legal y moderado: “Los acusados Xilin y Aixia se reunirían con sus clientes y negociar términos de cómo recibir las ganancias de actividades ilegales a cambio de entregar paquetes con los bienes”.

Es decir, la ropa sexy.

Nota: La Suprema Corte de Nueva York acusó este martes a El Chapo Guzmán de cargos por asesinatos.

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