Agencias
MÉXICO, D.F.- El arzobispo primado de México, Norberto Rivera Carrera, oró durante la homilía dominical en la Catedral Metropolitana por los migrantes, víctimas del accidente ferroviario de este domingo en Huimanguillo, Tabasco.

La celebración eucarística transcurrió sin incidentes luego del plantón de integrantes de la CNTE en el Zócalo, aunque sólo fue abierta una puerta de acceso al recinto religioso. Tampoco hubo mención alguna hacia los maestros durante la misa, informa Notimex.

La celebración eucarística que duró una hora en la Catedral Metropolitana, transcurrió sin incidentes.

El cardenal Rivera Carrera oró por los heridos y por su pronto alivio, por los fallecidos para que tengan paz eterna y por los familiares para que sean reconfortados.

Respeto a los adultos mayores

Además, Rivera Carrera, quien preside la arquidiócesis más grande del mundo, dedicó la homilía a los adultos mayores, llamó a respetarlos, valorarlos, acompañarlos, muchos de ellos son abandonados por sus familias, pese que han entregado una vida de trabajo y hoy representan sabiduría, dijo.

Por otra parte, señaló que hay dos caminos, "uno de muerte y otro de vida, la diferencia entre los dos es abismal", expuso.

"El camino de la vida lleva al amor de Dios y al prójimo, a bendecir a quien te maldice, a estar lejos de la codicia de la carne, a perdonar a quien te ha ofendido, a ser sincero y pobre, en resumen, a guiarte por los mandamientos y las bienaventuranzas".

El camino de la muerte y de la condenación te lleva a la violencia, a la mentira, a la hipocresía, a la opresión del pobre. Dicho de otra manera, es el camino contrario a los mandamientos y a las bienaventuranzas, subrayó.

De acuerdo con el jerarca católico, la verdadera pertenencia a la comunidad de Dios se realiza no sólo adhiriéndonos a una comunidad o a través de celebraciones religiosas, sino conforme a la práctica de una ética y un compromiso conforme a su proyecto de salvación.

Por esto, la pertenencia a la Iglesia, además de los elementos exteriores, "debe ir acompañada de una adhesión de corazón y de conciencia a Jesucristo el Señor. Porque no, el que me dice Señor, entrará al Reino de los Cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre", finalizó.