Carlitos Santamaría, el níño químico (video)

Carlos Santamaría, quien es considerado con alta capacidad cognitiva, cursa un diplomado en la Máxima Casa de Estudios del país.

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El niño Carlos Santamaría actualmente cursa el diplomado de Química Analítica en la FQ de la UNAM. Al terminar el curso regresará al cuarto año de primaria. (dgcs.unam.mx)
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Agencias
MOSCÚ, Rusia.- "Un día en una clase a parte de la primaria me mostraron un elemento químico, entonces empecé a tomar los libros de mis papás y mis tíos de la secundaria, entonces ahí fue cuando me fue gustando más. Después fue cuando descubrí la biología, entonces química con biología de bioquímica, hasta ahora eso es lo que me gusta más", dice Carlos.

Con cuatro horas de clase al día, Carlos absorbe todo lo que le enseñan sus maestros, sin necesidad de tomar apuntes o repasarlos en su casa. De sus 15 compañeros, él es el más joven del salón, pero su edad no representa impedimento para que entienda química y biología molecular a nivel universitario. La química es su juguete favorito.

"Si uno olvida que es un niño pues lo vería como una gente mayor tratando de aprender. Hace preguntas. El maestro lo trata como si fuera alguien más. Resuelve sus tareas. Participa haciendo ejercicios. Lo normal que uno esperaría de una gente que está comprometida", señala Eduardo Rodríguez Bustamante, el jefe departamento química analítica de la UNAM.

Carlos es un niño con altas capacidades cognitivas. Aprendió a leer a los 3 años, gracias a un juego de letras que le regalaron una Navidad. Su primera lectura la escuchó su madre, cuando pronunciaba los meses de un calendario. Su deseo de entender la composición del universo y la naturaleza lo hizo adentrarse en el mundo de la química de manera autodidacta.

Ni sus padres, ni el mismo Carlos, pueden explicar de dónde provino su interés; sencilla y mágicamente surgió.

"Nos dimos cuenta de que cuando estudiaba química, sábados, domingos, vacaciones, en su tiempo libre, pues era su fascinación. Le dabas un libro para colorear y lo llenaba de fórmulas químicas, le pedías que hiciera una tarjeta de regalo para el día de las madres y la llenaba de fórmulas químicas", recuerda su padre Fabián Santamaría Plascencia.

El futuro

Después de este diplomado, Carlos iniciará su cuarto año de educación primaria. Sus padres decidieron que ya no siguiera en un modelo de escuela tradicional, y lo inscribieron en un programa de educación en línea que tiene la Comunidad Económica Europea en España. Con ejercicios trimestrales y un examen presencial que presentará a fin de año en la embajada española en México, quieren ayudar a que su hijo se capacite de la mejor manera posible.  

"Lo que si no quiero es que se aburra de la escuela. Ese era el riesgo que corríamos con la educación tradicional. Era increíble que al segundo año de primaria el ya no quisiera ir a la escuela, teniendo esas capacidades. Yo no quiero que siendo un adolescente se canse de la escuela", comenta su padre.

"De grande no sé qué hacer, ya será cuando sea el momento de decidirlo", dice el niño genio entre risas.

Los padres de Carlos esperan que cuando cumpla 10 años, el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos le permita acreditarse en un programa especial, para que con base en exámenes académicos, pueda adelantar años escolares. Mientras sus padres guían sus pasos, este pequeño con mente de científico sigue buscando descifrar, entre risas y fórmulas, el complejo mundo de la bioquímica.

(Información de RT) 

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