Agencias
MÉXICO, D.F.- La elección para gobernador en el estado de Baja California, fronterizo con Estados Unidos, al parecer se encuentra en una cerrada contienda y ambos rivales se declararon triunfadores en la jornada electoral del domingo.

Resultados preliminares con casi 9% de los votos contados mostraban que Francisco "Kiko" Vega, del conservador Partido Acción Nacional (PAN) tenía una ventaja de casi 4%, sugiriendo que su coalición podría retener la gubernatura que su partido ganó por primera vez hace 24 años, la primera victoria reconocida de la oposición en la historia reciente de México.

Vega, que va en alianza con el Partido de la Revolución Democrática (PRD), se declaró ganador al anunciar que como "gobernador, haré lo que la gente quiera".

Sin embargo, también se está declarando vencedor el gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), que recuperó la presidencia en 2012 después de 12 años. El PRI estuvo en la presidencia de 1929 al 2000 y estaba buscando capitalizar el impulso de las elecciones del año pasado con el candidato Fernando Castro Trenti para gobernar Baja California.

Según analistas políticos, en caso de un revés, el PAN podría retirarse de una alianza con el gobierno llamada Pacto por México, mediante la cual se lograron reformas a la educación pública y a las leyes de telecomunicaciones, aunque persisten los obstáculos para una reforma energética y otra fiscal.

"En la política de nada sirven los catálogos de pretextos; en la política lo que queremos son resultados": Camacho Quiroz

El domingo también hubo elecciones para alcaldías y legislaturas en otros 13 estados. La jornada electoral incrementó las tensiones y los temores de que la violencia pudiera volverse endémica en la política a nivel local del país.

Acción Nacional, que ha gobernado Baja California desde 1989, denunció que una serie de trucos sucios en este y otros estados representan un regreso a las viejas prácticas.

La derrota del PAN podría ser devastadora para el dirigente nacional de esa fuerza política, Gustavo Madero, quien sugirió que no podría sentarse a negociar con el presidente del país, Enrique Peña Nieto, del PRI, a fin de concretar reformas nacionales cruciales, como la energética y la fiscal.

La jornada electoral tuvo un duro comienzo para Madero. Su partido informó que al acudir a su casilla electoral en el estado de Chihuahua encontró que el lugar cerrado. El líder del PAN declaró que el PRI no puede actuar como una fuerza moderna y reformista porque sigue echando mano de viejas tácticas en época de elecciones.

El líder del PRI, César Camacho ignoró las críticas diciendo que la votación en la mayoría de los estados pareció ser justa. Dijo que algunos votantes fueron intimidados en Baja California y que alguien había arrojado una bomba de gasolina en la casa de un candidato municipal del PRI.

"Dada la importancia simbólica de la entidad de Baja California para el PAN, si esta elección se pierde, efectivamente yo creo que podría venir un impacto importante hacia el Pacto por México", dijo por su parte René Torres Ruiz, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Iberoamericana.

Aunque la violencia derivada del narcotráfico ha disminuido un poco en Tijuana frente a los elevados niveles que tenía hace varios años, la zona fronteriza de Baja California aun padece una alta incidencia delictiva, la llegada de migrantes de otros estados, un crecimiento explosivo y la carga de lidiar con miles de personas deportadas cada año de Estados Unidos.

Víctor Espinoza, analista político del Colegio de la Frontera Norte dijo que Tijuana, cuya alcaldía está en disputa en los comicios, supone un enorme desafío para quien la gane.

La llegada de deportados y migrantes vuelve caótico el crecimiento de la ciudad, al tiempo que la topografía de montañas y cañones de esa ciudad dificulta y encarece la construcción de calles, drenaje y otra infraestructura a los nuevos vecindarios.

"Es prácticamente imposible para cualquier gobierno. La demanda de servicios siempre es mayor que las posibilidades de brindarlos", agregó.

Escalada de violencia

En los otros 13 estados que también efectuaban elecciones locales, las semanas previas a los comicios del domingo estuvieron marcadas por una oleada de ataques a disparos o de otro tipo. Al menos ocho políticos que se postulaban a cargos locales, o miembros de sus familias, fueron asesinados. Otras víctimas fueron secuestradas o baleadas.

El viernes hubo un noveno asesinato, el de un coordinador de campaña del Partido de la Revolución Democrática, de izquierda, en el estado norteño de Zacatecas. Aquiles González fue asesinado a cuchilladas después de que al parecer fuera secuestrado.

Se desconocen las causas de la mayoría de las agresiones. Algunos sectores han manifestado temor de que grupos del narcotráfico pretendan hacer una exhibición de su poder. Otros temen que los candidatos hayan sido blanco específico de sus rivales.

El PRI confía en que las divisiones dentro de la oposición le de ventaja en estos comicios

Sin embargo, es evidente que los ataques han tenido como víctimas personas que buscan algún cargo en zonas donde rigen la delincuencia organizada o políticos de la vieja guardia.

"Empieza a haber violencia cada vez que haya elecciones, sobre todo locales", dijo Antonio Crespo, historiador del Centro de Investigación y Docencia Económicas en la Ciudad de México.

"Hay más violencia en elecciones locales, donde mayor incidencia pueden tener los carteles, que a nivel nacional", agregó.

A decir de expertos, resulta más barato, menos riesgoso y más efectivo para los carteles intimidar o controlar un gobierno local, que intentar el sometimiento de políticos de rango federal.

Como los grupos delictivos están interesados esencialmente en preservar sus territorios -para extorsión así como para el traslado y venta de drogas- intimidar a funcionarios locales les reditúa resultados más tangibles.

"¿Qué candidatos pueden ser afines a nosotros o pueden pactar o negociar con nosotros?, pues a esos podemos apoyar, y si en cambio ven que hay candidatos que pueden ganar que no van a pactar con nosotros, pues les decimos que mejor no se presenten, o atentamos contra ellos o de plano los matamos", afirmó Crespo.

Intimidación y compra de votos

Aunque la violencia ha caracterizado a algunas elecciones locales en diversos estados como Michoacán y Tamaulipas, "no es algo que habíamos visto en otros estados de la república como lo estamos viendo ahora", afirmó Torres Ruiz.

Las denuncias más típicas en el proceso incluyen compra de votos, intimidación de electores e intentos para impedir a las personas que acudan a las urnas, en especial en los estados de Oaxaca y Veracruz.

En Oaxaca, profesores radicales opuestos a recientes reformas a la educación que incluyen evaluación de los maestros, ocuparon estaciones de radio para exhortar a las personas a que no participaran en los comicios.

Los candidatos opositores en Veracruz afirmaron que el PRI recurre a la intimidación y compra de votos al repartir materiales de construcción y canastas con alimentos.

El PRI, que ganó en 2012 las elecciones tras 12 años fuera del poder -un crudo llamado para un cambio a un partido que había gobernado México de 1929 a 2000-, expresó confianza en que mantendrá su racha ganadora, debido en parte a la desorganización y divisiones al interior de los principales partidos opositores.

Camacho hizo a un lado las críticas e hizo eco del planteamiento del mandatario de que el partido será juzgado meramente por sus resultados. "En la política de nada sirven los catálogos de pretextos; en la política lo que queremos son resultados, lo que necesitamos son hechos, y a esos nos vamos a tener", afirmó.