Crece en México la 'Chapomanía'

En varias partes del país miles de personas 'festejan' la segunda fuga del narcotraficante, de otra cárcel de alta seguridad.

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Gorros que evocan a 'El Chapo', Joaquín Guzman Loera, se venden en el Distrito Federal. Mucha gente ve con buenos ojos su segunda fuga. (ansalatina.com)
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Agencias
MÉXICO, D.F.- El 'rey del narcotráfico' en México, Joaquín "El Chapo" Guzmán, es el 'héroe' del momento en el país a dos semanas de su audaz fuga de la súper vigilada cárcel de máxima seguridad El Altiplano, y su popularidad crece cada vez más al grado de generar una verdadera "chapomanía".

La conocida cantante, conductora y actriz de teatro y telenovelas, Susana Zabaleta, celebró hace unos días el escape de 'El Chapo', por segunda vez de una cárcel para delincuentes peligrosos, y dijo que fue "algo positivo" porque Guzmán "sí hace cosas por su pueblo".

"Dicen que ayuda mucho a la gente que quiere", argumentó la actriz al diario Zócalo, de la norteña ciudad de Saltillo, estado de Coahuila, cuyo punto de vista no causó gran asombro, quizá porque es compartido por numerosas personas en México. En efecto, a la "chapomanía" abonó, según algunos analistas, la estrategia de comunicación del gobierno, de exaltar en grado sumo sus virtudes y temeridad para justificar las fallas de seguridad en la prisión donde estaba resguardado.

El propio perfil criminal elaborado por la justicia mexicana sobre el jefe del llamado Cártel de Sinaloa lo describe como un hombre "inteligente, calculador, imparable y determinado".

"El gobierno intenta decir que el enemigo es de una escala tal que a cualquiera se le hubiera ido", dijo el senador Roberto Gil, quien consideró que este recurso es "contraproducente en el largo plazo" porque si bien "nutre de de legitimidad social al forajido" también "debilita la acción" del Estado".

Si El Chapo "hubiera sido futbolista, desde hace tiempo seríamos campeones del mundo", afirma por su parte el escritor Carlos Velázquez, autor del libro "El karma de vivir al norte", quien cree que el criminal ha tenido la "habilidad" para allegarse "la simpatía de la gente".

Prolonga narcocultura

"El enemigo público número uno, el más buscado, es también la adoración del pueblo", agrega el autor y considera que "los festejos en Sinaloa por el escape del capo vaticinan que la sensación por el estilo de vida" de los criminales, conocido como "narcocultura" se "extenderá todavía algunos años más".

Los medios informativos mexicanos suelen referirse a él como uno de los mafiosos "con más influencia mundial".

Fox y la primera fuga

Nacido en la pequeña aldea montañosa de La Tuna, municipio de Badiraguato, estado norteño de Sinaloa, el 4 de abril de 1957, El Chapo apenas estudió tres años de educación básica y completó la secundaria y la preparatoria durante su primer arresto de 9 años en la cárcel de Puente Grande, estado occidental de Jalisco.

De ahí se fugó en un carrito de lavandería en enero de 2001, a menos de dos meses de asumir su cargo el presidente Vicente Fox, que puso fin a 71 años de monopolio del poder del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

La "Chapomanía" que se vive en el país tras la fuga de Guzmán es palpable sobre todo en su natal estado de Sinaloa.

Apenas se conoció su escape de prisión mediante un túnel de 1,500 metros de largo y 15 metros de profundidad, fue convocada a través de la red social "Facebook" una misa para dar gracias por su libertad en la Catedral de Culiacán, capital de Sinaloa, para lo cual se pidió a los asistentes "vestir de blanco para pedir por la paz y tranquilidad de la ciudad".

El segundo arresto

Cuando "El Chapo" Guzmán fue detenido por segunda vez, hace 16 meses, habitantes de Culiacán marcharon en contra de la detención del narcotraficante.

Ante este fenómeno, senadores de las principales fuerzas políticas pidieron a los mexicanos "tener cuidado con la apología del delito y no hacer de Joaquín El Chapo Guzmán un héroe que burla al Estado".

"La picaresca popular no nos puede llevar a hacer un héroe de un criminal ejemplar a nivel mundial", dijo el legislador del PRI, David Penchyna, quien pide ver a El Chapo como lo que es: "un enemigo común que representa millones de dosis de droga repartida entre niños y adolescentes".

Otro legislador, José María Martínez, del conservador Partido Acción Nacional (PAN) juzgó "muy preocupante que la crítica social haya derivado en una suerte de crear ídolos falsos por burlar el sistema penitenciario mexicano y por desafiar a las instituciones". 

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