'Entré a apagar una olla de frijoles, y mi hijo ya no estaba'

Los menores implicados colocaron maleza y un animal muerto sobre el cuerpo de Christoper 'para que no llamara la atención'.

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La madre de Christopher guardaba la esperanza de encontrarlo con vida. (El Diario de Chihuahua)
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Agencias
AQUILES SERDAN, Chihuahua.- Un caso que ha consternado México entero: un grupo de menores de edad asesinó a un pequeño de seis años mientras jugaban 'al secuestro'. Esto ocurrió en un estado que por años ha sido salvajemente golpeado por la violencia del crimen organizado: Chihuahua. La historia es de El Diario de Chihuahua y The Associated Press.

Más de 37 horas de angustia vivió Tania Concepción Mora Alvarado, madre de Christopher Raymundo Márquez, “El Negrito”, quien desapareció el jueves por la noche. Angustia que se transformó en inmenso dolor la mañana del sábado en que fue encontrado sin vida, en un arroyo.

El jueves, pasadas las ocho de la noche, Concepción Mora se encontraba en el pórtico de su casa viendo jugar a su pequeño, de apenas seis años de edad, con un vecinito.

“Es un niño muy sociable, le gusta tener muchos amigos”, describió la mañana del sábado, a escasas dos horas antes de que la Policía acudiera a su casa para notificarle del hallazgo de un cadáver que presumieron podría ser el de su hijo.

A las 10 de la mañana del sábado, Concepción aún albergaba la esperanza de encontrar al “El Negrito”. Frente a su domicilio la madre narró cómo ocurrió la desaparición.

“Todo fue muy rápido, en 10 minutos que me metí a apagar una olla de frijoles, y ya no estaba”. Ese mismo jueves pasadas las nueve de la noche comenzó la búsqueda del pequeño. Al principio buscándolo como cualquier madre preocupada porque su hijo no estuviera haciendo alguna travesura.

Al pasar las horas, por las calles vacías la desesperación aumentó. Después de una búsqueda por las calles aledañas apoyada por amigos y vecinos decidió comunicarse a los números de emergencia para reportar a su hijo perdido.

El primer caso

El viernes fue un día con una mezcla de desesperación y esperanza, pues aún no había pasado mucho tiempo desde la última vez que fue visto.

“Salí a buscarlo calle por calle, casa por casa, por arroyos y cerros”, afirmó Concepción.

Las calles de la colonia se inundaron con volantes de la imagen del pequeño al igual que las redes sociales. Todo el fraccionamiento se sumó a la búsqueda.

“Es el primer caso en la colonia del que se tiene conocimiento”, platicó la encargada de una tienda de abarrotes cercana a la casa de Christopher, quien también dijo que hasta los proveedores le conocían y le regalaban dulces, panes o papitas.

La búsqueda se prolongó hasta el sábado y en el transcurso no se recibieron llamadas a los números proporcionados para cualquier información, hasta que por la mañana del sábado, los policías llegaron a la casa de Concepción para darle la trágica noticia.

Descomposición social

La fiscalía de Chihuahua informó este fin de semana que un grupo de niños de 11 a 15 años secuestraron, torturaron, asesinaron y sepultaron a Christopher, este de seis años, cuando "estaban jugando".

Las autoridades consideraron el suceso como un ejemplo preocupante de "descomposición social" y expertos en infancia corresponsabilizan al gobierno de esta situación y urgen a presentar una "estrategia nacional" contra todas las formas de violencia hacia los menores.

La fiscalía estatal, en un comunicado emitido a última hora del sábado, explicó que los sucesos tuvieron lugar la tarde noche del jueves, cuando dos niñas de 13 años, un niño de 11 años y dos adolescentes de 15, "todos vecinos y conocidos entre sí, estuvieron jugando" con Cristopher Raymundo.

"Lo amarraron y le pusieron una vara en el cuello con el que lo semi-asfixiaron y cuando el menor cayó al suelo le arrojaron piedras, le encajaron una navaja en la espalda y una vez sin vida lo arrastraron hasta donde depositan el cuerpo", indica la nota.

Según el testimonio de los menores, que confesaron su crimen, una vez que habían matado al pequeño, hicieron una "excavación superficial" en el "cauce de un sinuoso arroyo ubicado en la colonia Laderas de San Guillermo" -una zona de la ciudad limítrofe con la prisión estatal- cubrieron el cadáver con tierra y colocaron encima "maleza y un animal muerto para que no llamara la atención".

Gran preocupación

Después de rendir declaración, se presentaron cargos penales contra los dos niños de 15 mientras que los otros tres de 11 y 13 años fueron dejados en manos de la procuraduría correspondiente y del Sistema de Desarrollo Integral de la Familia, encargados de dar tutela pública a los menores "por la omisión de cuidados" de sus respectivas familias.

La fiscalía mostró también su "gran preocupación" ante un homicidio que "constituye más que un problema policiaco, un factor de descomposición social" y de "ausencia de valores".

Expertos y psicólogos mexicanos llevan años alertando de los peligros y los efectos psicológicos que tiene en los menores vivir inmersos desde hace años en la violencia desmedida generada en varios puntos del país desde que el ex presidente Felipe Calderón inició la guerra frontal contra el narcotráfico en 2006.

Juan Martín Pérez García, director de la Red por los Derechos de la Infancia, una coalición de 75 organizaciones mexicanas, explicó, que este suceso evidencia que hay una "reproducción cultural de la violencia" por parte de los niños y adolescentes en lugares con altos índices de criminalidad vinculada a la delincuencia organizada, como es el caso de Chihuahua.

"Se ha normalizado la violencia, incorporándola a los juegos infantiles y esto no es nuevo, ha habido muchos señalamientos de niños que juegan a ser narcos, a los secuestros", señaló.

Sin embargo, las autoridades nunca se han preocupado de esta situación, denunció el experto. "Desde 2006 ha habido más de 100 mil asesinatos vinculados al crimen organizado, todas esas personas tenían familias pero no ha habido ninguna campaña nacional para atender a los menores que dejaron atrás".

Eso, unido a las carencias del sistema de justicia, "porque hay una ley para adolescentes pero no está plenamente implementada por falta de recursos", ha originado situaciones como la actual, añadió Pérez García.

Urgen a estrategia nacional

Un informe de marzo del ombudsman mexicano alertaba de la situación de los centros de internamiento de menores, lugares donde se detectaron casos de tortura, de tratos "crueles, inhumanos y denigrantes", insalubridad de las instalaciones o hacinamiento.

De ahí que Pérez subrayara la urgencia de "tener una estrategia nacional que permita prevenir e identificar todas las formas de violencia contra la infancia" y pidió a las autoridades ser cautelosos a la hora de informar de estos temas y que no sugieran que los menores van a quedar impunes porque la legislación mexicana actual permite que sean castigados por las vías apropiadas y respetuosas con sus derechos pero también reinsertados a la sociedad.

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