Cerrar el zoológico de Chapultepec, 'una aberración'

La directora, Adriana Fernández, explica que estos lugares tienen funciones de centros de investigación y conservación animal, no solo de recreación.

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Desde hace varios años los zoológicos de la Ciudad de México empezaron su transformación. (Notimex/archivo)
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Milenio
CIUDAD DE MÉXICO.- Cerrar el Zoológico de Chapultepec, como exigen organizaciones ambientalistas tras la muerte del gorila Bantú, y liberar los mil 240 ejemplares que viven ahí 'es una aberración', ya que correrán la misma suerte que 80 por ciento de los animales que salieron de los circos: no sobrevivir, sostuvo Adriana Fernández Ortega, directora del parque.

'No hay que prohibir, hay que pensarlo dos veces antes y hacer un análisis profundo, ver hacia dónde vamos a evolucionar, pero con paso firme y con conceptos y objetivos claros, de otra manera vamos a vivir una terrible y desafortunada experiencia como la que ya tuvieron los circos', señaló.

En entrevista con MILENIO, Fernández Ortega subrayó que desde hace años los zoológicos de la Ciudad de México empezaron su transformación, por lo que actualmente se han consolidado como centros de investigación, conservación, educación ambiental y recreación.

Destacó que cumplen un importante papel en la conservación de especies amenazadas como el lobo mexicano, que actualmente está extinto en vida libre y el cual lograron reproducir en Chapultepec; además de las primeras tres crías de Cóndor de California, que también se encuentra amenazado, sumado  a que es el único zoológico en América Latina que posee pandas.

La funcionaria resaltó que las colecciones están conformadas por ejemplares nacidos en cautivero y obtenidas por medio de intercambios con otros zoológicos, por lo que no es posible liberar a esos animales a su hábitat natural.

'Los ejemplares necesitan —donde sea que estén— programas específicos y puntuales de nutrición, medicina preventiva, de bienestar animal, y eso tiene que estar subrayado. Es una aberración que se puedan liberar y llevarse a su hábitat; el ciento por ciento de los que tenemos en los zoológicos de la Ciudad de México son nacidos en cautiverio', puntualizó.

El caso Bantú

Adriana Fernández aseguró que los resultados de la necropsia practicada al cadáver de Bantú aún no concluyen, pero adelantó que para dejar claro qué provocó la muerte del gorila y deslindar responsabilidades se establecerán mesas de trabajo con especialistas, incluso internacionales, ya que en el país no existen expertos, salvo los profesionales que se dedican al cuidados de los ejemplares hembra de los zoológicos de Guadalajara y Zacango.

En un recorrido, MILENIO constató que el albergue donde permanecía el gorila Bantú, cuya muerte desató la polémica sobre la existencia de los zoológicos en México, permanece abandonado y sin algún letrero que indique la ausencia del primate.

La mayoría de los visitantes aún se acercan al exhibidor en busca del ejemplar que indica la placa de identificación: 360 Bosque Tropical. Gorila de tierras bajas.

Los niños miden sus manos en las réplicas de las huellas alguna vez tomadas a Bantú, se vuelven a asomar y entonces deciden irse.

Se escucha a algunos padres susurrar: 'Aquí no hay nada', 'Tal vez está dormido', otros suponen que la gran atracción del zoológico 'se esconde de la gente', y solo unos cuantos saben que 'aquí estaba el que se murió'.

Testimonios

Pero quienes siguen resintiendo la muerte del ejemplar son los trabajadores y cuidadores que convivieron con Bantú sus cerca de 25 años de vida, según testimonios del personal y de la propia directora del zoológico.

'Se siente mucha tristeza, lo digo con el corazón, representando y siendo la voz de los trabajadores que aquí vivimos y pasamos muchas horas de nuestro día haciendo vínculos emocionales con los animales.

'Los trabajadores están tristes, de luto, se percibe dentro del zoológico, porque Bantú fue nuestro macho alfa durante muchos años, lo vimos nacer en el Zoológico de Chapultepec y lo vimos crecer; es sin duda una gran pérdida', expresó.

Más de 50 por ciento de la zona conocida como bosque tropical, donde se encuentra el que fue  albergue de Bantú, está cerrado al público debido a una remodelación, por lo que solo es posible ver a los jaguares negros, al ocelote, el venado temazate, una pitón y una iguana. El resto del zoológico opera con normalidad.

La directora indicó que en 2015 se asignaron 90 millones de pesos para la rehabilitación de los tres zoológicos de la ciudad, lo que representa el mayor esfuerzo desde la modernización de Chapultepec ocurrida en 1994.

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