'Revive' la gloria de las haciendas mexicanas (fotos)

Yucatán es el estado que tiene las fincas más atractivas para el turismo, entre ellas Katanchel y Yaxcopoil.

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Muchas de las haciendas en México hoy funcionan como museos y hoteles de gran lujo. La imagen corresponde a la entrada de la hacienda Yaxcopoil, en el estado de Yucatán. (mexico-mio.de)
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Agencias
CIUDAD DE MEXICO.- Antiguas haciendas mexicanas muy bien conservadas, que aún exhiben el fasto de los viejos tiempos, cuando eran habitadas por familias pudientes de la aristocracia, han sido transformadas en lujosos hoteles boutique.

Las majestuosas estancias datan sobre todo de la era de la dictadura de Porfirio Díaz, que gobernó con puño de hierro al país por 30 años hasta 1910, cuando estalló la Revolución

Hay sin embargo algunas todavía más antiguas, de los tiempos de la colonia y posteriores a la Guerra de Independencia de 1810, informa Ansa Latina.

Hay fincas cafetaleras en Oaxaca, henequeneras en Yucatán o fabricantes de pulque, una bebida espirituosa a base de agave, en el de Hidalgo.

Entre el siglo XVI y XIX estas propiedades fueron epicentro de la próspera vida agrícola del país, y así lograron llegar en buenas condiciones hasta los tiempos modernos. Muchas de estas estancias, donde en no pocas ocasiones los trabajadores eran forzados a laborar en condiciones de esclavitud, fueron expropiadas por el gobierno del presidente Benito Juárez, que promovió las Leyes de Reforma, incluyendo la amortización de los bienes del clero y el establecimiento del Estado laico. 

Aunque varias haciendas mexicanas todavía producen café o maíz, otras han pasado a convertirse en fastuosos albergues conservando su arquitectura original y otorgando servicios como cocina gourmet, spa y temazcal.

En Hidalgo, Veracruz y Campeche

En el estado de Hidalgo, en las localidades vecinas de San Miguel y Santa María Regla, hay un hotel que fue propiedad del Conde de Regla -uno de los hombres más ricos del mundo en el siglo XVII- y donde había una explotación minera.

Hoy la finca es un hotel todo incluido, con grandes y muy cuidados jardines y un lago artificial, formado al inundarse los antiguos hornos de la fundidora de metales.

  Hacienda San Miguel Regla, en el estado de Hidalgo.

En el estado de Veracruz, en la principal zona de cultivo de la mejor variedad de café mexicano, de tipo "arábigo", está la localidad de Coatepec: allí se levanta la hacienda Zimpizahua, que fue propiedad de Pedro de Orduña, uno de los soldados del conquistador Hernán Cortés.

Más hacia el sureste, en el estado de Campeche, se alzan prodigiosas estancias productoras de henequén, una fibra que dio prosperidad e esta vasta región y generó grandes riquezas.

Uno de los hoteles-hacienda campechanos más conocidos es Uayamón, que destaca por su impresionante "ceiba", el árbol sagrado de los mayas, en el acceso principal.

  Hacienda Uayamón, en el estado de Campeche.

Oro verde en Yucatán

Pero el estado con las fincas más lujosas y atractivas para los turistas es sin duda Yucatán, donde florecieron las haciendas henequeneras.

Hace un siglo vivieron su máximo esplendor cuando un tipo de agave llamado "henequén", usado como fibra para realizar diversos productos, cobró un gran auge internacional y despertó la codicia de no pocos propietarios agrícolas.

Los mayas, la prodigiosa civilización dominada por los aztecas pero a la que se atribuyen grandes avances científicos como el cero y la predicción de los eclipses, usaban la fibra para la elaboración de hamacas, cuerdas, sacos, bolsas y prendas de vestir.

A partir de la guerra de castas de 1850, entre indígenas y propietarios de origen español, comenzó su explotación a gran escala, pues Yucatán era el único productor a nivel mundial, mientras aumentaba la demanda de países importadores como Estados Unidos, Francia e Inglaterra.

Pero a principios del siglo XX, cuando se empezó a producir esta fibra en otras naciones como Brasil, Cuba, Haití y Kenia, sobrevino la decadencia y muchas haciendas se convirtieron en ruinas, devoradas por la selva. Otras sin embargo fueron remozadas para convertirse en lujosos hoteles, que cada día son más visitados.

Entre ellas figura Katanchel, donde la sala de máquinas fue transformada en un acogedor restaurante con un hermoso salón decorado en forma clásica.

  Hacienda Katanchel, en el estado de Yucatán.

Otra hacienda llamada Yaxcopoil, de estilo neoclásico, ha sido convertida en un museo abierto al público, para que los visitantes puedan observar cómo se vivía en aquella época, con sus caballerizas, tierras de cultivo, casas para los peones, iglesia, corrales y un lugar para practicar equitación.

  Hacienda Yaxcopoil, en Yucatán. 

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