Crean instituto para acabar con mitos ecológicos

El objetivo es que el ciudadano tenga información para tomar decisiones o dar opiniones científicamente sustentadas sobre el cuidado del medio ambiente.

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Los biólogos Ricardo Medina, Jesús Enrique Pablo y Raúl Arriaga, autores del proyecto ambiental educativo. (Milenio)
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Agencias
MÉXICO, D.F.- El Colegio de Biólogos de México (CBM) presenta este viernes en el Castillo de Chapultepec un instituto creado para capacitar y brindar información científicamente sustentada a la población y así evitar los mitos y la desinformación sobre la ecología.

Ricardo Medina, presidente del Consejo Directivo del CBM, explicó a MILENIO que el objetivo del Instituto de Investigación y Capacitación en Ciencias Biológicas es “que el ciudadano de a pie tenga información que le permita saber de qué trata un proyecto, cómo va a afectar al medio ambiente, qué beneficios va a traer, y así lograr que la gente común pueda tomar decisiones o dar opiniones científicamente sustentadas”.

Según Medina, un problema que existe es que “el medio ambiente tiene mucho tiempo de moda, pero realmente esta moda solo sirve para algunas tendencias políticas, como el partido ecologista, o ideológicas y se queda en una bandera para obtener posiciones o para que un proyecto se desarrolle o se frene”.

Raúl Arriaga, vicepresidente del CBM, opinó que una desventaja en México es que “la cultura poblacional es más de Hollywood que de ciencia, es como el caso de Jurassic Park, lo que la gente sabe es lo que ve en la película”.

Más leyenda que realidad

Arriaga comentó que “en transgénicos hay más leyenda que realidad, sobre todo por la perspectiva de efectos a la salud y daños colaterales”.

No obstante, el experto explicó que “los experimentos genéticos existen desde Gregorio Mendel en 1800. Después se hicieron injertos tomando ramas de árboles y de esa manera hemos producido mucha fruta, como las mandarinas, se mejoró la especie”.

La modificación genética “siempre ha existido, es una condición propia de la naturaleza pues el proceso evolutivo implica que haya mutaciones que sólo son eso, modificaciones del ADN, la diferencia es que ahora podemos hacerlo a nivel molecular y, en vez de que sea una mutación aleatoria, es dirigida para producir algo benéfico para la sociedad”.

Sobre el argumento de que los OGM pueden causar mutaciones en los humanos, Arriaga destacó: “Si tú te comes un tomate transgénico no te van a salir raíces. Para que el ADN se combine con otro tiene que ser de la misma especie, cuando argumentan eso yo digo que es ir contra la lógica y la base de la biología”.

Medina también ejemplificó un caso donde la ficción hace que las personas tengan opiniones infundadas.  “A mí me tocó hacer un estudio para la construcción de una gasolinería y la gente protestó. Les pregunté ¿por qué no la quieren? y me contestaron textualmente: ‘es que como en la película de Rambo las gasolinerías explotan’. ¡Ese fue el argumento!”.

Aeropuertos y minas

Arriaga resaltó que “todos los proyectos de inversión tienen impactos ambientales”, por ello el objetivo del instituto también es capacitar a desarrolladores “porque tienen la obligación de proteger el medio ambiente, pero a veces no saben cómo se aplica la ley”.

Como ejemplo puso el caso de los aeropuertos, en los que la operación tiene interacción con las especies, por lo que se debe implementar medidas que ayudan a proteger tanto a animales como la seguridad de los vuelos.

En el aeropuerto del DF, para evitar afectación entre los patos y los aviones se implementó un medio de disuasión mediante el uso de aves rapaces.

“Hay colegas biólogos que están a cargo de águilas Harris y halcones que liberan todos los días en momentos en que no hay operaciones; vuelan alrededor del aeropuerto y atrapan a pequeños roedores en los espacios de seguridad de las pistas, además de que establecen un territorio de rapaces que las otras aves identifican y ya no entran”.

El hidrobiólogo Jesús Pablo, tesorero del CBM, comentó que él ha trabajado en estudios para la industria minera y que al respecto hay muchos mitos y desinformación alrededor del arsénico, presente de manera natural en las rocas, y el cianuro, un metaloide que se utiliza en el proceso de explotación.

Respecto al arsénico aseguró que es falso que la actividad minera incremente su concentración en los acuíferos. Este fenómeno no es causado por la industria, sino por la sobreexplotación de los mantos, un problema que también se debe abordar adecuadamente para evitar daños en la salud.

El cianuro, por otra parte, se puede manejar de manera responsable para que sea inofensivo. “Si lo preparas a concentraciones de 200 partes por millón ya no hay peligro”, explicó tras referir que el organismo puede ingerir cantidades breves sin resultar envenenado, pues este metaloide, por ejemplo, “lo tenemos presente en las almendras”, y nadie se puede intoxicar comiéndolas porque está en concentraciones muy bajas.

Papel de las ONG

Pablo destacó que en un desarrollo debe haber medidas de mitigación o prevención ambiental y en un proceso industrial los tóxicos se tienen que manejar con ciertos cuidados. “Ahí es donde la sociedad y las ONG pueden participar”.

Después de una autorización de impacto ambiental, comentó, “se necesita que alguien sea policía de esos procesos y desafortunadamente las autoridades no tienen la capacidad de vigilancia para cubrir todos esos aspectos”.

Sin embargo, “si tenemos una ONG capacitada que pueda verificar que se cumplan los requerimentos, entonces se puede hacer efectivo el trabajo de esas organizaciones que tienen una buena intención, pero que en la mayoría de los casos están mal informadas”.

Arriaga destacó que “uno de los puntos relevantes del instituto y del colegio es que respetamos la opinión de las ONG, podemos no estar de acuerdo, pero al final nuestra perspectiva siempre tiene un enfoque con base científica y buscamos que nuestras aportaciones tengan solidez y no sean solo una opinión de sentimiento”.

Además, hay ONG o personas “que sus opiniones pueden ser muy importantes porque son orientadoras para la sociedad con base en su perspectiva, que es válida; sin embargo, si esa opinión tiene un soporte técnico y científico, puede tener una mayor relevancia, es lo que buscamos a través del instituto”.

Medina concluyó: “No se trata de adoptar posturas políticas o ideológicas, nosotros colaboramos científicamente con todos, nuestro eslogan es: trabajamos para el beneficio de todos”.

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