Crisis entre federales y autodefensas en Michoacán (fotos y video)

Luego de una noche de enfrentamientos y tensas negociaciones este martes, el Gobierno aún no llega a un acuerdo de desarme.

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Hombres armados que integran las autodefensas de Michoacán controlan la entrada a Antúnez. (Agencias)
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Agencias
APATZINGAN, México.- Soldados y policías federales mexicanos mantenían una tensa confrontación con las llamadas fuerzas de autodefensa después que la nueva campaña del gobierno para frenar la violencia en el estado occidental de Michoacán cobró varias vidas.

Había diversas versiones sobre el número de fallecidos. Periodistas de The Associated Press vieron los cadáveres de dos hombres que supuestamente fueron abatidos en un enfrenamiento que comenzó el lunes por la noche entre soldados y lugareños en Antúnez, y conversaron con la familia de un tercero que también perdió la vida en el incidente.

Entre los fallecidos no hay mujeres ni niños, contrario a las afirmaciones del portavoz de uno de los grupos de autodefensas que surgieron en el último año para combatir con las armas a un cártel del narcotráfico.

La confrontación ocurrió cuando el gobierno envió más soldados a una zona llamada Tierra Caliente, donde las autodefensas han combatido al cártel de Los Caballeros Templarios. El gobierno solicitó el lunes a las autodefensas que se desarmen.

Las autoridades federales y estatales se reunieron antes del anochecer del martes con dirigentes de los grupos de autodefensa, sin alcanzar un acuerdo de desarme.

"Tenemos que ser discretos con nuestras armas y no andar con ellas de aquí pa'alla por los caminos", dijo Hipólito Mora, agricultor que encabeza el grupo de autodefensa en La Ruana, cuando se le preguntó sobre la posibilidad de deponer las armas.

Horas antes, las autodefensas bloquearon algunos caminos que llevan a poblados bajo su control mientras policías federales establecieron sus propios puntos de control en algunas inmediaciones.

Sin órdenes para desarmar a nadie

Un funcionario federal, que pidió no ser identificado, dijo que no tenían órdenes para desarmar a nadie y tampoco intentar tomar las poblaciones bajo control de las autodefensas.

La Procuraduría General de la República informó que no podía confirmar un número de muertos, mientras la Secretaría de Gobernación -responsable de seguridad del Ejecutivo- dijo no tener información de que soldados hubieran disparado contra civiles desarmados, como dijeron habitantes de Antúnez.

"¿Así quieren proteger al pueblo? No los queremos", dijo Gloria Pérez Torres mientras se lamentaba sobre el cadáver de su hermano Mario, de 56 años, una de las víctimas en el enfrentamiento con militares en las primeras horas del martes.

En la ciudad de Apatzingán, considerado bastión de Los Caballeros Templarios, los alrededores de la principal plaza se llenaron el martes de cientos de policías federales que llegaron en camionetas con ametralladoras montadas en el techo, vehículos blindados y autobuses ante la mirada de los lugareños.

"Andan aquí (los policías federales) desde años, pero no hacen nada", dijo un hombre sentado en una banca de la plaza que sólo quiso identificarse como Iván.

Estrategia considerada un "desastre"

Alejandro Hope, experto en seguridad y ex miembro de los órganos de inteligencia mexicanos, calificó de "desastre" la estrategia del gobierno en Michoacán.

Después de arrestar inicialmente a algunos integrantes de las autodefensas hace meses, el gobierno federal, bajo la batuta del secretario de Gobernación (ministro del Interior), Miguel Ángel Osorio Chong, parecía trabajar con ellos.

El ejército y la policía federal proporcionaban apoyo con helicópteros y patrullajes por tierra mientras los grupos de autodefensa atacaban al cártel, pero nunca intervinieron en los choques armados.

"La semana pasada estaban protegiendo a las autodefensas. El secretario Osorio prácticamente salió a decir que eran útiles... ¿y ahora los vas a reprimir a sangre y fuego?", añadió Hope.

El gobierno no concuerda con esa evaluación, dijo a la AP un funcionario de la Secretaría de Gobernación, no autorizado a ser identificado por políticas internas.

"Es una estrategia que ha ido ajustándose, modificándose en razón de las exigencias de la coyuntura en Michoacán", dijo el funcionario.

Osorio Chong anunció el lunes la nueva estrategia después de un fin de semana de enfrentamientos, al tiempo que las autodefensas ampliaban su control hacia las comunidades de Antúnez, Parácuaro y Nueva Italia.

Camiones y autobuses incendiados bloqueaban carreteras y se encontraron dos cadáveres colgando de un puente.

La confrontación en Antúnez comenzó poco antes de la medianoche del lunes. Varios habitantes de la zona fueron convocados para interponerse a un convoy de militares que había llegado al lugar para desarmar a las autodefensas.

Testigos dijeron a la AP que las personas que bloquearon el paso de los militares no llevaban armas, pero que algunos soldados abrieron fuego contra la multitud.

El ejército está integrado de personas sin valores ni ética, dijo Estanislao Beltrán, vocero de las autodefensas. "El ejército no tiene por qué disparar a la gente", agregó.

Beltrán afirmó que la confrontación fue con entre 60 u 80 soldados. Había un número similar de civiles, según testigos.

Lucha entre cárteles de la droga

Las autodefensas han rodeado Apatzingán, baluarte de los Caballeros Templarios y centro de una rica región agrícola que es una importante productora de limones, aguacates y mangos.

En los últimos meses han circulado rumores de que algunos grupos de autodefensas habrían sido infiltrados por el cártel rival Nueva Generación, que según autoridades federales mantiene una disputa con Los Caballeros Templarios. Las autodefensas han negado insistentemente que sean financiadas por Nueva Generación.

Los grupos de autodefensa dijeron que se coordinaron bloqueos el martes en carreteras de acceso a 17 municipalidades que ahora controlan en un intento de evitar la entrada de militares y policías federales.

Felipe Díaz, líder de las autodefensas en Coalcomán, comentó que durante el día cerca de mil hombres, mujeres y niños ayudaron a bloquear la principal carretera de acceso hasta que se retiraron soldados y decenas de policías federales a bordo al menos cuatro autobuses y 15 camionetas.

"Seguimos brindando seguridad, estamos hablando con la gente, diciéndoles que todo está muy bien, que todo está tranquilo", informó Díaz.

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