Tardaron 120 minutos en desaparecer a 43 normalistas

Esto es lo que ocurrió entre la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre, según consta en el expediente judicial.

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El primer reporte de los hechos en Iguala, Guerrero -en donde desaparecieron 43 normalistas- se dio 2 horas después de que inicio el operativo, según consta en el expediente judicial. La imagen es de contexto y corresponde a una protesta de ciudadanos en pro de las víctimas. (Marco Ugarte/AP)
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Rubén Mosso/Milenio Digital
MÉXICO, DF.- Dos horas después de que los normalistas de Ayotzinapa arribaron a Iguala y fueron atacados por policías y el grupo criminal Guerreros Unidos, la Fiscalía General de Guerrero tuvo el primer reporte sobre los sucesos de violencia en esa localidad el 26 y 27 de septiembre.

En la averiguación previa iniciada por la fiscalía y que hoy forma parte de la investigación de la Procuraduría General de la República (PGR), a la que Milenio tuvo acceso, se detalla que no solo los estudiantes fueron víctimas de los criminales.

En el expediente se menciona que durante los primeros minutos del 27 de septiembre, en vías federales, también se perpetraron ataques contra habitantes de Iguala que iban llegando a la localidad.

Un autobús abandonado

El primer reporte de auxilio que recibió la Fiscalía de Guerrero a cargo de Iñaki Blanco fue a las 23:00 horas del 26 de septiembre.

El médico de guardia del Hospital General de Iguala dio parte al agente del Ministerio Público del Fuero Común del Distrito Judicial de Hidalgo del ingreso de L1, L2 (lesionados) y una persona más que se encontraba en calidad de desconocida.

Por lo anterior, se integró el expediente HID/SC/02/0993/2014, dentro del cual se ordenó el traslado del personal ministerial al Hospital General en Iguala.

A las 00:05 horas del 27 de septiembre, personal del Centro de Control, Comando y Cómputo (C-4) informó que sobre la carretera México-Acapulco, tramo Iguala-Mezcala, bajo el puente y frente al edificio del Palacio de Justicia, se encontraba un autobús abandonado de la línea Estrella de Oro que presentaba daños.

El camión tenía los cristales rotos y las llantas ponchadas, y en los escalones había piedras; en el exterior había amontonadas prendas de vestir (ocho playeras, un suéter y un pañuelo), una de ellas (playera) con manchas de sangre.

Muertos sobre la carretera

A las 00:45 horas del 27 de septiembre, el personal del C-4 reportó al Ministerio Público que a la altura del crucero de Santa Teresa, municipio de Iguala de la Independencia, se encontraban dos personas sin vida, una mujer y un hombre, por proyectil de arma de fuego, además de un vehículo con daños.

El MP, en compañía de peritos y elementos de la Policía Ministerial, arribó al kilómetro 135+450 de la carretera federal (95) México-Acapulco, tramo Iguala-Mezcala, donde halló un vehículo de la marca Nissan, Tsuru, con impactos de proyectil de arma de fuego y, a una distancia aproximada de dos metros, el cuerpo de V1 (víctima uno).

En las inmediaciones se localizó otro vehículo marca Nissan, Tsuru, así como un autobús de la marca Volvo, el cual presentaba impactos de arma de fuego, localizando en su interior el cadáver de V2, por lo que se ordenó el traslado de los cuerpos al Servicio Médico Forense (Semefo).

Se aseguraron 64 indicios balísticos, entre ellos 22 casquillos calibre .223 (que usan los rifles AR-15); 21 casquillos calibre 7.62 x 39 mm (usados en AK-47, cuernos de chivo); 14 casquillos percutidos calibre 7.62 x 51 mm; un casquillo calibre .38 súper; un casquillo percutido calibre 9 mm; un casquillo percutido calibre .22; un cartucho percutido calibre .380, y tres esquirlas deformadas.

Los vehículos quedaron a disposición de la Fiscalía General con el apoyo de la Policía Federal, estos últimos también informaron de en el lugar se encontraban (la) V3 (cadáver), L4, L5, L6, L7 y L8 (lesionados), los cuales fueron trasladados al Hospital General de Iguala.

Primer testigo

Se presentó a declarar T1 (testigo uno), quien manifestó que ese día (27 de septiembre), al circular en la citada vía federal en compañía del hijo de su patrón, a la altura del crucero de Santa Teresa, vio un taxi blanco a media carretera, por lo que tuvo que esquivarlo y metros más adelante observó a un grupo de 10 personas armadas, todos vestidos con ropas oscuras y pasamontañas, quienes les dispararon, por lo que se resguardaron en el cerro.

A las 02:40 horas del 27 de septiembre, personal del 27 Batallón de Infantería en Iguala notificó al agente del MP que entre el Periférico Norte y la calle Juan N. Álvarez se encontraban los cuerpos sin vida de dos hombres, quienes presentaban múltiples impactos de arma de fuego.

En el lugar, el MP, peritos y elementos de la Policía Ministerial ubicaron una camioneta Nissan, tipo Urvan, tres autobuses, de los cuales dos son propiedad de la empresa Costa Line y uno más de la línea Estrella de Oro, así como otros vehículos con múltiples impactos por arma de fuego; en el sitio fueron localizados 29 cartuchos percutidos.

También se localizaron los cuerpos sin vida de V4 y V5; la causa de muerte fue por herida por proyectil de arma de fuego.

A la misma hora (02:40), un agente del MP recibió una llamada telefónica por parte de personal del Hospital General Jorge Soberón Acevedo, en la que lo ponía al tanto de que había 11 lesionados, todos ellos del equipo de futbol Avispones de Chilpancingo.

El día de los hechos fueron a Iguala a jugar contra el equipo Las Iguanas; cuando regresaban a Chilpancingo fueron agredidos por hombres vestidos de negro, el chofer perdió el control del autobús y se impactó, del lado derecho, con un alud de tierra, por lo que la puerta no logró abrir, así que todo se tiraron a piso.

Los adolescentes “gritaron” a sus agresores que eran jugadores de futbol; los delincuentes respondieron “que a ellos no les importaba”, y continuaron el ataque.

Los jugadores observaron que uno de sus compañeros perdió la vida y que otro más estaba lesionado; salieron del autobús y se internaron en el cerro hasta que pasó una ambulancia y se llevó al lesionado, quien falleció posteriormente en el citado hospital.

Averiguaciones

A las 9:30 horas del 27 de septiembre pasado, el Ejército dio parte al Ministerio Público de que encontró el cuerpo de una persona del sexo masculino sobre una brecha de terracería conocido como “Camino del Andariego”, en la colonia Ciudad Industrial.

Con motivo de lo anterior, se inició la averiguación previa HID/SC/02/0994/2014; era el cuerpo sin vida de V6, al cual se le apreciaron múltiples contusiones en distintas partes del cuerpo.

Al advertirse que los hechos vinculados dentro de las dos averiguaciones “guardan estrecha relación”, el 29 de septiembre de 2014 se acordó la acumulación de la AP HID/SC/02/0994/2014 a la HID/SC/02/0993/2014, por ser esta última la primordial.

Detienen a Policía

A las 06:00 horas del 27 de septiembre, 142 policías de Iguala comparecieron ante el Ministerio Público, además de exhibir el armamento de cargo y parque vehicular de los elementos que la noche del 26 de septiembre y primeras horas del 27 del mismo mes se encontraban de turno.

Se dio fe de 228 armas de fuego, 131 cortas y 97 largas, así como de 15 patrullas de la Policía Preventiva Municipal.

Se obtuvieron las declaraciones de 23 testigos directos, siete identificaron físicamente a sus agresores y 13 más refirieron que sus victimarios eran policías de Iguala; los últimos tres solo mencionaron la forma en que ocurrieron los hechos. A todos se les puso a la vista fotografías de 142 efectivos municipales.

Las víctimas identificaron seis patrullas que participaron en los hechos, con los números económicos: 017, 018, 020, 027, 028 y “302”, esto permitió establecer la identidad de tres policías municipales más que participaron en la agresión: Alejandro Andrade de la Cruz, Hugo Salgado Wences y Nicolás Delgado Arellano.

Contra los 22 elementos se ejerció penal y se les trasladó la noche del 27 de septiembre a Acapulco, por cuestiones de seguridad; se pidió el apoyo del Ejército, porque supuestos familiares de los uniformados y desconocidos amenazaron con rescatar a los indiciados.

Obra en actuaciones el aseguramiento de 193 casquillos percutidos localizados en los distintos eventos.
También se comprobó que las armas de cargo de 22 policías municipales fueron disparadas; los uniformados dieron positivo a la prueba de rodizonato de sodio.

De 15 patrullas inspeccionadas, se encontraron elementos balísticos en las unidades identificadas con los números económicos 022, con tres cartuchos calibre .223 y manchas hemáticas; en la 026, un casquillo percutido .223, y en la unidad 028, un casquillo percutido 9 mm y otro calibre .223.

Los policías negaron haber agredido a alguien, pero tres de ellos aceptaron haber disparado al aire, dos se ubicaron en la unidad 028; uno más admitió haber detenido a cinco personas porque estaban ebrias, y otro de nombre Hugo Hernández Arias indicó haber visto diez detenidos en el patio de su comandancia, los cuales se llevaron otros elementos de la corporación a bordo de dos patrullas.

Los videos 'confiesan'

En las videograbaciones obtenidas de las cámaras de seguridad del C-4, correspondientes a las avenidas Periférico Benito Juárez, a la altura del cruce con la carretera federal Iguala-Taxco, se aprecian imágenes de vehículos, al parecer patrullas, dentro de las que destaca una a las 23:21  horas, en la que se advierte una unidad oficial que circula sobre la citada vialidad, en cuya batea lleva a civiles.

Los vehículos localizados entre periférico norte y la calle Juan N. Álvarez, donde se encontraron los cuerpos sin vida de V4 y V5 (estudiantes de la Normal de Ayotzinapa), entre ellos tres autobuses, dos de la línea Costa Line y otro Estrella de Oro, presentan impactos de arma de fuego, al parecer del calibre .223. Se determina que la agresión fue directa.

Acusan a un director

Uzziel Peralta Rodríguez y Francisco Narciso Campos, subdirector y supervisor de Tránsito de Iguala, manifestaron que Felipe Flores Velázquez, entonces secretario de Seguridad Pública y Protección Civil, ordenó la detención de los estudiantes de Ayotzinapa.

El 5 de octubre un juez libró órdenes de aprehensión contra Felipe Flores, Alejandro Tenescalco Mejía (supervisor de turno) y Luis Francisco Martínez Díaz (policía segundo), como probables responsables del delito de homicidio calificado en agravio de seis personas.

El 1 de octubre se cateó un domicilio propiedad del alcalde -con licencia- de Iguala, José Luis Abarca Velázquez. Luego, se hizo lo propio en cuatro domicilios más en las colonias Juan N. Álvarez, Chapultepec, Genaro Vázquez e Independencia.

La Policía Ministerial detuvo en distintas fechas a diversas personas, entre las que destacó -incluso fue presentado- Luis Alberto José Gaspar, El Tongo, y T 35 (testigo).

Luis Alberto declaró que en febrero de este año ingresó a Guerreros Unidos; su función fue ser halcón, para avisar de la presencia de federales, estatales, ministeriales, marinos y militares, con un horario de 8:00 a 20:00 horas, en el punto conocido como el Tecnológico, rumbo a la caseta para Taxco.

Se obtuvo la declaración de T35, quien confirmó que Luis Alberto José Gaspar pertenece a Guerreros Unidos; esto da origen a la AP DGCAP/207/2014, por el delito de delincuencia organizada.

Como parte de esta nueva pesquisa, se logró la detención de Honorio Antúnez Osorio, El Patachín, quien fungía como policía de Iguala; Martín Alejandro Macedo Barrera, vendedor de narcóticos, y Marco Antonio Ríos Berber, sicario.

Aceptan su culpa

El 4 de octubre Martín Alejandro y Marco Antonio confensaron su participación directa en el homicidio de los normalistas; afirman haber trasladado a 17 de ellos a la parte alta de un cerro de Pueblo Viejo, donde tienen fosas clandestinas, lugar en que los ultimaron.

Aseguran que la orden de interceptar los normalistas la dio, desde la dirección de Seguridad Pública municipal, el policía tercero Francisco Salgado Valladares; en tanto, la instrucción de llevárselos y ultimarlos la recibieron de una persona apodada El Chucky, integrante de Guerreros Unidos.

Prefirió seguir la fiesta

El 1 de octubre la Fiscalía solicitó la comparecencia de José Luis Abarca Velázquez, entonces presidente municipal, para que rindiera su declaración en relación con los hechos; se giró orden de localización y presentación.

José Luis Abarca Velázquez manifestó a distintos medios de comunicación que prefirió “seguir en una fiesta, posteriormente retirarse a cenar y luego irse a dormir”.

El 8 de octubre, la fiscalía promovió ante el Congreso Estatal juicio de revocación de mandato en contra del Alcalde. El 17 de octubre se ejerció acción penal contra él por el homicidio de seis personas.

En Pueblo Viejo, encontraron cinco fosas clandestinas, derivado de las declaraciones de Martín Alejandro Macedo y Marco Antonio Ríos, el 4 de octubre del año en curso; ese mismo día se exhumaron nueve cadáveres, en días posteriores se contabilizaron 28 cuerpos.

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