Dejar a un lado a México,si fuera necesario: Trudeau

'Estamos listos para cualquier cosa. Todo es posible' afirmó el Primer Ministro de Canadá.

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Miembros del cuerpo diplomático y empresarios recalcan los sólidos vínculos entre estas dos economías. (Foto: Proceso)
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Agencia
MONTREAL.-Justin Trudeau aceptó públicamente lo que se sospechaba desde hace tiempo. Luego de su encuentro con Trump en Washington, el primer ministro canadiense declaró ante la pregunta de un posible acuerdo bilateral con Estados Unidos que dejara de lado a México: “Continúo creyendo en el TLCAN”, para luego precisar: “Pero estamos listos para cualquier cosa. Todo es posible”.

De acuerdo con Proceso,la importancia económica de Estados Unidos para su vecino del norte es neurálgica y pesa más que cualquier discurso empapado de deseos de cooperación trilateral y oposición al proteccionismo. El gobierno canadiense había evitado pronunciarse de forma tan explícita durante meses, aunque era un escenario ya contemplado y, en buena medida, alimentado en distintos foros.

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Chrystia Freeland, ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, había anticipado en un programa la posición de Trudeau en Washington: “El primer ministro va también, me parece, a utilizar esta oportunidad para explicar de manera clara al presidente estadunidense que Canadá no es el problema de Estados Unidos”. Freeland hacía alusión al futuro del TLCAN, por lo que ni Irán ni Corea del Norte eran en esta ocasión el país señalado.

“Queremos a nuestros amigos mexicanos, pero nuestro interés nacional está en primer lugar y la amistad viene después”, dijo uno de los funcionarios consultados.

Sin embargo, la posición pública de Canadá hacía hincapié en que México no estaría al margen y que la voluntad era apoyar el TLCAN como un acuerdo trilateral.

Antes del inicio de las rondas de renegociación, tanto Trudeau como algunos ministros canadienses, ciertos miembros del cuerpo diplomático y varios empresarios recalcaron en foros estadounidenses los sólidos vínculos entre estas dos economías, apoyándose en una serie de indicadores.

“Canadá compra más productos estadounidenses que toda la Unión Europea”, afirmó en esos días Bill Morneau, ministro de Finanzas canadiense.

Asimismo, los funcionarios precisaron que nueve millones de empleos en Estados Unidos dependen de las exportaciones a Canadá y que este país es el primer socio comercial para 35 estados de la Unión Americana.

En febrero pasado, Trudeau visitó por primera vez la Casa Blanca. Ahí escuchó a Trump comentar lo siguiente: “Tenemos una relación comercial excepcional con Canadá. Le vamos a hacer unos retoques”.

Todo parecía volver a la calma al inicio de las renegociaciones. La delegación canadiense subrayaba una y otra vez su disposición a realizar ajustes al acuerdo con sus pares mexicanos y estadunidenses, luego de que la administración Trump había (supuestamente) comprendido el mensaje del equipo de Trudeau. Sin embargo, desde hace unas semanas, Canadá ha constatado que el tema va más allá de “ciertos retoques”.

Justin Trudeau visitó México e insistió en no dejar pasar las oportunidades para mejorar el TLCAN, eso sí, evocando que la situación atraviesa por momentos de incertidumbre, como una forma de blindarse ante señalamientos por lo que dijo en Washington.

Los gobiernos de México y Canadá han señalado el buen estado en sus relaciones y los deseos de aumentar la colaboración bilateral. Está abierta la posibilidad de que los canadienses continúen en el TLCAN sólo con México o que busquen un nuevo acuerdo conjunto. La frialdad de los números indica después de todo el nivel de prioridades para Canadá: el comercio bilateral entre ese país y Estados Unidos en 2016 fue por cerca de 673 mil millones de dólares; con México alcanzó alrededor de 40 mil millones.

La analista política Tashia Kheireddin dijo hace unos días en Radio-Canadá que Trudeau baila con Trump y con Peña Nieto, pero no bajo la misma melodía. “La prioridad para Justin Trudeau es salvar el acuerdo con Estados Unidos. Si hay que dejar de lado a México, no lo dudará”, agregó.

Las próximas semanas serán cruciales para entrever el futuro del TLCAN y para conocer la ruta que seguirá finalmente el primer ministro canadiense.

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