Él es el “Dr. Frankenstein” mexicano que vive en el anonimato

Su técnica permite identificar cuerpos irreconocibles e incluso han contribuido a realizar arrestos.

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El perito Alejandro Hernandez descubrió una técnica para reconstruir tejidos en cadáveres irreconocibles, por lo cual es conocido como el "Doctor Frankenstein" o el “resucitador de cadáveres” mexicano. (Facebook/Alejandro Hernandez Cardenas Rodriguez)
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Agencias
CANCÚN, Q. Roo.- Hace 15 años descubrió una fórmula mágica que le permite reconstruir tejidos muertos para identificar cadáveres y sin embargo su trabajo se  mantiene en “bajo perfil”, se trata del médico odontólogo forense Alejandro Hernández Cárdenas Rodríguez, también conocido como Doctor Frankenstein o el “resucitador de cadáveres”.

Trabaja como médico forense en la Fiscalía General del Estado de Chihuahua y ha desarrollado una técnica especial para rehidratar cadáveres, con la que se logra identificarlos.

Su procedimiento es tan innovador que en 2016 el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial le otorgó una patente para su fórmula secreta.

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Durante más de un siglo, especialistas forenses han utilizado inyecciones de glicerina para reconstituir los dedos del cadáver para poder obtener huellas dactilares. Pero esa técnica no funciona con todo el cuerpo.

Los análisis de ADN pueden ayudar. Pero para poder identificar un cadáver, se necesita tomar muestras de dos familiares directos del desaparecido para poder hacer una comparación.

Con la técnica de rehidratación, el cadáver puede volver a su condición original para que las familias puedan identificarlo.

“Creo que hago este trabajo porque me sentí afectado por la idea de que estos cadáveres vayan a la fosa común o de que sus familias no sean capaces de llorar su muerte apropiadamente”, dice Alejandro Hernández.

Ofrece pistas para resolver crímenes

La técnica de rehidratación también ha ayudado para obtener pistas importantes en las investigaciones criminales.

Cuando el doctor Alejandro Hernández rehidrató un cadáver en el estado de Querétaro, en el centro de México, descubrió lesiones inusuales en la piel, y eso condujo a un arresto.

Su ayuda ha sido clave para llevar a los asesinos ante la justicia.

Alejandro Hernández, de 59 años, cuenta que la primera vez que pensó en convertirse en experto forense fue cuando tenía 18 años.

Estaba estudiando odontología mientras manejaba una ambulancia para ayudar a mantener a su familia.

(Facebook/Alejandro Hernandez Cardenas Rodriguez)

Una noche en 1977, lo llamaron a un accidente de tren en el que habían muerto 35 personas y la mayoría de las víctimas habían quedado irreconocibles.

“Cuando el médico forense llegó, nos dijo que revisáramos sus dientes”, recuerda Hernández.

Entonces empezó a ayudar en la morgue durante cuatro o cinco días, mientras los familiares de las víctimas esperaban noticias afuera.

Aunque esa tarea les podría parecer repelente a algunos, inspiró en Hernández el deseo de ayudar a identificar a las víctimas de crímenes.

Experimentos con piel de cerdo y dedos humanos

Después de graduarse como dentista y eventualmente unirse al laboratorio forense, Alejandro Hernández comenzó a experimentar con su técnica de rehidratación.

Utilizaba piel de cerdo y dedos humanos que mantenía en recipientes de vidrio y los revisaba diariamente.

Un día en 2004 estaba inspeccionando siete recipientes. Cuando tomó uno de los dedos del cuarto frasco, parecía perfecto.

“Era como un dedo nuevo. No podía creerlo”, señala.

Al principio pensó que era demasiado bueno para ser verdad y sospechó que sus colegas le habían jugado una broma. Pero cuando les preguntó, uno le dijo: “Nunca los tocamos, huelen horrible”.

Había encontrado la fórmula mágica y cuatro años más tarde logró rehidratar un cuerpo entero.

En años recientes, el doctor Alejandro Hernández ha estado aplicando su técnica en cada vez más migrantes encontrados muertos en la zona fronteriza.

Ciudad Juárez es uno de los principales puntos de cruce hacia Estados Unidos. Más de 6.000 cadáveres han sido recuperados a lo largo de la frontera desde los 1990.

(Facebook/Alejandro Hernandez Cardenas Rodriguez)

Los cuerpos a menudo son encontrados en fosas comunes y a veces es difícil identificarlos porque han sido mutilados o están momificados debido a las extremas condiciones del clima.

Ya que no hay una unidad de investigaciones en el laboratorio forense donde trabaja el doctor Alejandro Hernández, él ha estado financiando su investigación, pagando los compuestos químicos y trabajando en su tiempo libre.

Espera que alguien se interese en sus estudios pero al final lo que desea, dice, es menos trabajo, no más.

“No es que yo sea flojo, es que esto significa que si tengo mucho trabajo es porque mucha gente ha muerto. (…) Hubiera preferido no encontrar esta fórmula -dice- a cambio de que esas personas nunca hubiera muerto”, afirma.

Hernández, al que algunos han apodado Doctor Frankenstein o el “resucitador de cadáveres”, continúa con su trabajo anónimo en Ciudad Juárez a pesar de la proeza científica de su descubrimiento. Por el momento, este odontólogo se contenta con ayudar a las familias a recuperar a sus seres desaparecidos y poder así cerrar el duelo.

Mientras tanto también comparte su conocimiento a través de cursos que ofrece online. Actualmente ofrece uno de Técnicas de identificación humana, que es avalado y certificado por la Universidad Hartmann de México, Reconstrucción Forense Especializada de Argentina y el Instituto Universitario de Formación Forense, acreditando 80 horas cátedra.

(Con información de Animal Político, El Confidencial y Facebook)

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