'El Caballito' no tiene riesgo alguno: expertos

La escultura de Manuel Tolsá tiene daños nulos, pues la restauración con ácido nítrico afectó facciones de milímetros, según diagnósticos.

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Expertos refutaron el dictamen del INAH, que decía que El Caballito presentaba daños irreversibles. (Archivo/Notimex)
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Agencias
MÉXICO, D.F.- Expertos que trabajan en el Proyecto de Investigación Científica para la Conservación y Restauración de la Escultura Ecuestre de Carlos IV y su pedestal, aseguran que no hubo daño estructural en la obra de Manuel Tolsá y que no corre riesgo alguno luego de que fuera objeto de una restauración fallida el pasado septiembre.

A dos semanas de iniciados los trabajos de diagnóstico contemplados en el proyecto, aprobados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), los estudios indican que el monumento de Tolsá no presenta graves daños.

Luis Torres, ingeniero que trabajó en la restauración de El Caballito en 1972, aseguró que la pátina o capa superficial que cubría la escultura, y que se vio afectada con ácido nítrico en el 2013, no era la original, porque el monumento ya había sido intervenido, según cita Milenio.

La estatua ecuestre de Carlos IV presenta errores desde su fundición, como parches y grietas

“Hay que tomar en cuenta dos aspectos que tienen que ver: uno es su contenido histórico y estético, y el otro es el volumétrico. El daño volumétrico a la escultura es prácticamente nulo; el ataque de acido nítrico pudo llevarse fracciones de milímetros, pero nosotros vemos que el daño por esto es nulo. Es decir, volumétricamente el aspecto estructural de la escultura no ha sido dañado, pero con la remoción de 50 por ciento de la pátina el aspecto visual sí ha sido dañado y frente a eso vamos a tratar de que la aleación que se utilizará sea los más parecida a la que tenía”.

Al darse a conocer el avance de los trabajos de diagnóstico del monumento de Manuel Tolsá, el cual se lleva a cabo desde hace dos semanas, los especialistas aseguraron que el daño real no se podía especificar hasta que no se cuenten con el total de los estudios de georadar, escaneo 3D y de termografía; incluso refutaron el dictamen del INAH al señalar que resultaba “aventurado decir que hubo un daño en la escultura del 50 por ciento”.

Jorge Luis González, del Departamento de Ingeniería y Metalúrgica y Materiales de la ESIQIE del Instituto Politécnico Nacional, destacó que por primera vez un grupo de expertos, como el que convocó el Fideicomiso del Centro Histórico, se había reunido para evaluar una obra de arte. 

“Vamos a conocer la verdad científica libre de especulaciones, libre de apreciaciones, libre de juicios de valor y con esto vamos a saber exactamente cómo está la escultura, qué tipo de daños tuvo, cuáles fueron las causas de estos daños o cuáles son los efectos de estos daños”, expresó el especialista.

Destacó que hasta antes de los trabajos de diagnóstico sobre el estado de daño y deterioro que se le realizan a El caballito, esta colaboración multidisciplinaria se está haciendo por primera vez en México, aunque no por primera vez en el mundo.

“Conocer la composición química de la obra y la historia del procesamiento del material, a nivel nacional representa un paradigma en las estrategias para la resolución de este tipo de problemas; en el IPN estamos entusiasmados de poner la industria y la tecnología al servicio de la cultura”.

Al final del primer informe, Inti Muñoz, titular del Fideicomiso del Centro Histórico, se comprometió a que El caballito volverá a tener un óptimo estado de conservación, y a que dará información cada dos semanas sobre los avances de este estudio.

Errores desde la fundición

Tras dos semanas de trabajo, los primeros resultados los arrojó el escaneo en 3D, que muestra la morfología de la escultura de Carlos IV. Así, los especialistas pudieron detectar errores en la obra de Tolsá desde su fundición, como unos pequeños parches en el cuello y en un glúteo, así como una grieta histórica y un drenaje antiguo que hay que destapar debido a que allí se acumula agua.

Saúl Alcántara Onofre, coordinador de Vinculación de la División de Ciencias y Artes para el Diseño de la UAM Azcapotzalco, explicó que lo que arroja el levantamiento con 3D es el estatus actual de la escultura con 200 años de historia a partir de su morfología.

“Nada más con este levantamiento la inspiración, la intuición y el empirismo se acaban; estamos demostrando que es imposible decir si realmente la escultura tuvo un 50 por ciento de deterioro. ¿Cómo se mide? El resultado de cada uno de los 20 estudios que se realizarán será un diagnóstico científico e irrefutable que nos permitirá realizar una restauración científica, de alto nivel”.

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