Cebollín hacía llorar a sus víctimas, ahora las hace reír

Purga una condena de 35 años por secuestro, y ahora es un payaso del circo de la cárcel.

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Los internos de Matse-bah dan su mejor esfuerzo para trasmitir un mensaje, que no hay nada como la libertad. (Gabriela Martínez/MILENIO)
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Agencias
TIJUANA, Baja California.- Cuando parece que la vida no tiene sentido, especialmente para reos que purgan condenas superiores a los 15 años -algunos cadena perpetua- surge el circo como un incentivo: la catarsis perfecta para los condenados.

Se trata de un grupo de 85 actores, cuya mejor escuela ha sido la vida y ahora las rejas de una cárcel en la que pagan sus deudas con la sociedad, pero que han hallado en la vida circense las oportunidades para demostrar su valía como seres humanos.

El circo se llama "Matse-bah", denominado así por los mismos internos del Centro de Readaptación Social de El Hongo, una cárcel con características especiales -nieve en invierno y un calor seco en el verano- en la zona serrana de Baja California.

La idea partió de los sicólogos que trabajan para la Sistema Estatal Penitenciario, dijo el subsecretario Jesús Héctor Grijalva Tapia a Notimex, al referirse al proyecto que derivó en la conformación de este grupo, que inició con 103 reos.

Dar el mejor esfuerzo

Aunque el número de actores ha ido disminuyendo por diversas razones, se mantiene la mística que le dio vida: otorgar a los reos los incentivos suficientes para dar su mejor esfuerzo en las actuaciones que llevan a cabo.

Con condenas que van a partir de los 15 años y en algunos casos de cadena perpetua, los reos se veían sin ninguna motivación, porque los programas de reinserción social no los incluían, y la vida se les iba tras las rejas.

Fue cuando en 2011 los sicólogos del Sistema Estatal Penitenciario sugirieron la creación de este circo, en el que los propios internos escribirían el guión, con sus consecuentes modificaciones, y serían los actores principales.

El payaso Cebollín, que detrás del maquillaje esconde a un hombre que debe purgar una condena de 34 años de cárcel por los delitos de secuestro y portación de armas de uso exclusivo del Ejército mexicano, hace su mejor actuación en las presentaciones.

"Mi familia no me cree cuando le platico de este proyecto", dice Cebollín al referirse a sus seres queridos cuando les relata el incentivo especial que disfruta al representar al personaje en la obra que plantea diversas temáticas.

Abren puertas a universitarios 

Desde 2011 a la fecha, Matse-bah ha cumplido presentaciones en el interior del penal para los reclusos, pero, a partir de este viernes, abrieron las puertas a estudiantes universitarios, lo mismo que harán en días subsecuentes con otros grupos.

El aforo es pequeño, en un salón de la penitenciaría montado a propósito de la obra, pero los reos se sienten como si se presentaran en el Palacio de Bellas Artes, con el aplauso de los asistentes y en algunos casos, lágrimas en las mejillas.

Entre 120 y 150 lugares hay disponibles en la improvisada carpa, donde los asistentes ven a una persona que camina, ida y vuelta, en la cuerda floja; un hábil malabarista, diversos bailables y al final una obra dramática con temática contra las drogas.

Todo lleva un mensaje, contarles a los asistentes lo rudo que resulta estar confinado a un reclusorio, pero por otro lado, decirles, sin palabra alguna, que no hay nada como la libertad que se puede disfrutar fuera de aquellas paredes.

Todos los internos que participan en Matse-bah dan su mejor esfuerzo para trasmitir un mensaje, saben que su salida está lejana -algunos nunca saldrán- mientras tanto, todos tienen un punto de coincidencia: La función debe seguir.

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