Ilich Valdez/Milenio
MÉXICO, D.F.-  Ayer, el estadio Azul fue tomado por las fuerzas armadas. Arribaron el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea Mexicana con sus mejores equipos… para jugar futbol.

Si bien en los últimos años, en la lucha contra el crimen organizado los marinos han capturado a los principales líderes del narco, en esta ocasión no pudieron demostrar su fortaleza y cayeron cuatro goles a cero ante los militares.

Como parte de las celebraciones por el centenario del Ejército, se organizó el triangular de futbol denominado Copa de las fuerzas armadas, pasión por servir a México, que ganaron los soldados.

Antes de iniciar el encuentro, el evento fue amenizado por la Sonata Tropical y el mariachi de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), así como por el Grupo Veracruzano de la Secretaría de Marina (Semar).

También se realizó una demostración de adiestramiento con salva de honor y se tocó el Himno Nacional, que dio salida a los equipos finalistas, cuyos jugadores pisaron el campo del Azul acompañados por niños en alusión al juego limpio.

Ante 20 mil aficionados, iniciaron los primeros de 45 minutos. Familiares, amigos y compañeros no pararon en echar porras, pero el marcador se quedó cero por cero.

El cuadro del Ejército fue el que controló por más tiempo el balón. Tuvo aproximaciones, buenos ataques, pero sus delanteros no concretaron ninguna de las jugadas, las cuales terminaron en los postes o en las manos del cancerbero de la Marina.

En los 15 minutos del medio tiempo, para engalanar el encuentro, 16 helicópteros (EC-725 Cougar, MI-17; Bell 412; MD-530F; Bell 206) sobrevolaron en cuatro ocasiones el estadio. También salieron dos botargas del Ejército, conocidas como Sargento Bravo, las cuales lucieron vestimentas para desierto y sierra norte.

En el segundo tiempo, a los 15 minutos cayó la primera anotación para el equipo del Ejército, gracias al cabo Eduardo Duarte Pérez, quien luego de meter el balón pegado al poste derecho, festejó con sus compañeros de la banca.

A partir de ahí, los gritos de “Yo sí le voy, le voy al Ejército”, “Olé, olé, olé, olé”, y el “Cielito lindo” hicieron retumbar el estadio, incluso “la ola” apareció en las tribunas.

El segundo tanto de los militares cayó al minuto 20, un autogol del número 17 de la Marina, Armando Ábrego. Dos minutos después, la presión del Ejército fue tanta, que cometieron falta al jugador número 10 dentro del área chica.

El tiro penal fue cobrado por Venancio Fernández, quien colocó el esférico pegado al lado izquierdo y con ello el marcador ya era tres a cero. Ya desanimados, los marinos permitieron huecos en su defensa, lo que fue aprovechado de nueva cuenta por Duarte Pérez, quien marcó el cuatro tanto.

Al terminar el partido, los secretarios de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, y de la Marina, Vidal Soberón, entregaron las medallas y los trofeos. “Vimos un partido limpio, con mucho esfuerzo de todos, estamos muy contentos; yo creo que fue un buen mensaje para todos... mucho deporte, mucha disciplina y estar todos en un mismo sentido respecto a nuestra nación”, señaló Cienfuegos.

“Ustedes ven tres equipos, la Fuerza Aérea, el Ejército y la Armada, pero realmente somos uno solo y nuestro objetivo es México”, expresó Soberón.