Redacción/SIPSE

México.- El sargazo es un problema que requiere de soluciones inmediatas, pues se trata de un fenómeno natural que se acelera por las condiciones climáticas, señalan expertos.

Remover manual o mecánicamente el sargazo del mar o de la costa es difícil, ya que son cantidades enormes y con costos económicos altos, incluyendo un impacto ecológico negativo.

En 2019, se espera mayor afluencia masiva de sargazo debido a la previsión del fenómeno de El Niño con temperaturas oceánicas más elevadas

Atendiendo esta problemática, el equipo de investigación del Dr. Daniel Claudio Martínez Carrera, Profesor Investigador Titular del Colegio de Postgraduados Campus Puebla, generó un modelo para la bioconversión del sargazo en hongos comestibles y compuestos bioactivos.

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Los científicos proponen que el sargazo podría usarse para producir hongos comestibles, funcionales y medicinales.

“Prácticamente cualquier subproducto orgánico se puede reciclar aceleradamente utilizando la capacidad natural de los hongos comestibles para degradar la materia orgánica” señaló Martínez Carrera.

Los especialistas evaluaron que el sargazo podría ser utilizado como sustrato de cultivo para la producción de hongos pues sería biotecnológicamente rentable, controlado, intensivo, eficiente en la utilidad de agua y adaptable al cambio climático.

Un aspecto ecológico importante de esta alternativa es que promueve el reciclaje acelerado a través de la biodegradación del sargazo vía enzimática. Después del cultivo de los hongos comestibles, el sargazo podría utilizarse como abono orgánico en las actividades agrícolas de la región.

Una vez degradada esta alga marina por los hongos comestibles, se han identificado cuando menos tres implicaciones potenciales:

• Abono orgánico.
• Regenerador y estabilizador de dunas costeras.
• Biorremediación in situ, es decir, extraer el material y trasladarlo a otro lugar para realizar la descontaminación.

Al aprovechar esta alga, podría nacer una nueva agroindustria en el trópico mexicano que se sumaría a los esfuerzo por producir y diversificar los alimentos con propiedades benéficas para la salud (anticancerígenas, antibióticas, antioxidantes, reductoras de niveles de colesterol e hipertensión, antitrombóticas y antidiabéticas), surgieron los investigadores.

Las investigaciones se desarrollaron en colaboración con el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY).

(Con información de la revista Academia Mexicana de Ciencias)