Emilio Gamboa, atrapado en un elevador, pero no suelta su tamal

Las fallas en la sede de la Cámara se hacen presentes en el Día del Amor y la Amistad.

|
Gamboa Patrón iba a acudir a la designación del subgobernador de Banxico cuando ocurrió el incidente. (Notimex/Foto de archivo)
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Angélica Mercado y Omar Brito/Milenio
MÉXICO, D.F.- A casi dos años de estrenada, la nueva sede del Senado sigue con fallas y ayer provocó que el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, el priista Emilio Gamboa, se quedara atorado en un elevador por casi diez minutos, durante los cuales estuvo comiendo una corunda con crema (tamal michoacano) que llevaba en un platito desechable.

En el llamado Día del Amor y la Amistad, los senadores festejaron con regalos y felicitaciones que intercambiaron entre sí.

Apenas iniciada la sesión, el panista Jorge Luis Preciado mandó colocar en el escaño de las 43 senadoras orquídeas de diversos colores, algunas exóticas en negro, envueltas en un capelo de vidrio.

Por el Twitter, algunas legisladoras, como la perredista Angélica de la Peña, agradecieron el detalle al expresarle que era “un detalle de gentileza”.

Por la mañana, las senadoras también recibieron ramos de flores de parte de la Junta de Coordinación Política, que encabeza Gamboa, mientras que el área de Comunicación Social conminaba a los reporteros a departir corundas invitadas por la senadora michoacana del PRD Iris Vianey, quien había anunciado que iba a bajar al sótano 2, donde se ubica la sala de prensa, con los integrantes de la Mesa Directiva y la Junta.

Auxiliares de la senadora montaron sobre una mesa de servicio una hielera con los antojitos michoacanos y tras de la senadora arribaron los coordinadores Gamboa, el panista Ernesto Cordero, el perredista Miguel Barbosa, el petista Manuel Bartlett y el ecologista Jorge Emilio González, quien no quiso probar los “tamalitos de maíz cocido con ceniza y sin royal”, como los describió la legisladora.

“Los hizo mi mamá”, presumió Vianey, mientras los coordinadores, entre luces de las cámaras, comían en platos desechables el platillo.

Durante más de 8 minutos los esfuerzos fueron inútiles

Gamboa se despidió porque quería ir al salón de plenos, donde se iba a votar la designación del subgobernador del Banco de México, Javier Guzmán, llevándose el tamal en las manos cuando entraba al elevador con dos colaboradores de su área de prensa: Jorge Tenorio y Nezahualcóyotl Baños.

Apenas cerraba el elevador, cuando la alarma de auxilio sonó. ¿Siguen ahí?, preguntó una reportera, a lo que Gamboa respondió de inmediato: “¡Sí, me estoy comiendo mi tamal!”

Bartlett presenció los hechos y comentó con sorna: “Pues que ahí se quede”.

Una empleada de Protección Civil se apresuró con su walkie talkie en mano a avisar que “el jefe Gamboa” estaba atorado en el elevador, pero durante más de 8 minutos los esfuerzos fueron inútiles.

De la sala de prensa apareció el perredista Miguel Barbosa, quien sonriente soltó: “¡Eso le pasa por no esperarme, ja, ja, ja… Yo doy la vida por este señor!”

Se acercó al elevador y colocando las manos en las ranuras pidió que lo grabaran cuando le preguntó a Gamboa: “¿estás bien?”

Dijo que de ahí no se iba hasta que lo viera salir vivo. Pero nadie lo vio, porque el personal de Protección Civil logró subir el elevador al primer piso, de donde salió Gamboa hacia el pleno, todavía con el tamal en las manos.

Más tarde, la sesión terminó abruptamente con un quórum de apenas 57 senadores, ya que varios tenían prisa por irse a festejar.

Lo más leído

skeleton





skeleton