¿Cuál es el Estado con más presos por crimen organizado?

La entidad contiene la mayor proporción de internos peligrosos y el menor número de celadores.

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Todo el sistema penitenciario mexicano tiene una capacidad de 203 mil 434 recluso. (caracteres.mx)
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Milenio
MÉXICO, D.F.- Baja California es el Estado que cuenta con la mayor concentración de reclusos por delitos ligados al crimen organizado en todo el país.

Según datos del Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales 2014 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de cada 100 presos por este tipo de delitos en cárceles estatales, 14 están en Baja California; esto sin considerar los 17 penales administrados por el gobierno federal, mejor conocidos como Ceferesos.

El Estado supera a entidades como el Distrito Federal, Jalisco y Estado de México, los cuales concentran el 11.2 por ciento, 10.9 por ciento y 6.9 por ciento, respectivamente, del total de este tipo de reclusos en todas las cárceles estatales del país. 

Es decir, a Baja California van a parar la mayor cantidad de reclusos por crímenes como homicidio, privación de la libertad, secuestro, secuestro exprés, tráfico de menores, extorsión, trata de personas, narcomenudeo, amenazas, delitos contra la salud, delitos previstos en la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos y delitos previstos en la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada.

Según el último conteo del Inegi, en el Estado habían 17 mil 948 reclusos acusados de estos delitos.

Los datos del Inegi refieren que esta alta proporción de reclusos se debe a que en las cárceles del Estado se encuentra una de las mayores poblaciones de reclusos. 

Además de eso, existe El Hongo. 

El Hongo, una fortaleza

Puesto en marcha por la administración de Vicente Fox durante septiembre de 2002, en Tecate, Baja California, el penal de El Hongo es uno de los más grandes del país, es un amplio complejo de macizos bloques de cemento extendido en un área de 50 hectáreas sobre la carretera que lleva a Mexicali bajo un sol que sobrepasa los 35 grados centígrados en un día normal.

En la primera sección de este penal la Secretaría de Gobernación contabiliza una población carcelaria a mayo de este año de cuatro mil 115, mientras que en la segunda una de mil 66 reclusos. En la tercera no se contabilizan internos. 

Solo en esta cárcel hay más reclusos que en Aguascalientes, Baja California Sur y Campeche juntos.

A pesar del alto número aún hay espacio para más. Según el gobierno federal las dos primeras secciones de El Hongo cuentan con una subutilización del 12 por ciento y 76.8 por ciento, respectivamente. 

A El Hongo se suman los ceresos de Tijuana, Mexicali y Ensenada, con una población total de 11 mil reclusos entre los tres. El primero, planeado para albergar a dos mil 500 reclusos cuenta hoy a poco más de 6 mil.

“Hay que recordar, solo la mitad de los reos federales están en penales federales (Ceferesos), el resto está distribuido en penales estatales. Cómo se distribuyen tienen que ver en parte dónde se cometió el delito y dónde hay capacidad. Es una combinación de ambas cosas”, platica el experto en seguridad, Alejandro Hope.

Números y dudas del sistema penitenciario

La fuga de Joaquín El Chapo Guzmán puso en entredicho, una vez más, la capacidad de las cárceles mexicanas para mantener dentro de sus puertas a reos de alta peligrosidad.

Según el Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social de la Secretaría de Gobernación (Segob) con datos a mayo de este año, en todo el país existe una población penitenciaria de 256 mil 484 reclusos.

De acuerdo con estos datos, todo el sistema penitenciario mexicano tiene una capacidad de 203 mil 434 reclusos; es decir, existe una sobrepoblación del 26 por ciento.

Las cárceles estatales, aglomeran a una población de 231 mil 648 reclusos, mientras que en los Ceferesos, del orden federal, se llega a los 24 mil 836.

El  Cefereso No. 1 del Altiplano, en Almoloya de Juárez, en el Estado de México, donde se encontraba recluso Joaquín “El Chapo” Guzmán, contabiliza una población de mil 68 reclusos. 

Otro Cefereso famoso como el No. 4, el ubicado en El Salto, Jalisco, alcanza los mil 635, mientras que el Cefereso No. 4, en Tepic, Nayarit, alberga  a 3 mil 591.

Población masiva, espacio para la corrupción

A pesar de la alta peligrosidad de la población penitenciaria en Baja California y su potencial poder económico por su vinculación al crimen organizado, en sus cárceles la cantidad de custodios que las resguardan son muchos menos que el número de reos, según el Inegi.

En Baja California, por cada custodio existen 33.7 reclusos; esto, cuando según el Instituto Latinoamericano de las Naciones Unidas para la Prevención del Delito, el ideal es que la población penitenciaria no supere más allá de cuatro veces al número de custodios.

De lo contrario, según el órgano, existen condiciones de inequidad que conducen al autogobierno.

La disparidad entre custodios y reclusos en el Estado solo es superada por el caso de Quintana Roo, dónde la relación es de 56 a 1.

“La inequidad entre reos y custodios conduce a riesgos importantes en términos de corrupción. Con la corrupción compramos a un custodio o lo obligamos a que se coluda con nosotros porque las amenazas son latentes. Si yo tengo que controlar a 33 criminales y los 33 son amenazas probables podemos llegar a tener problemas graves”, platica el director general de la ONG mexicana especializada en crimen, Observatorio Nacional Ciudadano, Francisco Rivas.

“En algunos casos se puede llegar al autogobierno pero no necesitamos llegar a ello para tener problemas de descontrol importantes o tener problemas que trasciendan los penales, la extorsión, el secuestro o el control de los grupos criminales de los penales”, añade.

 

 
 

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