Redacción/Milenio

MEXICO, D.F.-  Luis Tomás Cervantes Cabeza de Vaca, ex dirigente estudiantil en 1968, falleció a los 70 años debido a problemas cardíacos y a la diabetes que padecía desde hace varios años.

En entrevista con MILENIO, su esposa, Nubia Rodríguez Buendía, informó que el deceso ocurrió en su casa: “Fue en mis brazos donde murió”.

Explicó que el legado que deja su marido “es inmenso”, mismo que ha trascendido en varias generaciones de jóvenes que siguen impulsando esos ideales de mayores libertades.

Rodríguez Buendía informó que en las últimas reflexiones que hizo Cervantes Cabeza de Vaca, éste vislumbro un país “sin rumbo y con muchos discursos, que sonaban muy distantes a las problemáticas de la gente”.

Afirmó que una vez que concluyan las ceremonias fúnebres, junto con los compañeros de lucha de su marido, dará a conocer el libro “Ni muerto me doy por vencido” que a manera de novela relata la vida del ex dirigente estudiantil de 1968.

Fue ingeniero agrónomo y se sumó al movimiento como representante de la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, institución de la que fue representante ante el Consejo Nacional de Huelga.

Los restos de Cervantes Cabeza de Vaca son velados en la agencia fúnebre del ISSSTE en San Fernando y serán cremados este miércoles.

Cervantes Cabeza de Vaca fue uno de los líderes más activos durante el movimiento estudiantil de 1968. Fue detenido el 28 de septiembre, acusado de incitación a la rebelión, asociación delictuosa, rebelión, ataques a las vías generales de comunicación, daño en propiedad ajena, robo y despojo, por lo que estuvo preso en la antigua cárcel de Lecumberri de 1968 a 1971.

Al obtener su libertad y debido al clima de hostigamiento que aún persistía, se vio obligado a exiliarse en Chile.