Agencias
MÉXICO, DF.- La campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota pudo haber recibido, al menos, 110 millones de pesos más de los que el partido decidió otorgarle, “y en nuestro país el dinero sí incide en el resultado electoral”, aseguró el ex coordinador de la campaña panista, Roberto Gil Zuarth.

Dijo que el proyecto panista enfrentó complicaciones de carácter administrativo que le impidieron contar con recursos de manera inmediata.

En entrevista con MILENIO, señaló que aunque el tope de gastos de campaña fue de 330 millones, el consejo nacional panista aprobó solamente 280, y de éstos, luego del prorrateo, únicamente se destinaron 220 a la campaña de Vázquez Mota.

“Lo único que refleja esa cifra es que la estrategia de distribución y de compartir gastos le dio un margen de 110 millones de pesos a la campaña presidencial que era legítimo invertir y que no se invirtió”, expresó.

Gil Zuarth indicó que el PAN debe revisar si su estrategia financiera fue la correcta, pues no se permitió que la campaña manejara sus recursos, lo cual restó operatividad al no tener una planeación adecuada del gasto.

Explicó que los proveedores de la campaña tuvieron que esperar a que las cuentas fueran revisadas por el CEN para obtener su pago, lo cual imposibilitó realizar una planeación financiera a mediano plazo. “Nosotros, con el recurso que nos autorizó el partido, hicimos lo más que pudimos”, señaló.

¿Se hubiera hecho más con más recursos?
Todo parece indicar que dado el espacio que se tiene entre los 220 millones gastados y los 330 millones del tope pudo haberse generado un mayor espacio de inversión. Es el partido el que está diciendo que había un colchón de 110 millones.

El presidente del PAN dice que los recursos se entregaron hasta donde la ley permitía, que no hubo carestía. ¿Fue así?
La campaña, ciertamente, se enfrentó a circunstancias muy adversas en términos financieros, sobre todo por la posibilidad de tener un flujo constante para poder invertir hacia adelante en la campaña.

El consejo nacional aprobó un presupuesto para la campaña presidencial de 280 millones de pesos, con los gastos que son compartidos con otras campañas concurrentes a diputados federales, a senadores, e incluso a algunas de carácter local.

La suma que el partido reportó, es decir la cifra que el propio PAN informó al IFE, fue de 220 millones, entonces se distribuyó una buena parte de los recursos de la campaña presidencial, un tercio, en otras campañas en razón de que también tenían un beneficio.

Debo decir con toda claridad que la presidencial jamás manejó el recurso, jamás manejó el dinero. El reglamento de fiscalización establece que el recurso que se dispone para una campaña se deposita en una cuenta bancaria, cuyo manejo, cuya operación le corresponde en exclusiva a la tesorería nacional.

Nosotros no recibimos el financiamiento del partido, sino que se administró en una cuenta específica. ¿Qué hacía la campaña? Tenía una factura de un proveedor, se volteaba con el CEN y éste se encargaba de pagarle directamente a ese proveedor sobre un servicio ya prestado.

¿Es decir que la campaña presidencial pudo haber tenido a su disposición más recursos?
Dado que es posible distribuir un gasto entre distintas campañas, dado el criterio del prorrateo, dado que es posible compartir gastos, dado que es posible generar eficiencias, en efecto puede haber un poco más de inversión que lo que se reportó.

¿En algún momento, desde la coordinación de la campaña, se pidió al partido que esto se modificara?
Muchas veces, muchas veces insistimos en la necesidad de establecernos mayores márgenes de libertad para poder darle mayor ritmo a la campaña. Pero también es cierto que hay una decisión reglamentaria de orden de disciplina dentro de la tesorería, en el sentido de que los recursos tenían que cuidarse de  una manera y administrarse en los términos que he apuntado.