No hay espacio para más muertos en Guerrero

La guerra entre narcos y contra el narco de los años recientes ha dejado una gran estela de cadáveres en la entidad.

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Actualmente en Guerrero hay 449 cadáveres sin identificar en sus Semefos. (hoylosangeles.com)
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Israel Navarro/Milenio
GUERRERO.- No hay espacio para más muertos en Guerrero. La guerra entre narcos y contra el narco de los años recientes ha dejado una gran estela de cadáveres en la entidad. Las miles de víctimas que dejó la violencia obligan al gobierno del estado a construir no uno, sino tres panteones para depositar… restos anónimos. Y también los cuerpos de los muertos comunes.

Los Servicios Médicos Forenses registran un sobrecupo de hasta 50 por ciento, por lo que Acapulco, Chilpancingo e Iguala albergarán los llamados Cementerios Ministeriales. Esos municipios son los que tienen mayor incidencia delictiva.

El director del Semefo estatal, Ben Yehuda Martínez, narra: “En algunos casos debemos poner dos cuerpos por gaveta para que se mantengan en buen estado dentro de los refrigeradores”.

De acuerdo con cifras del gobierno federal, México tiene 29 mil desaparecidos. De éstos, Guerrero lleva gran parte de la tragedia: mil 327 casos. A esto se le suma que en los últimos años se han encontrado cientos de fosas clandestinas. Un regadero de muertos anónimos:

“Esta creación de un cementerio estatal forense se da porque ya no hay panteones para inhumar cadáveres no solo desconocidos, incluso los muertos de causa natural. Ya no hay lugares. Nos pareció que no era correcto andar regando cadáveres por todos los panteones. Por eso el gobernador dispuso concentrarlos en un lugar”, detalla Martínez.

Actualmente en Guerrero hay 449 cadáveres sin identificar en sus Semefos: 121 en Chilpancingo, 231 en Acapulco y 97 en Iguala. Más de la mitad, 254, murieron con arma de fuego y 100 presentan huellas de tortura, la marca del salvajismo de la criminalidad.

Cementerio Ministerial de Chilpancingo

“Hay pedacería. Lamento mucho decirlo de esa manera, pero es la verdad: tenemos torsos, brazos, piernas, cabezas”, reconoce el fiscal general de Guerrero, Xavier Olea.

En entrevista con Milenio indica que hasta el momento está puesto en marcha el Cementerio Ministerial de Chilpancingo, que ocupará dos mil 587 metros cuadrados. Es el Parque Cementerio La Paz. Paradójico nombre: “Parque”. A un panteón de cuerpos anónimos que se le dice “Parque”. Curioso nombre: “Parque Cementerio La Paz”. “Paz”, en un estado empantanado por la violencia.

Ahí se construirán 16 módulos y cada uno albergará 80 gavetas para dar un total de mil 280 nichos. 

“Es un cementerio que reúne todos los requisitos. Tan es así que lo pusimos a consideración de los comités internacionales, como el de la Cruz Roja, para que nos dieran su punto de vista y nos decían que sería el primer panteón estatal forense que se hiciera en toda la República y el primero que se hiciera con todos los requisitos que ellos están aprobando. Nunca han visto un panteón que reúna todos los requisitos que ellos imponen, incluso se tiene contemplado dónde caigan los fluidos de todos los cadáveres”, presume el director del Semefo.

En Acapulco e Iguala, el fiscal Olea asegura que su equipo está en negociaciones con los gobiernos municipales para que donen un área del al menos mil metros cuadrados y arrancar con el proyecto. “En Acapulco vamos a hacer un compromiso y un convenio con el municipio para que nos donen como mil metros cuadrados del panteón general para nosotros poder hacer las fosas”, refiere el funcionario.

El gobierno guerrerense también se ha propuesto identificar con precisión cada cadáver: prepara una base de datos de desaparecidos para empezar a dar una solución a este problema.

Olea comenta que en este momento los servicios periciales de la fiscalía están elaborando carpetas que contienen estudios odontológicos, de genética forense, antropológicos y, en algunos casos, dactilares de los cuerpos que están en los Semefos de administraciones anteriores.

El director del Semefo de Guerrero abunda sobre las necesidades que impone la macabra realidad de la violencia: “El cadáver lleva su estudio de dactiloscopia que es único, o sea tus huellas dactilares son únicas, no se pueden cambiar. Los estudios odontológicos que agregamos para que coincidan con lo que nos están diciendo o con un tatuaje que no están diciendo y sobre todo que coincida con un examen genético, que es 99.99 por ciento de efectividad y de resultados positivos”.

'El gobierno nos ha fallado'

Pese al esfuerzo, familiares de personas desaparecidas toman con reserva el anuncio. Mario Vergara, integrante de Los Otros Desaparecidos de Guerrero, detalla que desde hace varios años el gobierno del estado “les ha fallado”.

Comenta que desde sus expediciones en fosas clandestinas, donde han recuperado 149 cuerpos y más de mil fragmentos de huesos, las autoridades han sido negligentes. Pero más allá de consideraciones administrativas, persiste el dolor, como el de tantos familiares de víctimas de la inseguridad:

“Quisiera que mi hermano regresara caminando. He visto cuando a una familia le entregan los huesos de su hijo y les ha cambiado la cara, les regresa la alegría, pero sería más alegre que mi hermano regresara vivo. Por eso cada día que salgo a buscar fosas digo: ‘Ojalá que no sea mi hermano’ y le pido a Dios que ojalá nunca lo encuentre en una fosa clandestina, ojalá que siga con vida donde quiera que esté”, anhela.

Aunque como víctima rechaza la iniciativa de los panteones ministeriales, como activista Vergara reconoce que es un logro de los familiares de desaparecidos.

“No es suficiente, jamás va a ser suficiente para un familiar desaparecido. Yo le digo a mi mamá: ‘Hemos desenterrado muchos cuerpos que no los Iban a encontrar’. Y me responde: ‘Sí, pero a mi hijo no lo encuentras’. Y tiene razón. No he encontrado a mi hermano, no he traído la paz”, lamenta.

Y ahí están ya, en un cerro en los linderos de Chilpancingo, decenas de obreros que trabajan en la construcción de la obra. Una obra acorde a nuestros tiempos violentos: un cementerio para cadáveres anónimos de la guerra...

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