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VERACRUZ.- Una fotografía de los hermanos, Román, profesor de profesión, y Ernesto, odontólogo, se ubica justo en medio de ambos ataúdes; vivieron uno al lado del otro, así murieron y así son velados.

"Lo que estoy pidiendo a las autoridades es que hagan su trabajo con honestidad, con profesionalismo, para que se esclarezca este asesinato, y no manchen el nombre de mis hijos, uno de ellos odontólogo, padre de familia de un niño que deja en la orfandad, de 8 años; sin vicios, ni una copa, ni un cigarro, deportista y haciendo honor a su profesión con una dentadura impecable. Mi otro hijo profesor, docente de matemáticas y ciencias, de la escuela Reyes Heroles de Jalapilla, dedicados a su trabajo como lo somos mi esposa y yo", afirmó Román Pérez Martínez, padre de los profesionistas.

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Familiares y amigos llegaron a la funeraria, espacio que fue insuficiente para las coronas de flores que aún llegan, informó el portal de noticias Excélsior.

"Cuando suceden los hechos a las 5 de la mañana, se escuchan las detonaciones, venían persiguiendo a Román y en ese momento a Ernesto, al doctor que salió para tratar de proteger a su mismo hermano como hermano mayor, para meterlo, trató de cubrirse en otro carro que teníamos ahí estacionado, pero ni así pudo evitar ser balaceado", explicó Román Pérez Martínez.

La calle donde ocurrieron los hechos permanece cerrada, no han retirado las flores y veladores colocadas por vecinos y familia.

Aún siguen las marcas en los sitios en donde murieron Román y Ernesto, donde quedaron tendidos."El mismo fiscal me dijo: profesor, esto fue una masacre, fue un asesinato de sus hijos y esto que le estoy diciendo yo lo acabo de informar a mi superior", dijo el padre de los profesionistas.

Algunos familiares, amigos y miembros de organizaciones se manifestaron en el Palacio Municipal de Orizaba, Veracruz, en donde colocaron un moño blanco, con pintura que simbolizaba sangre.