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Ciudad de México.- Al cierre de 2017 la inflación llegó a 6.77 por ciento, cifra muy por encima de lo que preveía el Banco de México (Banxico) y nivel máximo en 17 años tomando como referencia el 6.95 por ciento que se reportó en mayo de 2001.

De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en diciembre de 2017 el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) presentó un crecimiento de 0.59 por ciento mensual, así como una tasa de inflación anual de 6.77 por ciento. En diciembre de 2016 los incrementos fueron de 0.46 por ciento mensual y de 3.36 por ciento anual.

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Durante el último mes del año pasado los productos que más subieron de precio fueron el jitomate (42.91 por ciento), la calabacita (26.81 por ciento) y el transporte aéreo (22.69 por ciento), informó Milenio.

El índice de precios subyacente, es decir aquel que elimina del cálculo los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles como los productos agropecuarios y energéticos, reportó un incremento mensual de 0.42 por ciento y una tasa anual de 4.87 por ciento.

Inflación presiona al Banxico

En la minuta sobre su última reunión de política monetaria de 2017, el Banco de México (Banxico) anticipó que la inflación general anual al cierre de 2017 se ubicaría en un nivel mayor al 6.63 por ciento que había alcanzado en noviembre, por lo que los resultados publicados el día de hoy podrían llevar a la entidad a incrementar nuevamente su tasa de interés de referencia, actualmente en 7.25 por ciento, el próximo 8 de febrero en su anuncio de la decisión de la política monetaria.

El organismo central ha reconocido que el panorama para la inflación se ha tornado más complejo y que la recuperación será más lenta de lo que se esperaba. De acuerdo con el Banxico la inflación alcanzará niveles cercanos al objetivo de 3.0 por ciento a finales de 2018 y permanecerá alrededor de dicho nivel durante 2019.

A inicios de este 2018 el gobernador del banco, Alejandro Díaz de León, dijo a Milenio que aunque el aumento en las tasas de interés desincentiva el consumo y la inversión, reafirmar la postura monetaria contribuye a anclar mejor las expectativas de inflación y esto tendrá un impacto de mayor confianza en el entorno macroeconómico.

“Si bien en el corto plazo implica incremento en el costo de financiamiento, sentimos que blinda la capacidad de la economía de enfrentar estos choques y de ajustarse con orden”, dijo